Cuba, el principal cómplice de dictaduras y autocracias: así votó el castrismo en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Ante la postulación de La Habana para volver a integrar el organismo internacional, la ONG CADAL elaboró un extenso informe sobre el comportamiento del régimen castrista ante cada resolución

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El próximo mes de octubre, el régimen de Cuba intentará ocupar por tercera vez un asiento en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Desde que La Habana anunció su intención de volver a integrar el organismo internacional, recibió una catarata de rechazos y denuncias por parte de decenas de países y movimientos sociales.

Ante la iniciativa del régimen castrista, el Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) investigó exhaustivamente las votaciones que ha realizado Cuba en sus 12 años en el Consejo de Derechos Humanos y las recopiló en un extenso informe.

“A lo largo de los doce años de presencia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, el régimen cubano ha tenido un patrón de comportamiento cómplice con las graves violaciones a los derechos humanos sufridas en otras partes del mundo. Así lo demuestra el registro de sus votaciones, oponiéndose a la aprobación de resoluciones en las que se han condenado y tomado medidas sobre las situaciones más críticas de violaciones a los derechos humanos”, señala el reporte.

Esa tendencia no va a cambiar. Así lo hizo saber la propia dictadura al presentar su candidatura para el período 2021-2023. “De resultar elegida al Consejo, Cuba continuará promoviendo sus tradicionales iniciativas”, sostuvo La Habana.

Cuba lleva seis décadas de represión y violación a los derechos humanos
Cuba lleva seis décadas de represión y violación a los derechos humanos

Su complicidad y alineamiento han sido constantes con los más diversos regímenes autocráticos en todas las regiones del mundo (...) Las democracias del mundo, y en especial las latinoamericanas que con esfuerzo y dificultad trabajan para continuar consolidando el respeto por los derechos humanos, deben oponerse a la candidatura cubana y la de otras autocracias al Consejo de Derechos Humanos, y deben hacerlo en forma pública y activa para no permitir el debilitamiento del sistema universal de protección de derechos humanos”, indica el reporte de CADAL.

El pasado 8 de junio, un grupo de 574 ciudadanos, activistas, representantes de organizaciones y proyectos de la sociedad civil independiente, líderes de opinión y voceros de movimientos sindicales de Cuba, entre otros, enviaron una carta abierta a Michelle Bachelet, Alta Comisionada para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, y a Tijjani Mohammad Bande, presidente electo de la Asamblea General de la ONU, para expresar su preocupación ante la posible designación de la dictadura para integrar el Consejo.

“Nosotros creemos firmemente que las Naciones Unidas de hoy deben ser para los derechos, no para los autócratas”, destacaron los miles de firmantes, quienes sostuvieron que “Estados decididamente autocráticos como los de Arabia Saudita, Rusia y Cuba” no deberían tener un asiento en el Consejo de Derechos Humanos.

El informe de CADAL apunta que en los últimos tiempos ha sido frecuente la discusión “sobre la contradicción de que los países que resultan elegidos para formar parte del Consejo sean autocracias que poseen un pésimo registro de represión a las libertades fundamentales”: “Son numerosas las organizaciones de la sociedad civil y los defensores de derechos humanos que señalan como negativa la presencia de representantes de gobiernos represivos en los organismos encargados de dar forma y supervisar el cumplimiento de los estándares de derechos humanos”, expresa un párrafo del documento.

Al respecto, la ONG no dudó en considerar a Cuba como “un régimen dictatorial”, cuyas autoridades continúan sosteniéndose en el poder desde hace más de 60 años. Pese a esto, y a las innumerables denuncias de violaciones a los derechos humanos que existen en su contra, el país es uno de los que más tiempo ha estado en el organismo que fue creado en 2006. En concreto, 12 años.

Miles de personas han enviado una carta a la ONU para rechazar la postulación de Cuba al Consejo de Derechos Humanos
Miles de personas han enviado una carta a la ONU para rechazar la postulación de Cuba al Consejo de Derechos Humanos

Los votos de Cuba en sus años en el Consejo de Derechos Humanos

El objetivo del informe es exponer cuál fue el sentido de los votos del régimen castrista a lo largo de su extenso paso por el Consejo. Para ello, CADAL analizó las resoluciones que fueron aprobadas por el organismo relativas a dos cuestiones: situaciones de graves violaciones a los derechos humanos en países y territorios; y algunas cuestiones temáticas específicas de derechos humanos que se consideran relevantes.

“Quedará expuesto que Cuba, un régimen que no respeta los derechos humanos de sus propios ciudadanos, deviene también en cómplice de otros regímenes que violan sistemáticamente derechos humanos, al impugnar las iniciativas para proteger a los ciudadanos de esos países”.

En esa línea, la dictadura cubana ha dejado clara su postura a favor de regímenes como los de Siria, Irán, Corea del Norte, Venezuela, China, Filipinas, y Rusia, entre otros.

En el caso de Siria, país que lleva nueve años en guerra, “Cuba votó permanentemente en contra (en 2011 y 2012, e ininterrumpidamente luego de 2014 a 2019) para considerar la situación de los derechos humanos en la República Árabe Siria”. En todas sus resoluciones, el Consejo ha expresado su profunda preocupación sobre las violaciones sistemáticas a los derechos humanos por parte de la dictadura de Bashar al Assad, así como las ejecuciones arbitrarias, el uso excesivo de la fuerza, desapariciones forzadas, torturas y asesinato de manifestantes, entre otras denuncias. Asimismo, el organismo propuso enviar a Siria una comisión de investigación internacional independiente para investigar todas las presuntas violaciones de las normas internacionales de derechos humanos cometidas desde marzo de 2011.

Cuba se ha mostrado indiferente ante las violaciones a los derechos humanos en Siria
Cuba se ha mostrado indiferente ante las violaciones a los derechos humanos en Siria

En estos nueve años la situación, lejos de mejorar, se ha complejizado y agravado a gran escala, motivando un total de 28 resoluciones. Pese a esto, “Cuba mantuvo en forma permanente su voto en contra de todas estas resoluciones”.

Irán es otro de los países que en las últimas décadas ha sido objeto de una gran cantidad de denuncias por la situación de los derechos humanos. Al igual que en el caso de Siria, Cuba, de estrecha relación con Teherán, también ha votado en contra de investigar las violaciones a los derechos humanos en la nación persa. En 2011, por ejemplo, el Consejo expresó su preocupación sobre una enorme lista de situaciones que atentan contra los derechos humanos. “Aplicación de flagelación y amputaciones; la aplicación de la pena de muerte sin respetar las salvaguardias reconocidas internacionalmente, incluidas las ejecuciones públicas, incluso a personas que eran menores de 18 años; la lapidación y el estrangulamiento por suspensión como métodos de ejecución; la generalización de la desigualdad entre los géneros y la violencia contra las mujeres; la constante represión de los defensores de los derechos de la mujer, los arrestos, la represión violenta y la condena de mujeres que ejercen su derecho de celebrar reuniones pacíficas; el aumento de los casos de persecución de minorías religiosas no reconocidas oficialmente; las restricciones constantes, sistemáticas y severas a la libertad de reunión y de asociación pacíficas y a la libertad de opinión y expresión”, entre otros.

Bielorrusia, que en las últimas semanas ha estado en el centro de la escena por las multitudinarias manifestaciones contra el presidente Alexander Lukashneko en medio de denuncias de fraude en las recientes elecciones, también ha gozado de la complicidad cubana en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU.

En todas sus votación Cuba ha expresado su apoyo a la Rusia de Vladimir Putin (AFP)
En todas sus votación Cuba ha expresado su apoyo a la Rusia de Vladimir Putin (AFP)

La Habana siempre mantuvo su posta, y en las ocho votaciones sobre la situación en Bielorrusia se manifestó “en contra” de investigar las denuncias. “Recientemente se reavivó la convulsión y las protestas por la celebración de elecciones fraudulentas y manipuladas por el autócrata Alexander Lukashenko, en ejercicio del poder desde 1994. Estos sucesos fueron objeto de una seguidilla de comunicados y notas de prensa emitidos por la Oficina del Alto Comisionado, los días 1, 10 y 17 de julio y los días 12, 13 y 21 de agosto del corriente, alertando a las autoridades de Belarús ante las detenciones arbitrarias de personas que estaban ejerciendo su derecho a la libertad de expresión y reunión. De mantenerse en el poder, Lukashenko seguramente contará con la complicidad de Cuba si es que resulta electa este año al CDH”, advierte CADAL.

El informe de la ONG también hace referencia a la postura adoptada por Cuba ante la crisis de Ucrania en 2014, desatada por la destitución del presidente prorruso Victor Yanukovich, y en la que participaron grupos armados ilegales apoyados por Rusia, otro aliado de La Habana. El conflicto provocó, entre otras cosas, la adhesión de Crimea a la Federación Rusa. Cuba, no obstante, “votó en contra para considerar la cooperación y asistencia a Ucrania en la esfera de los derechos humanos”.

En sus resoluciones sobre el caso, el Consejo condenó “enérgicamente la violencia y los abusos cometidos por los grupos armados ilegales, como los secuestros, las detenciones ilegales, las ejecuciones, las torturas y los malos tratos, las desapariciones y el acoso de periodistas, observadores internacionales y otras personas”, e instó “a todos los miembros de los grupos armados ilegales a que procedan de inmediato a deponer las armas y poner fin a los actos ilegales, liberando sin tardanza a todas las personas detenidas ilegalmente, y a desalojar los edificios administrativos y públicos ocupados, de conformidad con las disposiciones de la Declaración Conjunta de Ginebra”. Pero el régimen castrista siempre mantuvo su postura cercana al Kremlin.

Con sus votos Cuba apoyó a los grupos armados ilegales respaldados por Rusia en la crisis de Ucrania (REUTERS/Alexander Ermochenko)
Con sus votos Cuba apoyó a los grupos armados ilegales respaldados por Rusia en la crisis de Ucrania (REUTERS/Alexander Ermochenko)

Algo similar ocurrió en la situación de Georgia, país donde las tropas rusas también tienen el control territorial. “Cuba, mediante su voto, pretendió restringir la posibilidad de que observadores internacionales y los mecanismos de derechos humanos de la ONU, ingresen en esos territorios a realizar su labor, en otro claro alineamiento con los intereses de la Federación Rusa, liderada por el autócrata Vladimir Putin, y pretendió también no reconocer los esfuerzos por fortalecer la democracia y los compromisos del Gobierno de Georgia con los mecanismos de derechos humanos del CDH”, remarca el informe.

Desde la llegada de Hugo Chávez al poder en 1999, el país donde más influencia ha tenido -y tiene- el régimen cubano es en Venezuela. Tal es la injerencia que miles de agentes cubanos se encuentran infiltrados en la cúpula militar venezolana. La muerte de Chávez en 2013 no cambió esa tendencia. Por el contrario, la cooperación ha ido en aumento bajo la dictadura de Nicolás Maduro.

Como era de esperarse, Cuba siempre ha votado en contra de las resoluciones y denuncias contra Venezuela. “En 2018, Cuba votó en contra de velar por la promoción y protección de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela, cuando el CDH en su resolución 39/1 del Informe A/73/53/Add.1, expresó ‘su más profunda preocupación por las graves violaciones de los derechos humanos en el contexto de una crisis política, económica, social y humanitaria’ y exhortó ‘al Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela a que acepte la asistencia humanitaria a fin de hacer frente a la escasez de alimentos, medicamentos y suministros médicos, el aumento de la malnutrición, especialmente entre los niños, y el brote de enfermedades que habían quedado erradicadas o bajo control en América del Sur’”.

En esa resolución el Consejo también se refirió a los millones de inmigrantes -incluidos hombres, mujeres y niños-, que se han visto obligados a abandonar el país por la grave crisis humanitaria. Asimismo expresó su preocupación “por las graves violaciones de los derechos humanos en el contexto de una crisis política, económica, social y humanitaria” referidas en dicho informe de la Alta Comisionada, y exhortó al régimen de Maduro “a que acepte la asistencia humanitaria a fin de hacer frente a la escasez de alimentos, medicamentos y suministros médicos, el aumento de la malnutrición, especialmente entre los niños, y el brote de enfermedades que habían quedado erradicadas o bajo control en América del Sur”.

En 2019, al volver a tratarse la situación en Venezuela en un contexto aún más agravado, “Cuba volvió a votar en contra”. Allí el Consejo se refirió a la “alarmante situación de los derechos humanos...en la que se repiten sistemáticamente violaciones que afectan de forma directa e indirecta a todos los derechos humanos —civiles, políticos, económicos, sociales y culturales— en el contexto de la actual crisis política, económica, social y humanitaria, como se indica en los informes de la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos y de otras organizaciones internacionales”. El Consejo también se hizo eco de las denuncias de persecución contra la oposición, periodistas, y sobre las ejecuciones extrajudiciales y desapariciones llevadas a cabo por las fuerzas del régimen.

“La gravísima situación por la que continúa atravesando Venezuela, con el permanente deterioro provocado por el régimen de Nicolás Maduro lo coloca –salvando las distancias históricas, geopolíticas e ideológicas, etc.– en una posición que, en cuanto a violaciones sistemáticas de los derechos humanos, se encuentra a la par de las peores dictaduras militares que sufrió nuestra región hace décadas. Cuba, por su posicionamiento como actor central y por su estrecha colaboración resulta un partícipe necesario y co-responsable de tales violaciones sistemáticas de derechos humanos”, subraya el informe de CADAL.

Las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua son objeto de miles de denuncias por violaciones a los derechos humanos (Ramon Espinosa/Pool via REUTERS)
Las dictaduras de Venezuela, Cuba y Nicaragua son objeto de miles de denuncias por violaciones a los derechos humanos (Ramon Espinosa/Pool via REUTERS)

El otro país latinoamericano que cuenta con similar apoyo por parte de la dictadura castrista es Nicaragua. El régimen de Daniel Ortega también es objeto de innumerables denuncias por violaciones a los derechos humanos. No obstante, la colaboración cubana es cada vez mayor.

El reporte de CADAL detalla que Cuba ha tenido el mismo comportamiento frente a situaciones de otros países como Filipinas, Brunéi, Sri Lanka, Yemen, Burundi y Eritrea.

“En los casos de resoluciones aprobadas con votación registrada, del análisis de las resoluciones recopiladas surgirá que sobre 74 veces que Cuba emitió su voto en contra de que se aprueben resoluciones sobre la situación de violación a los derechos humanos en un país, lo hizo acompañada 73 veces por China; 42 veces por Rusia; 42 veces por Venezuela; 25 veces por Burundi; 21 veces por Egipto; 18 por Filipinas; 15 veces por Pakistán; 13 veces por Arabia Saudita; 12 veces por Eritrea; 12 veces por Iraq; 11 veces Argelia; 9 veces por Bangladesh; 8 veces por Ecuador y 4 veces por los Emiratos Árabes Unidos”.

Tras exponer todos estos casos, CADAL explica que Cuba no acompañó con su voto “al tratarse situaciones de conflictos étnicos donde violan los derechos humanos tanto gobiernos como grupos armados irregulares”, como el caso de Sri Lanka; o situaciones de conflictos donde participan grupos armados patrocinados y apoyados por otros estados, como Rusia en Ucrania y Georgia.

“Desde casos como el de Irán, una teocracia con comportamientos que la ubicaría en la extrema derecha, hasta casos como los de sus socios en Venezuela y pasando por Belarús, Cuba aplica casi por principio el intento de obstruir cualquier medida y señalamiento. Esta posición ni siquiera guarda una congruencia ideológica, como lo es en el llamativo caso de no acompañar con su voto la condena a situaciones en Irán, un régimen que persigue a quien no cumple estrictos códigos religiosos. Tampoco se ha comprometido con uno de los mayores dramas que atraviesa la humanidad, como es el conflicto en Siria, en el cual prefiere alinearse con el dictador Al Assad y los intereses de la Rusia de Putin a pesar de la catastrófica situación humanitaria que sufre su población. Ni siquiera ha merecido su condena el régimen totalitario de la dinastía Kim en Corea del Norte, uno de los más duros y cerrados del mundo”.

“Solo se entienden estas posturas por intereses comunes y por el desprecio a los derechos humanos. Lo que une principalmente a Cuba con las otras dictaduras y autocracias, es precisamente el carácter de tales”, concluye el reporte.

El informe completo

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