Carolina Barrero tiene un modo suave y pausado de hablar, mientras se acomoda su largo pelo castaño. Pero lo que dice con ese tono delicado es tremendo y trágico. Cuenta con precisión de cronista los abusos brutales que sufrió del aparato represivo de Cuba, desde palizas en una celda a amenazas y hostigamientos de los servicios de inteligencia. A casi un año de las manifestaciones masivas del 11 de julio de 2021, las considera una bisagra en la historia cubana. Y vuelve una y otra vez a la oportunidad -por ahora perdida- de la izquierda regional para desmarcarse netamente del régimen castrista y de las demás dictaduras latinoamericanas que pertenecen a ese cuadrante ideológico. Barrero nació en 1986, es historiadora del arte y se involucró en las acciones de protesta de la comunidad de artistas jóvenes de Cuba. Luego se sumó a la defensa de los detenidos y condenados por las manifestaciones del 11 de julio de 2021 y debió exiliarse bajo amenaza de ir a la cárcel. Muchos de los artistas del Movimiento San Isidro son sus amigos y ahora están presos y condenados. Barrero vive exiliada en España desde febrero pasado. Vino a la Argentina invitada por CADAL (Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina), y visitó Rosario, donde conoció el Museo de la Memoria.
Carolina Barrero estuvo en la reciente cumbre de las Américas convocada por Estados Unidos en Los Angeles, y a la que no fueron invitados los gobernantes de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Ella participó como integrante de la sociedad civil cubana. "Un país es más que un gobierno, es su ciudadanía, y en Los Angeles Cuba estuvo representada por activistas por la democracia, organizaciones por los derechos de la mujer y por la integración racial -que en Cuba es un tema importantísimo- y por mujeres campesinas. A los países se los invitó, a las delegaciones oficiales de las dictaduras no, y yo fui una de esas invitadas. De Cuba, quienes pudimos estar fuimos los del exilio, a los que estaban en Cuba se les impidió la salida en el aeropuerto a la hora del vuelo. Logramos algo importantísimo: las delegaciones de los tres países participaron de la mesa de gobernabilidad democrática". Lamenta que en el documento final "se hace una mención general al retroceso democrático general de América latina, pero sin mencion específica de Cuba, Nicaragua y Venezuela, equiparándolas así los problemas democráticos que pueden darse en Colombia, Argentina y otras naciones. Pero no es lo mismo el caso de Cuba, la dictadura más longeva del hemisferio, un país donde no se vota desde 1948 -yo a pesar de ser cubana, nunca voté desde que nací en una elección competitiva-, en Cuba se vota a una sola alternativa pero además no hay libertad de proponer un proyecto político alternativo, no hay elección, porque no hay más de una opción. Hay un solo partido desde 1965, el Partido Comunista", recuerda Barrero. Un recordatorio útil en la Argentina, un país en el que muchos cierran un ojo a los horrores de la represión castrista.
-Aunque nací en 1986, dudo que aquello que se llamó "proyecto de la revolución" hubiera respondido a los valores que prodigaba. Creo que ese proyecto se traicionó muy tempranamente, una revolución socialista para liberar a los más oprimidos no hace campos de concentración contra toda forma "desviada" del hombre nuevo, que para empezar siempre era hombre, siempre fue el modelo del miliciano, del militante, que no incluía a las mujeres ni a las minorías ni a los gays ni a cualquier forma cultural diversa. Escuchar a los Beatles ya era suficiente para terminar en estos campos. Pablo Milanés ha hablado mucho de esto y tanta otra gente. Eran los gulags caribeños. No hay necesidad de gulags en una sociedad que supuestamente es un paraíso.
-En esa represión inicial intervino el Che...
-Sí, intervino el Che, hay documentos que prueban que firmó muchos de los fusilamientos sistemáticos contra cualquier forma de discrepancia política, como la que tuvieron miembros del grupo 26 de Julio, muy tempranamente ellos se convirtieron en dictadores militares. Lo que condenaban en el dictador Fulgencio Batista lo hicieron, fueron ejecutores de los mismos crímenes. Estuve acá en Rosario en el Museo de la Memoria. Me senté a mirar los testimonios de las víctimas, luego caminé por las calles y me encontré con la plaza de Ernesto Guevara, la casa de Guevara, y pensaba cómo se puede tener en una misma ciudad este museo de la Memoria y otro dedicado a una persona que en otro país hizo lo que acá se condena. Porque el Che firmó ejecuciones masivas sin juicio de miles de personas. Sé que cuesta y duele reconocerlo, pero lo hizo. Creo que la estructura interna de la violencia del Estado va más allá de las ideologías, no se la puede perdonar por la ideología con que esté vestida, recubierta. La ideología es una vestidura detrás de la que se esconde la violencia del Estado, que es sistemática. Es un tema sobre el que deberíamos mirar en Latinoamérica para analizar la revolución cubana y lo que ha sido en estos 60 años con honestidad. Sé que cuesta, que es difícil, mis palabras a algunos los hieren, otros no las comprenden y me asocian a posiciones de ultraderecha: ¡nada más alejado de la verdad! Es un ejercicio de reconocimiento de la verdad y de reconocimiento del otro. De analizar la opresión y encontrar los patrones ocultos en la estructura interna del Estado cuando decide ejercer el terrorismo sobre los otros, la violencia de Estado sobre los otros.
CUBA | PR0TESTAS ¿Qué pasó el 11 de Julio? PRIMERAS IMÁGENES DE LA HABANA.
Sobre su experiencia como opositora que sufrió todo el peso del Estado represor, Barrero tiene mucho para contar. La Seguridad del Estado le abrió cuatro causas por "desacato" y figuras similares. "Una vez me sacaron de mi casa en piyamas para interrogarme, me llevaron a una prisión durante 10 horas. Fue un secuestro. En una celda de una unidad policial, tres mujeres me metieron, me arrastraron a una celda, dos me tomaban de los hombros y la otra me desnudada y golpeaba. Un policía hombre miraba desde fuera. Tiraron la ropa al piso y me dejaron allí y se fueron. Yo en defensa propia intenté zafarme, le grité y por esto fui acusada de desacato. En lugar de acusarlas a ellas por abuso de autoridad porque ellas cometían el crimen, fueron ellas las que me acusaronn a mí. Parece que una tiene que sufrir esa vejación en silencio". El crudo testimonio de Barrero es solo un caso entre miles de los que se dieron el año pasado en Cuba como parte de la ola represiva ordenada por la cúpula del poder castrista ante las marchas masivas del 11 de julio, que la tomaron por sorpresa.
-Hay una nueva tendencia de la izquierda en la región: Gabriel Boric, el más interesante, ahora ganó Gustavo Petro y muy posiblemente Lula en poco tiempo más. ¿Cómo visualizan estos cambios desde el exilio cubano?
-A Lula será la historia que lo condene por su complicidad con el castrismo y el chavismo. La izquierda, que ahora comienza a gobernar en mayoría en la región, debe plantearse que tiene una oportunidad de erigirse como izquierda democrática, de hacerle honor a los valores que defiende y posicionarse en contra de las dictaduras; se puede ser de izquierda y no estar a favor de una dictadura, las dictaduras son tales más allá del color político y las izquierdas pueden serlo sin sentir que traicionan los principios porque condenan una dictadura. Esto es una incoherencia, hay algo ahí que no es coherente ni honesto. Entonces creo que hay una oportunidad, si fueran capaces de verlo incluso en clave política, una oportunidad de hacerse más fuertes. ¿En qué te estarías traicionando? Al contrario, te estarías erigiendo y haciendo honor a los principios que supuestamente defiendes. Creo que Boric ha tenido algún pronunciamiento, aunque a la par hizo otras declaraciones no del todo precisas. Pero me quedo con lo bueno, él ha dicho, y cito de memoria, puedo equivocarme, "es inaceptable que en un país haya gente presa por su forma de pensar", que es lo que sucede en Cuba. Luego están las manifestaciones del presidente argentino Alberto Fernández que dejan mucho que desear, parece instalado en la Guerra Fría y con un nivel que parece propio de un niño de la escuela, muy limitado. Y luego está la posición del presidente mexicano López Obrador que dijo que él no iba a Los Angeles si no iban los dictadores. De vuelta, no se excluye a Cuba, las sociedades civiles fueron, los gobernantes como Obrador no deben confundirse: ellos no son el país, representan a una ciudadanía, un tejido social que sí conforma a un país, ellos están en un puesto de servicio. Y estos tres dictadores no fueron elegidos; en el caso de Cuba nadie votó a Diaz-Canel. Nadie los excluyó, la OEA y EEUU solo aplicaron la Carta Democrática.
_La represión posterior al 11 de julio creó sin querer un fuerte movimiento de familiares que defienden a sus hijos.
-Sí, en Cuba el movimiento de madres es muy fuerte, de las Madres de julio, que tienen a sus hijos presos, la mayoría muy jóvenes, y que sufren ellas mismas acoso y prisión por pedir por sus hijos. Yudinela Castro, por dar un caso, fue detenida 10 días y torturada, al punto que cuando salió intentó suicidarse. Por reclamar por su hijo, un niño de 18 años que fue condenado a 12 años de prisión por salir pacíficamente a protestar. Estos casos se multiplican por cientos. Adolescentes condenados a 12, 15, 18 años por haber intentado ejercer su derecho constitucional a peticionar a las autoridades.
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Me gustaría ver a alguna de las Madres argentinas, lo digo con todo respeto, y contarle de estas madres cubanas, a las que conozco y acompañé a muchas frente a los juicios a sus hijos. Me exiliaron justamente por estar con ellas el 31 de enero pasado en uno de esos juicios. En la tarde cuando sacaban a los muchachos esposados la policía cargó contra las madres y a quienes las acompañaban. A mí me llevaron a prisión y me dijo la Seguridad del Estado: tienes 48 horas para salir del país, si no vas a presa, algo que me habían dicho muchas veces, pero agregaron que si no sales tus "amiguitas" las madres las vamos a procesar por desorden público. Me gustaría contarles a las Madres de acá lo que sufren las madres cubanas, ponerlas en contacto incluso si ellas quisieran. Las madres cubanas no deben estar solas, debe haber una solidaridad más alla del colorido ideológico".
-En el pasado, nadie creía que la URSS se pudiera desintegrar, lo mismo las dictaduras de los países satélites de Europa del Este. ¿Puede descartarse algo similar en Cuba, una implosión del poder?
-Al interior del poder en Cuba hay una gran desmoralización y falta de credibilidad, pese a que la represión es más fuerte que nunca. Nunca el aparato represor ha acometido con tanta crueldad. Pero pueden ser los estertores de una bestia. Estoy intentado abrir los ojos, sobre todo a la izquierda latinoamericana. Pero no creo que serán los factores internacionales los decisivos, el futuro depende de nosotros los cubanos. Y después del 11 de julio de 2021 confío mucho, los cubanos demostraron muchas cosas: que el apoyo unánime a la revolución es una falacia, ya nadie puede negarlo. Demostraron de lo que son capaces y confío en eso en la capacidad de transitar hacia la democracia y de oponernos al régimen. El cambio va a venir de adentro. Pero es importante que la comunidad internacional le dé legitimidad a la resistencia cubana, y que sea capaz de sancionar a los perpetradores de delitos. La peor sanción que puede tener el régimen es que se diga la verdad.
-La administración de Joe Biden buscó un punto medio entre la de Obama y la de Trump, no parece mal encaminado...
-Pero hay una percepción dentro de la comunidad, que no entiende bien hacia dónde va Biden. Luego del 11-J hubo un acercamiento incoherente y por otra parte ha querido condenar a los perpetradores y empoderar a las sociedad civil cubana. En última instancia, volvemos a lo mismo: el embargo le ha servido más al régimen y a su retórica, les ha servido para pasar de victimarios a víctimas. Y las sanciones han sido muy diferentes en el tiempo, no se pueden pensar de manera abstracta. Desde 2001 hay una excepción que permite a Cuba comprar alimentos, medicinas, equipo médico en EEUU. De hecho el pollo que se come en Cuba viene de los EEUU, de Utah. Lo sabe todo el mundo. Y no justifico el embargo, nada de eso. Pero no se puede hablar de 'bloqueo', si no no se podría sacar ni entrar nada y hay vuelos regulares a Cuba y se hacen estas compras de bienes esenciales. Las sanciones están dirigidas a las empresas militares sobre todo, como fue el caso de Sudáfrica (durante el Apartheid) o ahora el propio Putin, aunque estas fueron multilaterales. Acá en América latina se habla con ligereza de bloqueo, que no lo es. El lenguaje es muy importante, los totalitarismos lo saben porque el lenguaje nombra la realidad. El régimen usa determinados eufemismos como el bloqueo. Invito a profundizar sobre este tema, más allá que al final el saldo es que el embargo al que más le ha servido es al régimen.
-Nunca fue un tema fácil Cuba para los diplomáticos profesionales y los gobiernos de nuestras democracias.
-Pero si hubiera una condena internacional clara y firme a partir de toda la evidencia y material que hay de prueba y hubiera una condena multilateral como la que recibió la Sudáfrica del Apartheid, que luego de recibirla no duró mucho, además la gente de Sudáfrica lo reclamó. Como la hay en Cuba luego del 11-J. Siempre que la condena sea unilateral es muy complejo salirse de este escenario.
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