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      Cuando las dictaduras sonríen en la ONU

      Parece una paradoja que países con políticas de estado violatorias sean durante gran cantidad de años miembros del Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas.

      Cuando las dictaduras sonríen en la ONUVior
      11/10/2020 21:53

      Las autocracias de Arabia Saudita, Cuba, China y Rusia se presentarán nuevamente para ocupar un asiento en el Consejo de Derechos Humanos (CDH) de la ONU y seguramente resultarán electas. En efecto, este martes 13 de octubre está prevista la votación en la Asamblea General de la ONU de la renovación de un tercio de los 47 países que integran el CDH creado en 2006.

      El período como miembro en el CDH es de tres años y se permite sólo una reelección. Arabia Saudita, Cuba, China y Rusia integraron el CDH en cuatro períodos: 2007 a 2009; 2010 a 2012; 2014 a 2016; 2017 a 2019; y ya anunciaron su nueva postulación para el período 2021-2023. De ser electas nuevamente, las cuatro dictaduras estarán habilitadas para presentarse en 2023 a la reelección y de lograrla cumplirán allí 18 de los 20 años de vida de este organismo.

      Parece una paradoja que países con políticas de estado violatorias de las libertades democráticas sean los que sumen mayor cantidad de años en un ámbito dedicado a “defender las más altas exigencias en la promoción y protección de los derechos humanos”.

      Por lo tanto, la integración del CDH requiere de dos reformas fundamentales. Una es incorporar en la resolución que creó el Consejo de Derechos Humanos el requisito obligatorio para los países que lo integren de establecer invitaciones abiertas y permanentes a los procedimientos especiales.

      De esta manera, dictaduras como las mencionadas, al formar parte del CDH se obligarían a recibir a Relatores/as Especiales y Grupos de Trabajo de la ONU que les incomodan, como los dedicados a los derechos a la libertad de reunión pacífica y de asociación; la situación de los defensores de derechos humanos; la promoción y protección del derecho a la libertad de opinión y de expresión; los derechos culturales; las ejecuciones extrajudiciales, sumarias o arbitrarias; y las detenciones arbitrarias.

      La otra reforma es que el voto en la Asamblea General sea público en lugar de secreto, para que de esa manera los países, en especial con gobiernos democráticos, tengan que rendir cuentas a sus sociedades sobre cómo votaron. Por caso, la última vez que se presentó China, la mayor dictadura del mundo, obtuvo 180 votos de 193 países que integran la ONU, lo cual implica que fue votada por al menos 40 democracias.

      Si bien de los 15 países que serán electos este año hay muchas candidaturas cuestionables, las de Arabia Saudita, Cuba, China y Rusia resultan las más criticables porque en 12 años en el Consejo de Derechos Humanos no han demostrado ningún compromiso con el sistema universal y además han registrado nuevos casos de ataques a la dignidad humana.

      Por tal motivo, CADAL le solicitó a la Cancillería argentina votar en contra de estas cuatro candidaturas, y también la de Bolivia por tratarse de un gobierno interino que ha recibido graves denuncias por parte de prestigiosas organizaciones internacionales de derechos humanos.

      En todos los casos, se le solicita al canciller Felipe Solá que el Ministerio a su cargo haga público mediante un comunicado oficial cómo votó la Argentina cada candidatura.

      Las autocracias volverán a sonreír con su burlona presencia en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, pero no resultará nada gracioso que hayan contado con el apoyo de un país como la Argentina que tanta solidaridad democrática internacional recibió durante la última dictadura militar.


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      Gabriel Salvia
      Gabriel Salvia