Como el país no se acaba con el plebiscito del 17 de diciembre, el resultado de esa votación tendrá un impacto directo sobre muchos asuntos en la agenda, incluida la reforma tributaria. El gobierno, que está soterradamente liderando la campaña por el voto En Contra, recibirá un duro golpe si se impone la opción A favor. Pero si los chilenos votan mayoritariamente por aprobar esta segunda propuesta constitucional, el gobierno del Presidente Gabriel Boric tendrá una inmejorable oportunidad para presentar una ambiciosa reforma tributaria que le permita financiar la extensa lista de nuevas obligaciones sociales que la nueva constitución impondrá al Estado.

Así, al menos en lo que se refiere a la reforma tributaria, una posible derrota del gobierno en el plebiscito del 17 de diciembre se convertirá en una gran oportunidad para darle fuerza a sus, hasta ahora, frustrados deseos de aumentar los impuestos.

Para nadie es un misterio que el proceso constituyente no terminó como soñaban los sectores de izquierda y en particular el gobierno de Boric. El Presidente aspiraba a firmar una nueva Constitución maximalista e irresponsablemente fundacional. Su ex ministro Giorgio Jackson cándidamente reconoció que la implementación del programa de gobierno dependía en buena medida de que la Constitución propuesta en 2022 por la Convención Constitucional fuera aprobada.

Ahora, a más de un año del fracaso de ese proyecto fundacional, Boric deberá ya sea ratificar con su propio voto la Constitución “de los cuatro generales” (como él llamó al texto actual) o firmar la Constitución hecha por una mayoría de derecha en el Consejo Constitucional que profundiza el modelo neoliberal. En cualquiera de los dos escenarios, Boric y su coalición de extrema izquierda del Frente Amplio y del Partido Comunista deberán beber el amargo trago de la derrota la noche del plebiscito.

Por cierto, las implicaciones de esta derrota histórica serán menos dolorosas en el corto plazo si los chilenos rechazan la propuesta de nueva Constitución. Después de todo, eso significará un rechazo evidente al liderazgo de José Antonio Kast en la derecha en Chile. Pero también será una nueva derrota para los partidos tradicionales UDI y RN que impulsaron el acuerdo por un proceso constituyente en noviembre de 2019. En cambio, si se aprueba la nueva Constitución, el gran ganador en el corto plazo será Kast. Aunque en el largo plazo, el ex Presidente Piñera y los partidos de derecha también saldrán redimidos. Porque le queda poco tiempo en el poder y ya está pensando en las próximas elecciones, el gobierno de Boric celebrará un triunfo del voto En contra porque eso implicará que la carrera presidencial de 2025 seguirá abierta.

Si gana el A favor, el gobierno será derrotado. Pero, a veces, no hay mal que por bien no venga. Si gana el voto A favor y se promulga la nueva Constitución, el gobierno se encontrará con una inusual oportunidad para avanzar su ambiciosa agenda original.

Ya que el proyecto de nueva Constitución establece la creación de varios nuevos organismos estatales y porque se incluyen más derechos sociales sujetos a la condición de responsabilidad fiscal, el gobierno del Presidente Boric tendrá un buen argumento para impulsar una reforma tributaria que aumente los impuestos para poder cumplir con los compromisos incluidos en el nuevo texto constitucional. Si bien la derecha asocia el concepto de responsabilidad fiscal a reducir el gasto, ese concepto también se puede entender como justificación para un aumento de impuestos que permita cumplir con los compromisos con mayor gasto social establecidos en la nueva Constitución.

En caso de promulgarse la nueva Constitución, el gobierno aprovechará que el texto incluye ambiciosas promesas de derechos sociales para sacar a los legisladores de derecha al pizarrón. El debate ya no será sobre la conveniencia de aumentar el gasto fiscal, sino que se convertirá en una discusión de cuándo se deberá realizar dicho aumento. En vez de poner el foco en el crecimiento económico como camino para lograr mejorar la calidad de vida de las personas, el gobierno insistirá con poner el foco en el gasto público como forma de ir en ayuda de los que más necesitan.

En poco más de dos semanas, los chilenos deberemos votar sobre el nuevo texto constitucional propuesto en este segundo proceso constituyente. Aunque una buena parte de la ciudadanía ya ha decidido su voto, todavía hay una saludable cuota de incertidumbre sobre cuál será el resultado. Independientemente del resultado, el gobierno del Presidente Boric buscará retomar el control de la agenda a partir del 18 de diciembre. Evidentemente, La Moneda recibirá un fuerte golpe si se impone la propuesta de nueva constitución. Pero, al menos en lo que respecta a la reforma tributaria, La Moneda tendrá un camino más auspicioso hacia adelante si una mayoría de las personas vota a favor del nuevo texto constitucional.

Sociólogo, cientista político y académico UDP.

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2 Comentarios

  1. Qué rebuscada y torcida forma de pasar gato por liebre, me imagino que te costó muchas horas aquello, o quizás, te fue fácil, está en tu ADN

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