La noticia de los últimos informes que miden el estado global de la democracia, como V-DEM, Freedom in the World, Bertelsmann Transformation Index y Democracy Index, coinciden en alertar sobre el declive global de las libertades civiles y políticas junto al consecuente aumento de las autocracias. Por ejemplo, en el reciente informe publicado por The Economist, Índice de Democracia, entre 167 países evaluados 60 son autocracias, representando a casi el 40% de la población mundial.
El dato esperanzador del último Democracy Index es que un país que padeció la ocupación nazi y posteriormente una larga dictadura comunista, la República Checa, alcanzó en 2024 el estatus de “Democracia plena”, figurando entre un selecto grupo de 25 naciones y siendo junto a Estonia los únicos dos provenientes del ex campo socialista que colapsó entre 1989-1991.
De los cinco componentes que integran el Democracy Index, en el caso del proceso electoral y pluralismo, la República Checa registra una puntuación de 9,58, similar a la de otras once democracias plenas, entre ellas Suecia, Países Bajos, Suiza, Reino Unido, Alemania y Costa Rica.
En libertades civiles la República Checa también destaca con un puntaje de 9,12, por encima de Canadá, España y Portugal; en participación política 7,78 igual que Finlandia y Uruguay; y en cultura política 7,50 superando en el top de las democracias plenas a Uruguay, Reino Unido, Costa Rica, Austria y Estonia.
El mayor desafío de la República Checa en el índice publicado por The Economist es sobre el funcionamiento del gobierno, con 6,43, siendo la más baja calificación en este ítem entre las 25 democracias plenas.
La República Checa, luego de su separación de Eslovaquia, tuvo como primer presidente a Václav Havel, una figura emblemática de la disidencia al régimen comunista en su país, artífice de la ejemplar transición democrática luego de la “Revolución de Terciopelo” iniciada el 17 de noviembre de 1989, un defensor del proyecto de integración europea y un líder político comprometido internacionalmente con la defensa universal de los derechos humanos.
El legado de Havel se mantiene vivo en la política exterior checa en derechos humanos y en su sociedad civil comprometida con la solidaridad democrática internacional. Al respecto, la República Checa brinda un gran apoyo a la defensa territorial de Ucrania, desde la invasión rusa a Crimea en 2014 y fortalecido con el inicio de la guerra a gran escala de Rusia el 24 de febrero de 2022. Asimismo, la República Checa acoge a unos cuatrocientos mil ciudadanos de Ucrania, siendo el país con la mayor cantidad de refugiados ucranianos por cada 100.000 habitantes.
En un discurso pronunciado el 7 de marzo de 1993 en la ciudad de Olomuc, Václav Havel señaló: “Somos un pueblo que en una ocasión fue víctima de una vergonzosa claudicación ante un matón en Múnich, y por ello debemos saber aún mejor que otros pueblos que no se deben hacer concesiones a la maldad, aunque no esté dirigida directamente contra nosotros. Al fin y al cabo, la indiferencia hacia los demás tan sólo puede tener una consecuencia: la indiferencia de los demás hacia nosotros”.
Hay distintas maneras de medir la grandeza de un país. Una de ellas es sobre su respeto de los derechos humanos, tanto en lo interno como en su compromiso internacional. En ese sentido, con un territorio casi equivalente a la provincia argentina de Entre Ríos, la República Checa se ha convertido, como lo muestra el Democracy Index y lo recuerda la vigencia del legado de Václav Havel en su política exterior, en un país de referencia en la solidaridad democrática global.
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