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      En el idioma político de los creadores

      Un coloquio de portavoces latinoamericanos ahondó en la situación de los artistas perseguidos en la región y en su singular red para torcer la realidad.

      En el idioma político de los creadoresEl artista cubano Luis Manuel Otero Alcántara, en su visita a la Argentina durante 2019.
      22/07/2021 10:24

      Cuba vive un momento singular; miles de manifestantes ganaron la calle el 11 de julio para exigir libertad y protestar por el colapso sanitario en la isla. Con el trasfondo de las persistentes luchas por la libertad de creación en este y otros países de la región, se desarrolló el miércoles pasado el encuentro de KaribeArte, un ciclo dedicado a destacar la presencia del arte en la vida social y pública de América Latina y el Caribe. El encuentro se desarrolló bajo la consigna “Arte, protestas creativas y cambio político” y fue promovido por una cadena de organizaciones de la sociedad civil integrada por la argentina Cadal, el reconocido portal periodístico venezolano Provea, Zona de Descarga, una ong venezolana dedicada a la vinculación del arte con los derechos humanos y la libertad, la ong independiente Freemuse y Artists at risk connection, dedicada a proteger el derecho a la libertad de expresión y garantizar que los profesionales de la cultura puedan trabajar sin miedo.

      El miércoles 14 de julio se reunieron por zoom activistas de Guatemala, Venezuela y Cuba. La mayoría de ellos eran artistas y gestores con amplia participación en la vida política de sus países, lo que entrañaba un riesgo cierto de represalias. En el encuentro participaron expositores, artistas y gestores que provienen de diferentes experiencias de activismo artístico-ciudadano. Por el grupo 27N -constituido en La Habana el 27 de noviembre pasado-, participaron el fotógrafo Julio Llópiz Casal, cubano residente en La Habana, y Kizzy Macías, activista que empezó en OmniZonaFranca y que hoy desde EE.UU. apoya y participa del polo disidente cubano Movimiento San Isidro. Desde Venezuela estuvieron en el evento, por Labo Ciudadano, Seynar Liscano y Angel Zambrano, y dos integrantes del grupo Las Comadres, que hacen arte callejero utilizando máscaras como mecanismo de despersonalización radical en la disputa política. La rockera y gestora Ana Lucia Ixchiu participó por la agrupación guatemalteca Festivales Solidarios.

      Cada uno describió la situación en su país destacando el papel que los artistas tienen en la ampliación del debate y en la generación de actividades que promuevan el pensamiento y la autogestión de subjetividades. Resulta apasionante comprobar cómo el discurso de estos artistas se esfuerza por escapar a las dicotomías que se replican desde las formas políticas tradicionales. De alguna manera, la discusión central se plantea en torno a la libertad entendida en sentido amplísimo, lo que implica el reconocimiento del otro, al mismo tiempo en que la celebración de la diversidad facilita el encuentro sin requerir de acuerdos sólidos ni coincidencias estridentes. A diferencia de los discursos tradicionales de la política de estos países e incluso de los discursos disidentes, la narrativa de los artistas aparece despojada de categorías analíticas, centrada en las posibilidades expresivas a favor del cambio colectivo.

      Imposible que en esta coyuntura Cuba no tome un protagonismo casi excluyente, y los participantes de ese país hicieron una narración histórica del rastro que el activismo artístico deja en las actuales manifestaciones populares.

      La moderadora del encuentro, Cecilia Noce, de Cadal, cerró la actividad con una pregunta abierta y sugestiva: ¿Cuál es el cambio político que esperan para sus países? Las respuestas, coincidentes en las reivindicaciones de género, abogaron por el fin de las formas binarias de acercarse a los fenómenos sociales y políticos. Una vez más, las diferencias generacionales y de prácticas marcan una diferencia sustantiva en la narración y en la caracterización sobre las realidades de cada país. Otro gran punto de acuerdo, que implica también un necesario análisis sociológico y cultural de nuestras sociedades, es la necesidad imperiosa de estar conectado y disponer de Internet. Este punto aparece con una potencia tal que es indispensable tomarlo desde un punto de vista extra tecnológico y justipreciar su importancia en la creación de redes y visibilización de lo que sucede en términos sociales.  


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      Sobre la firma

      Gabriel Palumbo