La izquierda autoritaria latinoamericana representada por el Grupo de Puebla y el Foro de São Paulo tiene en el Partido Comunista chino (PCCh) a un nuevo aliado. China apuntala así su influencia en América Latina, región en la que, en apenas 25 años, se ha convertido en un jugador principal gracias a sus inversiones, al volumen de comercio, a la concesión de préstamos y a la construcción de infraestructuras. Este poderío económico le concede ya una influencia considerable.