Derechos Humanos y
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28-03-2018

Esteban Bullrich y el «PRO gurka» que el debate por el aborto activó

(TN) Como ministro de Educación no aportó demasiado, pero ahora, como vocero más activo y entusiasta del bando antiaborto del partido del presidente, está dando que hablar y no precisamente por buenos motivos.
Por Marcos Novaro

(TN) Sus intervenciones sobre el tema carecieron desde el comienzo de toda moderación. Habló de “asesinato” en reiteradas ocasiones, ignorando que la ley argentina no considera que interrumpir el embarazo sea en ningún caso igual a matar a una persona, y que en distintas circunstancias hasta permite hacerlo. Y no sólo en los de violaciones o riesgo de muerte para la madre: ¿no deberían estar prohibidos el DIU y la píldora del día después si lo que dice Bullrich es cierto? Aunque tal vez sea que él quiere cambiar todo eso para que cualquier persona que aborte o colabore en un aborto, por ejemplo en un acto tan nimio como contrabandear una droga de las hoy aquí no autorizadas, pase treinta años en prisión.

Se refirió también a quienes respaldan la idea de la despenalización del aborto como promotores de la muerte, llevando al límite la descalificadora y virulenta contraposición que el bando autodenominado “provida” ya de por sí cultiva. Y ahora directamente dio voz a un embrión amenazado por una madre que no lo quiere, en un largo poema que si es efectivamente de su autoría además de escaso talento literario revela un alma bastante oscura y propensa a la desmesura.

Yo te amo mamá (como nadie lo hará)

Indefensos silencios que callan,

adentro del castillo hecho panza.

Vulnerables ojitos que no ven,

la tormenta que le aproximan a su piel.

Sonrisa muda de alegría,

pese a sentir que en breve se le irá su vida….

Mejillas suaves hechas para besar,

no conocerán los labios de su mamá.

….Tanto amor y deseos de abrazar,

serán mutilados y en sangre se ahogarán.

Te amo mami no me dejes,

….Mi mamá no me mimará,

aunque yo la amaré siempre en su eternidad.…

Tu hijito por siempre.

Es hasta lógico que los católicos piensen que el alma humana se crea y habita el cuerpo ya antes del nacimiento. Pero sus esfuerzos por darle sustento científico a esa idea (el argumento de que hay vida desde la concepción) y más todavía eficacia jurídica no tienen demasiado futuro. ¿Alguien cree que si la despenalización no prospera, como es lo más probable, al día siguiente va a ser más eficaz que antes su prohibición, va a ir alguien a prisión o la gente que lo desee, incluido un muy amplio número de católicos, va a dejar de abortar? El efecto más notable de la discusión habrá sido de todos modos muy otro: que no sólo hay que olvidarse definitivamente de las invitaciones a praticar la castidad, o a tener hijos para ver si luego logramos darlos en adopción, sino que hasta a los más reaccionarios les resultará inevitable tolerar algo más de educación sexual y promoción de la salud reproductiva.

Es probable que algo de esto esté pasando y entonces el problema político que el exministro de Educación expresa o adelanta sea mucho más complicado: la activación de un sector de derecha dura, que hasta aquí venía bastante acotado en términos de espacio de expresión e influencia, y al que tal vez el debate por el aborto pueda estar ofreciéndole una inesperada oportunidad para dar un salto adelante.

Las movilizaciones recientes con gran asistencia de público pueden ser una señal a este respecto. Y si la cuestión se cierra con un triunfo legislativo no es descabellado imaginar que esas posiciones se consoliden y abroquelen, algo que en otros terrenos no lograron, ni tenían visos de poder lograr: afortunadamente no fue el caso en la cuestión de las violaciones a los derechos humanos, ni tampoco en términos de mano dura represiva, pese al episodio Chocobar y a todos los improperios que suelen lanzar contra el gobierno los más críticos en esos terrenos y que dan por supuesto que su verdadera convicción al respecto es, de tan siniestra, inconfesable; tampoco sucedió en el frente económico donde el gradualismo y la moderación siguen imperando ampliamente frente a una minoría de ortodoxos ajustadores con poco arrastre en la opinión, incluso la empresaria. Sería sin duda paradójico que frente a tal panorama, finalmente sea el propio vértice del Ejecutivo el que, al habilitar el debate por el aborto, termine facilitando las condiciones para una radicalización por derecha, que en frentes más peleados e inescapables logró hasta aquí evitar, pero en uno elegido a voluntad se le escape de las manos.

Está, claro, todavía a tiempo de evitarlo. Lo que no depende tanto de lograr que el senador Esteban Bullrich deje de hacer papelones, como de que la gestión tome la iniciativa en terrenos que hasta aquí más bien despreció y ella misma ha vuelto centrales, como los mencionados de salud reproductiva y educación sexual en escuelas y hospitales. Y también de evitar un eventual efecto contagio: no es culpa de nadie en particular que un tema como el aborto desate pasiones y expresiones del estilo “yo soy la vida, vos sos la muerte”; mientras eso no contamine otras áreas de la agenda puede que los consensos moderados y el privilegio de las soluciones consensuadas no se vean mayormente afectados, y el oficialismo logre preservar esos equilibrios que tan útiles hasta aquí le han resultado.

Fuente: TN (Buenos Aires, Argentina)

Marcos Novaro
Marcos Novaro
Consejero Académico
Es licenciado en Sociología y doctor en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente es director del Programa de Historia Política del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la UBA, del Archivo de Historia Oral de la misma universidad y del Centro de Investigaciones Políticas. Es profesor titular de la materia “Teoría Política Contemporánea” en la Carrera de Ciencia política y columnista de actualidad en TN. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Entre sus libros más recientes se encuentran “Historia de la Argentina 1955/2010” (Editorial Siglo XXI, 2010) y "Dinero y poder, la difícil relación entre empresarios y políticos en Argentina" (Editorial Edhasa, Buenos Aires, 2019).
 
 
 

 
 
 
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