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12-02-2019

Cuando el problema es el acceso a la playa

(El Líbero) Una vez que las necesidades básicas de la gran mayoría de la población han sido satisfechas, la gente comienza a centrar sus demandas y preocupaciones en cuestiones de calidad de vida.
Por Patricio Navia

(El Líbero) Cuando el tema principal del debate político y la discusión pública en Chile es el acceso igualitario a las playas del país, nadie puede seguir insistiendo en que éste atraviesa por una preocupante crisis política y social que haga necesaria una refundación o cambio radical del modelo de desarrollo.

La semana pasada se viralizó un video en redes sociales en que el presidente de la empresa Gasco, Matías Pérez Cruz, le pedía a la religiosa Claudia Figueroa y dos amigas que se fueran del lugar donde estaban descansando, frente al lago Ranco, porque ellas presumiblemente estaban en su jardín, no en el sector de acceso público de la playa. La polémica que se desató sobre el video se ha convertido en una de las noticias destacas del verano. La mayoría de las personas han tomado partido a favor de las mujeres que, por lo que aparece en el video, no querían invadir una propiedad privada. Otros se han enfocado en la discrecionalidad sobre qué constituye propiedad privada frente a una playa o un lago. Pocos han solidarizado con presidente de Gasco que, en el mismo video, comenta que su propiedad había sido invadida antes por personas que querían hacer daño. Como segunda derivada de la polémica, no pocos han cuestionado la actitud de Pérez Cruz, que ha traído mala publicidad a la empresa Gasco y se ha convertido en símbolo del abuso empresarial.

Corresponde entonces una reflexión menos apasionada sobre las implicancias de que el debate más relevante para el chileno medio en lo que va del verano de 2019 haya sido la discusión sobre el acceso público a las playas y orillas de lago del país.

Es verdad que ha habido otras noticias importantes en el verano. La sentencia del juez Alejandro Madrid sobre el homicidio del ex Presidente Eduardo Frei Montalva ocurrida en dictadura en 1982 posiblemente pasará a la historia como el hecho más importante del verano. Pero solo 2 de cada 3 chilenos dicen estar al tanto de esa noticia. Las inundaciones en el extremo norte del país y los incendios forestales en la zona centro y sur posiblemente tengan consecuencias medioambientales y económicas que perduren por mucho más de lo que durará el verano. Pero el debate sobre el acceso a las playas de Chile atrajo más interés que las noticias sobre violaciones a los derechos humanos o catástrofes naturales.

Esto no es solo porque las catástrofes naturales ocurren todos los años. Después de todo, esta no es la primera vez que los chilenos debaten arduamente sobre el derecho a acceder a las playas y riberas de lagos y ríos en el país. Pero la importancia que los chilenos le han dado al incidente del Lago Ranco —en que un empresario aparece acosando a unas mujeres que solo parecían querer descansar— refleja tanto la sensación prevalente de abuso que existe en el país como el nivel de preocupaciones en que se ve materializada esa percepción de abuso.

Los chilenos creen que las empresas abusan de los consumidores y clientes. En el incidente del Lago Ranco, la personificación de ese abuso es Matías Pérez Cruz. Da lo mismo si el dueño de la propiedad tenía razón o no. Da igual que haya explicado que en el pasado su propiedad ha sido víctima del abuso de veraneantes que no respetan la propiedad privada. La gente estaba predispuesta a culpar a Pérez Cruz porque él representaba el abuso empresarial.

Ahora bien, el hecho que el símbolo del abuso empresarial este verano haya sido sobre el ingreso a una playa debiera ser un consuelo para los defensores del modelo económico chileno. El tema del debate no fue la pobreza extrema, los campamentos, las listas de espera en los servicios de salud, el desigual acceso a la educación de calidad, el desempleo o las bajas pensiones. Los chilenos este verano se preocuparon por asuntos post-materiales. Una vez que las necesidades básicas de la gran mayoría de la población han sido satisfechas, la gente comienza a centrar sus demandas y preocupaciones en cuestiones de calidad de vida. Debatir sobre el acceso a las playas implica que la gente tiene suficientes recursos para llegar a la playa y para disfrutar de las vacaciones con sus familias y amigos.  Debatir sobre acceso a playas quiere decir que los otros problemas que enfrenta el país no son tan urgentes —pueden esperar hasta después del verano.  

Chile tiene grandes problemas y desafíos por delante. Pero cuando uno lee las noticias y las compara con las que reflejan momentos difíciles y profundas crisis políticas en Estados Unidos, Europa y otros países desarrollados -y por cierto en nuestros vecinos de América Latina-, es imposible no sentir satisfacción y tranquilidad. Los problemas sociales que enfrenta el país y los debates en que se enfrascan los chilenos muestran lo mucho que hemos avanzado.

Fuente: El Líbero (Santiago, Chile)

Patricio Navia
Patricio Navia
Consejero Académico
Doctor en ciencias políticas (New York University). Anteriormente obtuvo un master en la misma disciplina de la Universidad de Chicago y una licenciatura en ciencias políticas y sociología de la Universidad de Illinois. Es profesor titular de estudios liberales y profesor adjunto del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de New York University. En Chile, es profesor titular de ciencias políticas en la Universidad Diego Portales. Es autor de varios libros y especialista en elecciones, opinión pública, sistemas de partidos y relaciones ejecutivo-legislativo en América Latina. Es columnista en varios medios, incluido El Líbero (Chile) y Americas Quarterly (EEUU).
 
 
 

 
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