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09-07-2019

Profesores y gobierno pueden cantar victoria

(El Líbero) Así como han estado las cosas en años recientes, deponer la movilización y abrir espacios de negociación para mejoras concretas es la mejor noticia que podría recibir el sistema de educación pública.
Por Patricio Navia

(El Líbero) Si el gobierno del Presidente Sebastián Piñera y el Colegio de Profesores cierran el acuerdo para deponer las movilizaciones, tanto La Moneda como los docentes movilizados podrán cantar victoria. El gobierno habrá logrado que se normalice la situación en muchos colegios municipales. A su vez, los profesores pueden celebrar haber recibido respuesta a varias demandas y haber puesto en la agenda otras reivindicaciones. Si bien hay mucho camino por recorrer para que la educación pública logre las mejoras que el país necesita, siempre es mejor avanzar en el camino del diálogo que prolongar un conflicto que tiene agotados a ambas partes y cada vez genera menos interés en la opinión pública.

No hay peor guerra que aquella que desangra a ambas partes y no tiene un ganador claro.  La movilización del magisterio, que lleva más de un mes, ha tenido un alto costo para los profesores involucrados, para los alumnos y sus familias afectadas y para el propio gobierno. Las demandas de los profesores pueden ser atendibles, incluso justas, pero la movilización ha tenido un alto costo para el sistema de educación pública. Aunque muchos líderes políticos se llenen la boca defendiendo la educación pública, para millones de chilenos, la educación pública cada día se parece más a una condena a una educación de mala calidad que a una herramienta que abre oportunidades de movilidad social ascendiente a niños de bajos recursos.

En los últimos años, pese a los recursos adicionales y a las reformas realizadas para mejorar la calidad de la educación pública, los chilenos que tienen los recursos y las oportunidades siguen huyendo del sistema de educación municipal en busca de colegios particulares subvencionados o particulares pagados. Las expectativas de recibir educación de calidad se asocian cada vez menos al sistema público. Los paros, las movilizaciones y los recursos insuficientes hacen que la percepción generalizada sea que, si los padres pueden escoger, debieran optar por matricular a sus hijos en colegios particulares o particulares subvencionados.

Aunque el gobierno usa y abusa de la estrategia de culpar al gobierno anterior de los problemas que no puede solucionar, en lo que se refiere a la educación básica y secundaria, hay buenas razones para creer que las reformas que impulsó Michelle Bachelet hicieron más daño que bien. La idea, magistralmente resumida por el entonces ministro de Educación Nicolás Eyzaguirre, de que la mejor forma de nivelar la cancha de oportunidades en la educación era quitarle los patines a unos niños para que todos pudieran competir sin patines, resume la hoja de ruta del gobierno de la reforma educacional del gobierno de Bachelet. En vez de mejorar la calidad de la educación de los colegios más deficientes, el gobierno de la Nueva Mayoría buscó nivelar hacia abajo.

Desde que llegó al poder, el gobierno del Presidente Piñera se abocó a lograr revertir algunas de las reformas implementadas por el gobierno anterior. Pero igual que lo que ocurre con otras iniciativas legislativas del gobierno, el hecho que Chile Vamos sea minoría en el Congreso dificultan el avance de las reformas que quiere implementar La Moneda. Ya sea porque toda la oposición está en modo obstruccionista o porque el gobierno es incapaz de construir espacios de negociación con legisladores moderados de oposición, el caso es que el gobierno de Piñera ha sido incapaz en revertir el curso de las reformas que implementó el gobierno de Bachelet.

La movilización de los profesores incluye una larga lista de demandas y reivindicaciones, algunas razonables y otras cuestionables. Después de varias semanas de paralización de actividades, los profesores han pagado un alto costo y han hecho que ese costo sea compartido por los alumnos ya desaventajados del sistema público. Pero los profesores también han logrado que el gobierno pague parte del costo político de esta movilización.

Por eso, todos los actores involucrados deberían aprovechar la oportunidad que parece haberse abierto ayer, después del diálogo entre la ministra Marcela Cubillos y el Colegio de Profesores. Ahora que el gobierno ha hecho concesiones adicionales, los profesores tienen una gran oportunidad para deponer la movilización y declararse vencedores. El gobierno también podrá cantar victoria al haber logrado avanzar algunas de sus prioridades en la agenda de reformas. Los miles de alumnos afectados por el paro también podrán retomar sus clases —después de las vacaciones de invierno. Pero, sobre todo, habrá alguna esperanza para el sistema de educación pública. Como un paciente que ya lleva varios años en cuidados intensivos sin señales de mejorías, la educación pública chilena necesita recibir buenas noticias. Así como han estado las cosas en años recientes, deponer la movilización y abrir espacios de negociación para mejoras concretas es la mejor noticia que podría recibir el sistema de educación pública.

Fuente: El Líbero (Santiago, Chile)

Patricio Navia
Patricio Navia
Consejero Académico
Doctor en ciencias políticas (New York University). Anteriormente obtuvo un master en la misma disciplina de la Universidad de Chicago y una licenciatura en ciencias políticas y sociología de la Universidad de Illinois. Es profesor titular de estudios liberales y profesor adjunto del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de New York University. En Chile, es profesor titular de ciencias políticas en la Universidad Diego Portales. Es autor de varios libros y especialista en elecciones, opinión pública, sistemas de partidos y relaciones ejecutivo-legislativo en América Latina. Es columnista en varios medios, incluido El Líbero (Chile) y Americas Quarterly (EEUU).
 
 
 

 
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