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05-12-2019

El reparto de la torta

(7 Miradas) El manual del buen peronista dice que el que llega manda y desplaza a su jefe político. Pero Cristina no es cualquier jefa y Alberto llega por decisión de ella. El, es atípico: no tenía votos, nunca se había presentado a una elección encabezando, no tenía una construcción propia, nunca había liderado un espacio, y ergo nunca había sido la cabeza de una gestión. Así como Macri y Cambiemos fue un experimento, la presidencia de Alberto también lo será.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) 

El primer enemigo del “albertismo” es el propio Alberto. Esa corriente por ahora está en estado latente, sino expresamente desactivada. El nuevo presidente cree que ya bastante tiene con el desbarajuste económico, como para encima comprarse un pleito temprano con el ala cristinista por una cuestión de egos.

CFK aseguraba un voto cercano al 35 % antes de su defección como candidata presidencial. Es decir que al menos 10 puntos más los generaron 3 factores:

  • El corrimiento de Cristina en favor de Alberto,
  • Como derivación de eso, la unidad de la confederación peronista, y
  • La insoportable crisis económica que deja Macri.

No son 10 / 13 puntos de peronistas: son de switchers, gente que va y viene según la coyuntura, como lo vienen marcando las tendencias globales de voto desde hace unos 40 años atrás. Ellos son la clave. Seguramente no le agradan los prepoteos al periodismo, ni el discurso altisonante de ella en el juzgado. Pero lo más importante para ese segmento es que el nuevo presidente “se ponga las pilas” con la cuestión económica. Ese es el gran parámetro con que lo evaluará “la ancha avenida del medio”. Si eso fracasa, no habrá buenos modales que lo arreglen. Si eso anda bien, los malos modales se pueden discutir.

En ese marco, Alberto necesita “unidad, solidaridad y organización” del Frente de Todos, como pedía Perón desde el exilio por 1968. El mensaje por lo bajo sería: “muchachos, no me traigan más problemas de lo que ya tengo. Estoy haciendo lo que puedo. Pero si no nos sale bien lo económico, acuérdense que en 2 años hay elecciones de vuelta”. No se lo escuché decir, pero da toda la impresión que lo piensa.

Claro que eso requiere pericia para que todo el mundo se vaya contento a su casa pensando que obtuvo algo razonable en la repartija. Esa pericia por ahora es desconocida, no porque no la tenga, sino sencillamente porque nunca tuvo el manejo de la cuchilla para repartir la torta. Ahora tampoco la tiene totalmente, pero está claro que es el momento de mayor poder político autónomo que ha tenido en su vida. Con la foto del primer gabinete veremos cómo le sale.

Una de las claves del reparto de la torta lo daba hace muchos años el fallecido Lorenzo Miguel. Cuando definía al peronismo, decía que “es como los ravioles de la mamma del domingo: en todo los platos tiene que haber por lo menos uno”. Por eso, la cuenta de ganadores y perdedores solo se la podrá conocer hacia el 15 ó 20 de diciembre, cuando se empiece a conocer cómo se llenaron todos los ravioles del Estado. Por ahora, solo con evaluar al plantel de ministros se tiene una foto muy incompleta. El mundo del poder es mucho más complejo que 15 nombres.

Por último, quizá vayan despuntando algunas primeras conclusiones sobre la pregunta del millón: cómo será la relación entre Alberto y Cristina. El manual del buen peronista dice que el que llega manda y desplaza a su jefe político. Pero Cristina no es cualquier jefa y Alberto llega por decisión de ella. El, es atípico: no tenía votos, nunca se había presentado a una elección encabezando, no tenía una construcción propia, nunca había liderado un espacio, y ergo nunca había sido la cabeza de una gestión. Así como Macri y Cambiemos fue un experimento, la presidencia de Alberto también lo será.

A acostumbrarse: la política contemporánea va a de experimento en experimento.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)

Carlos Fara
Carlos Fara
Secretario
Presidente de Fara Veggetti desde 1991. Lleva 37 años dedicados a la consultoría política. Se especializa en Opinión Pública, Campañas Electorales y Comunicación de Gobierno. Ha recibido varios premios: entre ellos, el Premio Aristóteles a la Excelencia 2010 en el Dream Team del año, que se compone por los diez mejores consultores a nivel mundial en materia de campañas políticas. Ha participado en más de 200 campañas electorales en Argentina y Latinoamérica. Es ex presidente de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos (ALaCoP), y fue el primer presidente de la Asociación Argentina de Consultores Políticos (AsACoP). Es presidente de la International Association of Political Consultants (IAPC) 2024-2025. Autor del primer libro en español dedicado íntegramente a la profesión, “¿Cómo ser un consultor político?”, que recibió el Premio de ALaCoP al Mejor Libro 2018.
 
 
 

 
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