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Promoción de la Apertura Política en Cuba

16-07-2022

Los velos de Bergoglio

La reciente afirmación de Jorge Bergoglio sobre su cercanía con Raúl Castro deja entrever una similitud en sus formas de pensar sobre la democracia, de la que ambos descreen, al tiempo que recuerda la doble vara del papa Francisco a la hora de juzgar el respeto de los derechos humanos en distintos países: severo en algunos casos y mucho más laxo en otros, sobre todo si se trata del régimen de la isla, cuyas credenciales en la materia son inexistentes.
Por Hugo Machín Fajardo
Raúl Castro - Jorge Bergoglio

«Todo fue transmitido por ti al Papa, así que ahora

todo está en poder del Papa» [Los hermanos Karamazov]

¿Cómo hace Jorge Bergoglio para tener «una relación humana con Raúl Castro» y al mismo tiempo «querer mucho al pueblo cubano», como dijo a pocas horas de que la policía política cubana impidiera cualquier manifestación que recordara las marchas por libertad y comida del 11J de 2021?

Castro es un autócrata, violador de derechos humanos, defensor del partido único, o sea del totalitarismo. Por otro lado, la ciudadanía cubana vive bajo un Estado policiaco-militar que reprime toda manifestación por la libertad. Se podrá argumentar que hay millones de cubanos conformes con un régimen que lleva 63 años, y es cierto.

También sucedía, por ejemplo, en Uruguay. Cuando la dictadura militar convocó, en 1980, un plebiscito para excluir la democracia, hubo un 42% de ciudadanos que apoyaron el oxímoron que era la Constitución castrense, contra un 58% que la derrotó en las urnas.

Ahí tendríamos una primera pista del porqué de esa «relación humana»: ni Castro, ni la cúpula militar cubana, creen en la democracia y Bergoglio tampoco. No es una acusación, sino una evidencia: la Iglesia católica no es una institución democrática. Por el contrario, es la perfecta autocracia, además de misógina.

Los cristianos desde la antigüedad han considerado «sagrados» a los emperadores -eso era lo que significaba la palabra «augusto»-, y por encima de los emperadores y reyes estaba Dios, que era «el Rey de reyes».

¿Qué entenderá Bergoglio por relaciones humanas y por afecto? En septiembre de 2015, durante su visita de cuatro días a Cuba, ignoró a los opositores a la dictadura, pese a que alguno fue incluso golpeado por la policía política a solo unos metros de sus espaldas. Tampoco reclamó respeto por los derechos humanos ni elecciones libres en la isla, temas que en otros escenarios aborda.

En Estados Unidos, días después de visitar Cuba, se despachó sobre el matrimonio homosexual, la despenalización del aborto, defendió los derechos de los inmigrantes, cuestionó la pena de muerte, habló de libertad y democracia. En otra oportunidad llamó a no “mejicanizar” la Argentina, en referencia a lo que entendía como un avance del narcotráfico en su país. Usa diferentes velos que no permiten discernir exactamente qué piensa.

Sus razonamientos no son fáciles de entender para el común de las personas. En 2019 no supo definir la situación vivida en Chile ese año. Dijo que era una situación similar a la de las crueles dictaduras del Cono Sur de los años 70/80: “La situación de hoy en América Latina es similar a la que hubo entre 1974 y 1980 en Chile”.

Tampoco lo fueron para los jueces y el fiscal argentinos que lo interrogaron en 2010 durante el juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en la ESMA entre 1976 y1983. Para un sector de la ciudadanía argentina, no fue muy convincente en sus respuestas ante el Tribunal Oral Federal N°5 que juzgaba a los genocidas de la dictadura.

El actual papa Francisco iba y venía en sus respuestas al fiscal Zamora sobre su actuación como provincial de los jesuitas ante el secuestro por represores de la Marina de dos curas —Orlando Yorio y Francisco Jalics— que trabajaban en las villas miseria; así como sobre sus encuentros con el almirante Emilio Massera, uno de los integrantes de la junta militar que desapareció a 10.000 argentinos documentados por la Conadep.

Las ambigüedades del Vaticano —cuando no el apoyo explícito— respecto a dictadores de derecha e izquierda, son proverbiales; y si consideramos los escándalos de la banca vaticana, eventualmente receptora de fondos autocráticos, esa conducta podría explicarse, pero la omertá no siempre permite tener todo el panorama.

Diferentes investigadores han ido descorriendo de todos modos el velo sobre interacciones de la Santa Sede con delincuentes y criminales de guerra.

John Moors Cabot, diplomático estadounidense en Buenos Aires entre 1945 y 1947, informaba en aquella época al Departamento de Estado, según documenta El libro negro del Vaticano, de Eric Frattini: «El Vaticano y Argentina están confabulando para llevar a los culpables a lugar seguro en el segundo país».

Washington recibió información de que el Vaticano, finalizada la Segunda Guerra Mundial, presionaba, a través de sus nuncios, a las naciones católicas de Latinoamérica para que aceptaran recibir a criminales nazis.

Algunos de eso nuncios eran Giuseppe Fietta, en Buenos Aires; Giuseppe Burzio, en La Paz; Mario Zanin, en Santiago; Carlo Chiarlo, en Río de Janeiro; Alberto Levame, en Montevideo. Henry Nigrelli, agente de contrainteligencia militar estadounidense, informaba en 1946 que «la Santa Sede está enredada en un plan para organizar la emigración a Sudamérica, y cuyo propósito real es combatir el comunismo».  

El caso de Licio Gelli, capo de la P-2, y sus vínculos con Giovanni Montini (Paulo VI) y con el Perón de Puerta de Hierro, en la España de Franco, ha sido incluso fotografiado.

Cristianos e instituciones

Como escribió el sociólogo escocés Alsdair Macintyre en Tras la virtud: «Las prácticas no deben confundirse con las instituciones. El ajedrez, la física, la medicina son prácticas, los clubes de ajedrez, los laboratorios, las universidades, los hospitales son instituciones. Las instituciones (…) necesitan conseguir dinero y otros bienes materiales; se estructuran en términos de jerarquía y poder, distribuyen dinero, poder y jerarquías como recompensas (…) En realidad, tan íntima es la relación entre prácticas e instituciones, y en consecuencia la de los bienes externos con los bienes internos a la práctica en cuestión, que instituciones y prácticas forman típicamente un orden causal único, en donde los ideales y la creatividad de la práctica son siempre vulnerables a la codicia de la institución (…) En este contexto, la función esencial de las virtudes está clara. Sin ellas, sin la justicia, el valor y la veracidad, las prácticas no podrían resistir al poder corruptor de las instituciones».

Quizás Macintyre contribuya a entender los múltiples velos de Bergoglio, tan jesuita como los jesuitas asesinados por militares fascistas en 1989, en un campus universitario de El Salvador: Ignacio Ellacuría, Martín-Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno y Joaquín López; además de la esposa e hija del guardián de la Universidad Centroamericana (UCA), Elba y Celina Ramos.

Hugo Machín Fajardo
Hugo Machín Fajardo
Redactor Especial del Portal Análisis Latino
Periodista desde 1969, una forzada interrupción entre 1973 -1985, no le impidió ejercer el periodismo clandestino. Secuestrado en 1981 por la dictadura uruguaya, permaneció desaparecido y torturado hasta 1982, en que fue recluido en el Penal de Libertad hasta 1985. Ex -docente de periodismo en Universidad ORT, de Montevideo. Ex vicepresidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU). Jurado del Premio Periodismo para la Tolerancia, 2004, de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) /Unión Europea. Coordinó "Periodismo e Infancia-2005". Integró diversas redacciones periodísticas de medios y agencias de noticias en Montevideo, Uruguay. Actualmente se desempeña como free -lance.
 
 
 

 
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