El pasado martes 5 de diciembre la Organización Sionista Argentina invitó a una charla virtual en la cual el director del Centro Simon Wiesenthal Latinoamérica, Dr. Ariel Gelblung, y Dr. Ariel Seidler, del Observatorio Web, ofrecieron algunas reflexiones sobre la manera en la cual la actual guerra entre Israel y el grupo terrorista Hamás ha repercutido en el antisemitismo en la región latinoamericana.

Por Dorothea Krueger

La actual escalada del largo conflicto árabe-israelí empezó el 7 de octubre de 2023, cuando el grupo terrorista y antisemita Hamás atacó el Estado Israel y, sobre todo, a su población civil desde la Franja de Gaza. Mientras que las noticias sobre masacres y secuestros sufridos por la población israelí provocaron contundentes expresiones de solidaridad con Israel, la subsiguiente guerra también llevó consigo un auge en incidentes antisemitas en el mundo. Las reacciones y repercusiones que se observaron en América Latina fueron discutidos durante este panel organizado por la Organización Sionista Argentina.

Aunque en comparación con los Estados Unidos y Europa, en América Latina los judíos vivían menos antisemitismo y opresión cotidiana, a partir del 7 de octubre de 2023 parece haber un cambio para peor en la región. Así concluyó Ariel Seidler del Observatorio Web, un programa que monitorea y reporta discriminación y contenidos que incitan al odio en Internet. Durante su exposición, Seidler también presentó un análisis de los posts en el idioma español en la plataforma X resaltando las diferencias que se podían observar durante el actual conflicto en comparación con conflictos árabe-israelíes anteriores. Así se notó, por ejemplo, la gran cantidad de mensajes en apoyo a Israel y a la comunidad judía y las condenas del actuar de Hamás en los primeros días después del 7 de octubre. No obstante, otra diferencia con conflictos pasados representa el hecho de que desde el primer día haya habido un grupo de personas que no condenó la barbarie de Hamás.

La gran continuidad que Seidler observó en comparación con conflictos pasados se encontraba en la narrativa antisemita presente en los posts españoles en la plataforma X. En total, durante la actual guerra se encontró un 12% de posts con contenidos antisemitas dentro de la totalidad de posts españoles que trataban el conflicto. Es decir, este 12% de los 9,9 millones de posts que fueron recopilados hasta ahora reflejaban el odio a las personas judías, a sus bienes o a las instituciones y lugares de culto de la comunidad judía, según la definición práctica de “antisemitismo” de la Alianza Internacional para el Recuerdo del Holocausto. Una cifra que subió hasta el 24,7% en períodos con intensificados bombardeos israelíes a la Franja de Gaza. La mayor parte de las narrativas antisemitas se originó en España (24,7%), mientras Colombia (14,9%) y México (14,8%) lideran la lista de la región latinoamericana. De la Argentina provinieron alrededor del 8% de los contenidos antisemitas. Sin embargo, el antisemitismo en Latinoamérica tras el 7 de octubre no se limitó solamente al espacio en línea, como clarificó Dr. Ariel Gelblung, quien en este marco mencionó las manifestaciones en América Latina que glorificaron a Hamás, la oposición que enfrentan grupos estudiantiles al reclamar los secuestros de civiles por Hamás y los pronunciamientos del músico Roger Walters durante su gira por Latinoamérica.

Frente a este panorama, el panel se preguntó: ¿Qué se puede hacer? Según una investigación de la Anti-Defamation League ocurren más incidentes antisemitas en regiones donde hay menos contacto con la comunidad judía. Por lo tanto, como una de las conclusiones del panel se resaltó la necesidad de seguir con un debate abierto en pro de la convivencia pacífica de Palestina e Israel. Así como expuso Gelblung, se debe poner cara a las víctimas del terrorismo de Hamás, por ejemplo: el secuestrado más chiquito fue un bebé de familia argentina. Otras posibles medidas ofrecidas comprenden la denuncia de la presencia de Irán en la región latinoamericana y el uso del argumento que con Hamás el pueblo palestino no vivirá en una democracia libre ni mucho menos laica. Además, se debe clarificar que, en Israel, como democracia pluralista, coexisten libremente varias posiciones y opiniones políticas, por lo cual ni la sociedad israelí ni la comunidad judía hablan con una sola voz. Hace falta entonces promover estos ideales democráticos y de la tolerancia para que las discusiones sobre el conflicto árabe-israelí sean marcadas por la solidaridad con la población civil de ambos lados y por legítimas críticas de las políticas, pero que sean libres de una retórica que cae en el odio.

Dorothea Krueger

Asistente de Investigaciones

Licenciada en Gerenciamiento Económico Intercultural de la Universidad del Salvador y de la Universidad de Passau (Alemania). Es estudiante de Relaciones Internacionales y Diplomacia de la Universidad de Tréveris (Alemania) y colabora como voluntaria en CADAL.