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09-02-2016

La división del PJ, mérito de Macri y de los K

(TN) ¿Qué podría suceder en la renovación de autoridades del PJ? La respuesta tal vez dependa de la velocidad con que los K sean capaces de revisar las premisas con que vienen actuando: si insisten con su tesis de la resistencia lo más probable es que fuercen un nuevo cisma, pero uno que los deje por completo aislados; si en cambio advierten a tiempo ese peligro tal vez puedan ser parte de la renovación de autoridades, pero ocupando un lugar bastante marginal.
Por Marcos Novaro

(TN) El amplio poder institucional remanente en manos de los kirchneristas después del fin de su control del Ejecutivo nacional iba a ser el refugio donde ellos velarían por la continuidad de su “proyecto”, hasta que pudieran volver a ejercer el que creen es su derecho adquirido: gobernar.

Pero todos los días hay nuevos signos de su rápido deterioro. Una tras otra, los K van perdiendo trincheras que creían poder defender por mucho más tiempo.

Este desmoronamiento es, en parte, consecuencia de la terapia aplicada por la nueva administración, hecha en partes iguales de ofertas de colaboración a los moderados y arrepentidos, combinadas con el aislamiento, develamiento de abusos y desplazamiento de los más fanáticos.

Pero también y por sobre todo es efecto de la mala estrategia seguida por los propios kirchneristas: empecinados como están en agitar y politizar cualquier reclamo para nutrir su  “resistencia”, no advierten hasta qué punto deslegitiman cualquier planteo crítico y alientan a más y más actores a mostrarse moderados y colaborativos.

A su desplazamiento de organismos descentralizados donde dejaran atornillados a cuantos militantes pudieron, se sumó el rápido cálculo de los empresarios hasta hace poco adictos que, en particular en el sistema de medios, sueltan lastre sin disimulo de sus compromisos militantes para no perder lo que en años pasados embolsaron del erario público. Y allá se fueron por el excusado Víctor Hugo; 6,7,8; el Grupo Veintitrés y varios otros.

Pero el terreno en donde es más duro para los kirchneristas la traición y la pérdida de controles en el peronismo. No es que sea un fenómeno nuevo: al contrario, el proceso viene de largo, al menos desde el cisma massista. Pero está tomando impulso en estos momentos una nueva ola y más generalizada, que será probablemente la del ocaso definitivo.

La ruptura de la bancada de diputados nacionales, motorizada por el salteño Juan Manuel Urtubey, es buena señal de ello.

Dado que la protagonizaron “sólo” una docena de legisladores podría pensarse que fue una derrota acotada para Héctor Recalde, jefe de la bancada aun leal a Cristina. Pero esa forma de ver las cosas no permite captar la esencia del problema: con 12 diputados menos alcanza para que el FPV residual pierda prácticamente todo su poder extorsivo en la Cámara baja: no podrá resistir ya las iniciativas del Ejecutivo y habrá dejado en manos de otros las oportunidades de negociar y buscar compromisos con el macrismo.

Con 12 alcanza, así, para dejar en suspenso a todo el resto del peronismo oficial y obligarlo a elegir entre mantenerse fiel a los K y posiblemente caer entonces en la irrelevancia, o buscar también nuevas vías de negociación.

Muchos gobernadores y diputados alineados con ellos lo saben, y sólo están esperando que con la pronta apertura de sesiones del Congreso se les presenten oportunidades de vender cara su colaboración con el Gobierno. Pero si siguen esperando tal vez la tengan que vender cada vez más barata, o se vuelva una mercancía por completo sin valor.

Así vistas las cosas, parece acertada la apreciación de un conocido dirigente del peronismo: “El FPV ya es historia”. ¿Podrá de todos modos seguir siendo mínimamente eficaz en otros ámbitos, por ejemplo en el Senado y en la competencia interna del PJ? Difícil: en esos dos terrenos es precisamente donde los gobernadores se aprestan a hacerse pesar y dado que son sus principales recursos, no van a dejarse correr con la vaina por quienes allí sólo ejercen roles residuales.

Miguel Ángel Pichetto lo explicó hace pocos días con claridad: el kirchnerismo se equivoca si cree que va a encabezar una ola insurreccional y que puede arrastrar al resto de los peronistas detrás de ese delirio. Ello significa que en el Senado habrá seguramente aún menos espacio que en Diputados para que los K hagan su juego.

¿Qué podría suceder entonces en la renovación de autoridades del PJ? La respuesta tal vez dependa de la velocidad con que los K sean capaces de revisar las premisas con que vienen actuando: si insisten con su tesis de la resistencia lo más probable es que fuercen un nuevo cisma, pero uno que los deje por completo aislados; si en cambio advierten a tiempo ese peligro tal vez puedan ser parte de la renovación de autoridades, pero ocupando un lugar bastante marginal.

Fuente: TN (Buenos Aires, Argentina)

Marcos Novaro
Marcos Novaro
Consejero Académico
Es licenciado en Sociología y doctor en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente es director del Programa de Historia Política del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la UBA, del Archivo de Historia Oral de la misma universidad y del Centro de Investigaciones Políticas. Es profesor titular de la materia “Teoría Política Contemporánea” en la Carrera de Ciencia política y columnista de actualidad en TN. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Entre sus libros más recientes se encuentran “Historia de la Argentina 1955/2010” (Editorial Siglo XXI, 2010) y "Dinero y poder, la difícil relación entre empresarios y políticos en Argentina" (Editorial Edhasa, Buenos Aires, 2019).
 
 
 

 
 
 
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