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25-07-2016Opción difícil para Macri: ¿el frívolo Durán Barba o el catolicismo primario de la base PRO?
(TN) Varios voceros del PRO consideran a Jaime Durán Barba demasiado propenso al laicismo, la modernización y la heterodoxia ideológica. No les gusta que relativice el rol del Papa, simpatice con el aborto y la despenalización del consumo de drogas y que promueva que el oficialismo recoja estas y otras demandas habitualmente «de izquierda».Por Marcos Novaro
(TN) No fue la primera vez, pero probablemente haya sido la más desafortunada: Durán Barba se fue de boca en el programa de Mirtha y quedó en ridículo enredado en la relativización del drama de la pobreza en Argentina. Cuando se supone que una ventaja inobjetable del Gobierno de Macri es que nos dice la verdad, no minimiza ni oculta los problemas, como solía hacer el anterior. Y encima lo que sí se le objeta, desde todos lados y en medio de un masivo ajuste de las tarifas, es que sea “socialmente insensible” ante los que más lo sufren. Por más que haya introducido las tarifas sociales y se esmere en incrementar también por otros medios los recursos para los sectores bajos.
El ecuatoriano ya había lanzado frases inconcebibles sobre Hitler y sobre otros asuntos delicados, sin detenerse a pensar dos veces lo que suelta su lengua. Pero ahora lo hace siendo asesor del presidente y de un gobierno que atraviesa un momento particularmente difícil, con el peronismo en pleno enfrente reclamándole en nombre del pueblo por los costos sociales de sus políticas. Así que no deja dudas: fue el peor patinazo en su historia pública, una larga carrera poblada de ellos.
Sucede que a continuación se le lanzaron encima varios voceros del PRO, que no sólo recelan de su relación con Macri por estos buenos motivos, sino porque lo consideran demasiado propenso al laicismo, la modernización y la heterodoxia ideológica. No les gusta que relativice el rol del Papa, simpatice con el aborto y la despenalización del consumo de drogas y que promueva que el oficialismo recoja estas y otras demandas habitualmente “de izquierda”.
Marcos NovaroConsejero AcadémicoEs licenciado en Sociología y doctor en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente es director del Programa de Historia Política del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la UBA, del Archivo de Historia Oral de la misma universidad y del Centro de Investigaciones Políticas. Es profesor titular de la materia “Teoría Política Contemporánea” en la Carrera de Ciencia política y columnista de actualidad en TN. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Entre sus libros más recientes se encuentran “Historia de la Argentina 1955/2010” (Editorial Siglo XXI, 2010) y "Dinero y poder, la difícil relación entre empresarios y políticos en Argentina" (Editorial Edhasa, Buenos Aires, 2019).
(TN) No fue la primera vez, pero probablemente haya sido la más desafortunada: Durán Barba se fue de boca en el programa de Mirtha y quedó en ridículo enredado en la relativización del drama de la pobreza en Argentina. Cuando se supone que una ventaja inobjetable del Gobierno de Macri es que nos dice la verdad, no minimiza ni oculta los problemas, como solía hacer el anterior. Y encima lo que sí se le objeta, desde todos lados y en medio de un masivo ajuste de las tarifas, es que sea “socialmente insensible” ante los que más lo sufren. Por más que haya introducido las tarifas sociales y se esmere en incrementar también por otros medios los recursos para los sectores bajos.
El ecuatoriano ya había lanzado frases inconcebibles sobre Hitler y sobre otros asuntos delicados, sin detenerse a pensar dos veces lo que suelta su lengua. Pero ahora lo hace siendo asesor del presidente y de un gobierno que atraviesa un momento particularmente difícil, con el peronismo en pleno enfrente reclamándole en nombre del pueblo por los costos sociales de sus políticas. Así que no deja dudas: fue el peor patinazo en su historia pública, una larga carrera poblada de ellos.
Sucede que a continuación se le lanzaron encima varios voceros del PRO, que no sólo recelan de su relación con Macri por estos buenos motivos, sino porque lo consideran demasiado propenso al laicismo, la modernización y la heterodoxia ideológica. No les gusta que relativice el rol del Papa, simpatice con el aborto y la despenalización del consumo de drogas y que promueva que el oficialismo recoja estas y otras demandas habitualmente “de izquierda”.
