Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Prensa

12-03-2006

Neopopulismo y medios en América Latina

Fuente: ContraPeso (México)

ContraPeso.info presenta una selección del reporte de CADAL sobre “Indicadores de Periodismo y Democracia a Nivel Local en América Latina” (Número 4 / Segundo Semestre 2005), cuyo autor es Fernando J. Ruiz. A continuación se reproduce la parte de ese reporte titulada “El neopopulismo en los medios de comunicación”.

Las diferentes expresiones de neopopulismo latinoamericano que están surgiendo tienen notas comunes en su relación con los medios de comunicación. El ejemplo más notable es el gobierno venezolano, pero en otros países hay también rasgos que pueden calificarse como neopopulistas, como está ocurriendo tanto con el presidente argentino Néstor Kirchner como puede ocurrir con el nuevo presidente boliviano Evo Morales.

La victoria de Morales podría representar una amenaza para la libertad de expresión si se decidiera a seguir los pasos de dos gobernantes a los que ha elogiado públicamente (Fidel Castro y Hugo Chávez). Bolivia no ha tenido serios problemas de libertad de expresión hasta el momento, a pesar de la vida pública conflictiva que ha tenido en los últimos años. De todos modos, algunas expresiones hacen dudar en que el nuevo grupo gobernante boliviano tenga una concepción plenamente democrática de los medios de comunicación.

Un periodista de El Comercio de Lima tuvo el siguiente diálogo con Walter Chávez, jefe de campaña del Movimiento al Socialismo (MAS):
—¿Por qué Morales no quiso debatir con los otros candidatos?
— Los debates se han hecho para que el segundo tenga oportunidad. Además son impulsados por los medios de comunicación. (Jorge) Quiroga [el candidato que iba segundo en las encuestas] ha tenido gestión de gobierno y además es una persona muy locuaz, y nos iban a hacer debatir sobre la administración del Estado” (18 de diciembre).

En Venezuela, quién ahora dirige la estrategia mediática del presidente Chávez es Yuri Pimentel, nuevo ministro de Información y Comunicación. El anterior ministro, Andrés Izarra, es el nuevo director de Telesur. Pimentel era viceministro de Estrategia Comunicacional y edita una revista llamada Patria Grande “orientada a la integración cubano-venezolana”.

Según un artículo publicado en Granma, el principal diario estatal cubano, el director de la revista, Pimentel, sostuvo que la revista es para “combatir la vileza del poder mediático y difundir el alcance y los logros del Convenio entre Cuba y la nación sudamericana”. (Granma, 31 de enero de 2005).

En un reciente artículo del intelectual mexicano Enrique Krauze sobre el populismo en diversos países de la región había tres “rasgos específicos” que pueden ayudar a explicar porqué estás coincidencias de estos gobiernos en su relación con la prensa.

Krauze menciona: la exaltación del líder carismático (“no hay populismo sin la figura del hombre providencial que resolverá, de una buena vez y para siempre, los problemas del pueblo”); el apoderamiento de la palabra (“el populista se siente el intérprete supremo de la verdad general y también la agencia de noticias del pueblo”); la fabricación de la verdad (“el gobierno ‘popular’ interpreta la voz del pueblo, eleva esa versión al rango de verdad oficial y sueña con decretar la verdad única”). (“El decálogo del populismo”, El País de Madrid, 14/10/2005).

Las coincidencias de los populismos en su relación con los medios serían, al menos, las siguientes:
(1) El periodismo es solamente un arma política. Los neopopulismos analizan los medios de comunicación exclusivamente como un campo de batalla política. La metáfora bélica es la que más usan al definir estrategias de comunicación. Estos gobiernos hablan de ‘batallas de ideas’, ‘ejércitos de periodistas’, ‘combates comunicacionales’, ‘terrorismo mediático’; y en esa red de palabras cargadas de sentido bélico no suele quedar mucho lugar para la libre crítica, expresión de ideas, control de gestión, conversación democrática o la democracia deliberativa.

El discurso de la libertad de expresión es uno de los engaños del enemigo para preservar el status quo, en los que a veces quedan enredados algunos ‘ingenuos bienintencionados’. El nuevo ministro de Comunicación e Información de Venezuela, Yuri Pimentel, dijo en un reciente discurso al entregar equipos a más de cincuenta radios locales que “estos equipos deben ser armas para la formación de la conciencia de nuestra gente y defendernos del ataque mediático” (16 de noviembre).

(2) Dado que es una batalla política, construyen su ejército mediático. Ese ejército debe estar organizado en una forma centralizada y sostener un discurso homogéneo. El grupo oficial o paraoficial de medios se suele convertir en la principal voz mediática del país, y el sistema mediático privado e independiente del gobierno pierde centralidad. En la medida de los recursos, se fortalecen en todo sentido los medios de comunicación de propiedad estatal.

En Venezuela, el ministro de Comunicación e Información está en un proceso de regionalización que le permitirá centralizar el discurso en todo el territorio. La construcción de este ejército mediático también se realiza mediante la cooptación y clientelización de los pequeños medios locales existentes o promoviendo la creación de otros nuevos. Al entregar esos equipos a los medios locales, el ministro venezolano Pimentel dejó claro que tenían un fin específico: “darles las herramientas a los medios comunitarios para construir sus propias expresiones desde las bases de las organizaciones y, de esta manera, romper con el monopolio en el que sólo los medios comerciales tenían el poder comunicacional”. En Venezuela, la colaboración técnica con esos medios locales el gobierno la hace en conjunto con la empresa cubana Copextel.

El gobierno del presidente argentino Néstor Kirchner tiene una práctica que a veces es agresiva con respecto al rol de los medios. Cuando va a cumplir su tercer año de gobierno todavía no brindó ninguna conferencia de prensa a la prensa local o extranjera. Ha aumentado notablemente su presupuesto publicitario e intenta clientelizar a los medios de comunicación a través de esos fondos.

Uno de los periodistas más prestigiosos del país, Joaquín Morales Solá, escribió en el diario La Nación que “aquellas diatribas y estas brutales censuras a periodistas independientes están marcando una dirección lamentable en la relación entre el poder y el periodismo. Podríamos estar viviendo sólo las vísperas de embestidas más graves y estructurales contra la prensa”. Una encuesta entre periodistas, realizada por el Foro del Periodismo Argentino (FOPEA), indicó que el actual gobierno es visto como el que hace “mayor presión coercitiva oficial hacia el periodismo”, desde la recuperación de la democracia en 1983. El 38% de los encuestados sostuvo esa opinión (www.fopea.org).

El nuevo informe Latinobarómetro, que analiza la opinión pública en América Latina y que cubre la última década 1995-2005, ofrece dos cuadros de interés para la relación entre periodismo y democracia en la región. En primer lugar, la percepción que tiene la opinión pública sobre el poder de los medios parece haberse reducido mucho si nos atenemos a anteriores estudios (ver “Creciente discusión conceptual sobre el rol político de los medios….” en Indicadores de diciembre del 2004).

Según Latinobarómetro, frente a la pregunta ‘¿Quién tiene más poder?’ los “medios de comunicación” están ubicados recién en la séptima posición. El segundo dato importante de este estudio es que frente a la pregunta sobre “¿Cuánta confianza tiene en cada una de estos grupos/instituciones?”, los medios de comunicación aparecen terceros, apenas después de los bomberos y la Iglesia Católica. Entre los medios, primero figura la radio, luego los diarios y, por último, la televisión (www.latinobarometro.org).

ACERCA DEL AUTOR
Fernando.Ruiz. Asesor del Área Periodismo y Democracia del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL). Doctor en Comunicación Pública por la Universidad de Navarra. Licenciado en Ciencias Políticas, Universidad Católica Argentina (UCA). Profesor del Seminario de Periodismo y Democracia, y de Historia y Cultura de la Comunicación, en la Facultad de Comunicación de la Universidad Austral.

El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), con sede en Buenos Aires, Argentina, y una representación en Montevideo, Uruguay, se constituyó como Fundación el 26 de febrero de 2003 con el objetivo de promover el fortalecimiento de la democracia, el estado de derecho y las libertades económicas en los países de la región. Para tal fin, CADAL realiza actividades de análisis, investigación, difusión y capacitación trabajando en las siguientes áreas: Política Latinoamericana, Derechos Humanos, Periodismo y Democracia, Economía y Estado de Derecho, Modernización de los Partidos Políticos, y Desarrollo y Comunicación Institucional. CADAL integra la Red Interamericana para la Democracia, el Network of Democracy Research Institutes y ha recibido dos premios internacionales por su labor: "2005 Templeton Freedom Award Grant for Institute Excellence" y "2005 Francisco De Vitoria Prize for Ethics and Values".

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