(7 Miradas) El gobierno tiene la esperanza –fundada- que buena parte de los que irán a votar en octubre pero se abstuvieron en las PASO se vuelquen a su favor: es un público menos informado, menos politizado, menos ideologizado. Como decimos habitualmente en nuestras capacitaciones: la gente hace balances, pero vota para adelante. De modo que todos deben poner la mirada sobre la expectativa futura. En ese vector el gobierno lleva ventaja, como se demostró el 13 de agosto.

Por Carlos Fara

@carlosfara

(7 Miradas) Todos los campamentos políticos están revisando sus estrategias de cara a la instancia definitiva del 22 de octubre. Hasta Alberto Rodríguez Saá reconoció errores luego de amenazar con “perseguir a los traidores”: ahora quiere que cada dirigente abra un merendero…

Más allá del folclore puntano, lo cierto es que el rastrillaje fino de los resultados territoriales implican que muchos de los perdedores (y los que aún ganando estuvieron por debajo de sus expectativas) ajustarán sus clavijas: si los oficialismos se ponen las pilas, en algunas provincias octubre puede generar algunos cambios en los guarismos.

Cuáles son las opciones estratégicas de los principales competidores en la PBA?

• CFK: va por el voto de izquierda y el de Randazzo. Tiene expectativas de obtener algo de los que se abstuvieron, lo cual suena difícil (visto lo que sucedió en 2015). Tarde se percatan de que deben confrontar con Massa para que no se diluya hacia Cambiemos. Su mesa de reflexión entiende que esta segunda etapa no puede ser igual a la primera, y que el perfil de la ex presidenta debe ser más alto, comprendiendo que ya no sacarán un voto más solo plebiscitando el “ajuste de Macri”, siendo más propositivos.
• Randazzo: situación compleja, quizá no tanto porque sus votantes lo abandonen, sino porque sus bases territoriales lo dejen “colgado de un pincel”: sus 2 intendentes del GBA la pasaron muy mal en sus respectivas listas de concejales, cosa que un jefe del conurbano no puede permitir. De hecho Zabaleta ya pidió un paso al costado. Ahora el principal sostén del ex ministro es el gobierno, que dormirá tranquilo si persiste la fragmentación opositora. El perfil de sus votantes es distinto al de Massa: valoran mucho de lo hecho en la era K y son críticos de Cristina, pero no tanto como para correrse a Cambiemos.
• Massa: tenía el potencial para sostener el piso de 20 puntos, pero la lógica polarizadora le arrebató al menos 5 puntos en los últimos días. Necesitará de nuevas propuestas que conecten con su público como “bajemos los precios” y “la ley de góndolas”. Dos factores ahora están a su favor: 1) CFK necesita que no se diluya, ergo no lo va a ignorar en esta etapa, y 2) los gobernadores peronistas desean que no se diluya para que el gobierno no se envalentone demasiado post 22 de octubre.
• Cambiemos: viene con viento a favor, ya que no solo logra empatar con Cristina, sino que además la opinión pública se quedó con la impresión que se impuso a nivel nacional. Efectivamente el temor a la ex mandataria le correrá votos opositores para su caudal: la principal víctima puede ser Massa. En el gobierno tienen la esperanza –fundada- que buena parte de los que irán a votar en octubre pero se abstuvieron en las PASO se vuelquen a su favor: es un público menos informado, menos politizado, menos ideologizado.

Como decimos habitualmente en nuestras capacitaciones: la gente hace balances, pero vota para adelante. De modo que todos deben poner la mirada sobre la expectativa futura. En ese vector el gobierno lleva ventaja, como se demostró el 13 de agosto.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)