Es un complejo mecanismo de relojería en donde la paciencia y el movimiento fino de las falanges de la mano cobran un rol central. Nadie puede dar nada por sentado, y todos deben contemplar diversos escenarios. Se requieren nervios de acero como el experimentado Edward G. Robinson le gana la partida de poker final al joven brillante y confiado Steven Mc Queen en la película “The Cincinnati Kid”.