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14-02-2020

Alberto en 1917

(7 Miradas) Alberto será un equilibrista durante todo su mandato por la matriz de origen de su gobierno, que consiste en atravesar dos grandes tensiones: la económica y la política (derivada de una coalición heterogénea). Como sucede con todo equilibrista, el secreto está en no dar pasos arriesgados y en mover el cuerpo con suficiente rapidez para amortiguar las oscilaciones hacia ambos lados. O como los ciclistas que logran el equilibrio permanente avanzando.
Por Carlos Fara

(7 Miradas) Para los que no vieron la película “1917” que acaba de competir por el Oscar, se trata de una misión peligrosa que encargan a dos soldados británicos en la Primera Guerra Mundial, para que atraviesen líneas enemigas y transmitan una orden a un coronel que tiene decidido atacar a los alemanes: el supuesto retroceso germano es una trampa, y si se evita el ataque salvarán 1600 vidas.

El film se destaca sobre todo por un detalle técnico: la utilización de lo que se denomina “plano secuencia” –la cámara no se apaga durante una larga escena- que aparentemente dura todo el film (luego se supo que no es así), generando una sensación de ansiedad continua. Para algunos observadores el director utilizó la estética de videojuegos, como que los protagonistas van superando etapas. Alberto en estos días parece estar inmerso en el videojuego de 1917: debe atravesar una serie de obstáculos para llegar a tiempo a un lugar y evitar un desastre.

Como si tuviera pocos problemas, se desataron dos debates públicos: si hay o no presos políticos en la Argentina, y la coordinación de las fuerzas de seguridad federales en territorio bonaerense. Ambas polémicas obviamente no ayudan, pero se iban a producir a la corta o la larga dentro del variopinto Frente de Todos. Vale detenerse en estas dos cuestiones para discernir su eventual impacto en la opinión pública.

De los dos debates, el que menos importancia tiene para la ciudadanía es sobre si hay presos políticos o detenciones arbitrarias. Es una cuestión simbólica no menor, pero en el medio de la crisis económica es bizantina. El de la seguridad sí tiene mucho más impacto ya que los grandes conglomerados urbanos del país se sienten más seguros con la presencia de la Gendarmería (más allá de su efectividad real). Si el ministro bonaerense la rechaza sonará a interna política, y no a preocupación por resolver “los problemas de la gente”.

Las dos esconden además el gran interrogante: los polemistas ¿actúan solos o por encargo? Quizá lo primero, pero si nadie llama al orden… Lo interesante es que quienes encendieron las polémicas, o desafiaron la opinión presidencial, no son actores de peso: Berni, Gómez Alcorta, De Vido, Cortiñas, Carlotto, Peñafort, Milagro Sala. Solo se metió por ahí Kicillof. Nadie de La Cámpora abrió la boca ambos temas: dato crucial.

Lo otro muy interesante es cómo reaccionó Alberto. Lejos de patear la pelota a la tribuna para aguar el debate, salió a marcar la cancha: no hay presos políticos y Gendarmería se queda en la provincia. O sea: llegué al poder con una coalición, pero esto no una asamblea universitaria. Debe observarse que ambas disidencias lo enfadaron, cuando habló en un reportaje de “no seamos tontos” y de “panquequismo” (aunque lejos está del Perón de “esos estúpidos que gritan”).

Estas cuestiones de la política le dispersan esfuerzos sobre Su Tema -la negociación de la deuda. ¿Los acreedores les preocupan estos debates? No, a ellos solo les interesa recuperar su inversión con ganancias. En todo caso podrían mirar con algún recelo los cuestionamientos de CFK en Cuba sobre el FMI. Pero tampoco si las señales políticas desde Washington son las adecuadas.

Alberto será un equilibrista durante todo su mandato por la matriz de origen de su gobierno, que consiste en atravesar dos grandes tensiones: la económica y la política (derivada de una coalición heterogénea). Como sucede con todo equilibrista, el secreto está en no dar pasos arriesgados y en mover el cuerpo con suficiente rapidez para amortiguar las oscilaciones hacia ambos lados. O como los ciclistas que logran el equilibrio permanente avanzando.

Sin ánimo de spoilear, el soldado sobreviviente en 1917 logra su cometido porque no mira para atrás, sino que su desesperación lo hace huir hacia adelante. Al tener éxito en salvar a 1600, también se salva él.

Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)

Carlos Fara
Carlos Fara
Secretario
Presidente de Fara Veggetti desde 1991. Lleva 37 años dedicados a la consultoría política. Se especializa en Opinión Pública, Campañas Electorales y Comunicación de Gobierno. Ha recibido varios premios: entre ellos, el Premio Aristóteles a la Excelencia 2010 en el Dream Team del año, que se compone por los diez mejores consultores a nivel mundial en materia de campañas políticas. Ha participado en más de 200 campañas electorales en Argentina y Latinoamérica. Es ex presidente de la Asociación Latinoamericana de Consultores Políticos (ALaCoP), y fue el primer presidente de la Asociación Argentina de Consultores Políticos (AsACoP). Es presidente de la International Association of Political Consultants (IAPC) 2024-2025. Autor del primer libro en español dedicado íntegramente a la profesión, “¿Cómo ser un consultor político?”, que recibió el Premio de ALaCoP al Mejor Libro 2018.
 
 
 

 
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