Derechos Humanos y
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Artículos

Monitoreo de la gobernabilidad democrática

22-07-2008

El gol en contra del kirchnerismo

Parecería contradictorio que el Vicepresidente de la Nación desempate una votación como titular del Senado en contra de su propio gobierno. Pero no lo es si uno reflexiona sobre el discurso de Julio Cobos al justificar su voto. Al fin de cuentas, si el voto contrario de Cobos le generaría un enorme costo político al gobierno y a la institucionalidad del país, ¿por qué entonces no aceptó el kirchnerismo ir al cuarto intermedio y negociar, inclusive con los senadores de sus propias filas? ¿Acaso el resultado final fue mejor para el gobierno que haber modificado parcialmente el texto original?
Por Gabriel C. Salvia

El Vicepresidente de la Argentina, Julio César Cleto Cobos, terminó convirtiéndose en la noticia relevante de la histórica jornada legislativa que culminó en la madrugada del 17 de julio de 2008, luego de desempatar la votación en el Senado de la Nación, haciéndolo en contra de su propio gobierno. Esto último parecería contradictorio, pero no lo es si uno reflexiona sobre el discurso de Cobos al justificar su voto, y al mismo tiempo sirve para comprender la lógica de "todo o nada" del estilo de gobierno de los Kirchner.

Luego del empate en 36 votos, y previo a realizarse una segunda votación, antes que el Vicepresidente de la Nación –como Presidente del Senado- tuviera que desempatar, Cobos pidió razonablemente un cuarto intermedio en el cual se acordaran modificaciones al texto que venía de Diputados y de esa forma conseguir su aprobación, lo cual regresaría el proyecto a la cámara baja, donde podrían aprobarlo con estas reformas o insistir en el texto original. Pero el titular del bloque kirchnerista, Miguel Pichetto, se mostró inflexible y lo forzó a Cobos a tomar una decisión que lo terminó convirtiendo en un héroe, rechazándose así una iniciativa del Poder Ejecutivo. Esto implica una rotunda derrota para el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner y evidencia una peligrosa inclinación al "suicidio político".

Efectivamente, cualquiera que haya seguido atentamente el debate en el Senado estará de acuerdo en que Cobos intentó mantener primero la institucionalidad y la gobernabilidad sin necesidad de poner en juego sus convicciones personales. Pero el Vicepresidente se topó con la intransigencia del kirchnerismo y, en menor medida, con la mezquindad de un sector de la oposición. En este último caso, hay que recordar que el titular del bloque radical, el mendocino Ernesto Sanz, también se opuso al pedido de cuarto intermedio deseoso de forzar la decisión del Vicepresidente en un desempate y así también –como el kirchnerismo- cerró las puertas a la búsqueda del consenso. Por eso, vale la pena destacar el apoyo que el razonable pedido de Cobos recibió de la senadora María Eugenia Estenssoro, de la Coalición Cívica.

Es importante entonces detenerse en la propuesta del Vicepresidente antes de ir a la segunda votación, luego del primer empate, pues, al fin de cuentas, si para el gobierno el voto contrario de Cobos le generaría un enorme costo político y se afectaría la institucionalidad del país, ¿por qué entonces no aceptó el kirchnerismo ir al cuarto intermedio y negociar, inclusive con los senadores de sus propias filas? ¿Acaso el resultado final fue mejor para el gobierno que haber modificado parcialmente el texto original?

Por eso, Cobos representó en el Senado la moderación y la necesaria búsqueda de consensos que caracteriza a la vida democrática y en especial a los acuerdos legislativos, pero se topó con la intransigencia del bloque oficialista que recibía las órdenes de la propia Presidenta de la Nación. Y aquí quizás reside el principal problema político del gobierno, pues el kirchnerismo es el anti-consenso y con su estilo de gestión no ayuda a fortalecer la democracia y mejorar la calidad institucional del país.

Ahora la pregunta del millón en la Argentina es cómo seguirá el gobierno de CFK y cuál será el papel de Cobos. Al respecto, la lección que deja esta votación es que, de aquí en adelante, quienes deben cambiar para el bien del país son los Kirchner y sus incondicionales "cuadros setentistas".

Gabriel C. Salvia es Presidente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL).

 

Gabriel C. Salvia
Gabriel C. Salvia
Director General
Activista internacional de derechos humanos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista trabajó en gráfica, radio y TV. Compiló varios libros, entre ellos "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021) y "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), y es autor de "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). También es autor de varios informes, entre los que se destacan "Las sillas del Consejo: autoritarismos y democracias en la evolución de la integración del órgano de DDHH de la ONU" y "Memoria cerrada: La complicidad de la revolución cubana con la dictadura militar argentina".
 
 
 

 
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