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Monitoreo de la gobernabilidad democrática

11-11-2011

¿Cristina Kirchner quiere volver al capitalismo en serio?

(Análisis Latino) CFK tendría que replantearse si tanto su gobierno como el de su esposo, y por cierto los anteriores, democráticos y de facto, se han caracterizado por la prudencia y buen juicio en la asignación del gasto público. Precisamente, porque no ha sido esa la característica de los gobiernos argentinos -y muchos de los europeos e inclusive el de los Estados Unidos-, es que luego se requiere realizar ajustes.
Por Gabriel C. Salvia

(Análisis Latino) En sus palabras pronunciadas en el panel sobre “Seguridad Alimentaria” del Foro Empresario en la Cumbre del G-20 en Cannes, Francia, la presidenta argentina Cristina Fernández de Kirchner (CFK) expresó: “Si nosotros hacemos planes de ajuste, si la gente no puede gastar plata, si la gente está endeudada en más del ciento por ciento de sus posibilidades, yo quiero que alguno me diga, desde Adam Smith, desde David Ricardo, desde Keynes, si no les gusta para algunos más de izquierda de Carlos Marx, cómo vamos a hacer para que vuelva a crecer la economía si no hay consumo, si el capitalismo hace eso, que la gente consuma y que ustedes, los empresarios produzcan y vendan cada vez más. Este es el tema, esto es lo que está fallando. ¡Quién me habría visto de mis épocas universitarias ahora! O sea lo que estoy proponiendo es volver al capitalismo en serio”.

Quizás CFK tendría que empezar por leer “Sistema económico y rentístico de la Confederación Argentina según su constitución de 1853”, de Juan Bautista Alberdi, texto en el cual podrá encontrar respuesta a varios de los interrogantes que formuló. Por ejemplo, que “la Constitución argentina ha sido fiel a su sistema de buscar la riqueza por el camino de la libertad; de servir al interés del fisco por medio del bienestar general; de obtener el aumento de la riqueza del gobierno por el aumento de la riqueza de los gobernados que contribuyen a formarla; de agrandar las rentas del Estado por el aumento de las rentas de los particulares; y de someter su inversión a las mismas reglas de prudencia y de buen juicio de que depende el aumento de las rentas privadas”.

Luego de leer el párrafo anterior, CFK tendría que replantearse si tanto su gobierno como el de su esposo, y por cierto los anteriores, democráticos y de facto, se han caracterizado por la prudencia y buen juicio en la asignación del gasto público. Precisamente, porque no ha sido esa la característica de los gobiernos argentinos -y muchos de los europeos e inclusive el de los Estados Unidos-, es que luego se requiere realizar ajustes.

Siguiendo con Alberdi, CFK podría tomar nota de lo siguiente: “El gasto nacional argentino se compone de todo lo que cuesta el conservar su Constitución, y reducir a verdades de hecho los objetos que ha tenido en mira al sancionarse, como lo declara su preámbulo. Todo dinero público gastado en otros objetos que no sean los que la Constitución señala como objetos de la asociación política argentina, es dinero malgastado y malversado. Para ellos se destina el Tesoro público, que los habitantes del país contribuyen a formar con el servicio de sus rentas privadas y sudor. Ellos son el límite de las cargas que la Constitución impone a los habitantes de la Nación en el interés de su provecho común y general”.

Son muchos los ejemplos del kirchnerismo, en el sentido contrario de lo sugerido por Alberdi sobre el objeto del gasto, malgastando y malversando los recursos públicos. Para tomar un caso muy simbólico está el programa “Fútbol para Todos”, ¡como si la Policía Federal Argentina fuera Scotland Yard o los establecimientos educativos y sanitarios ofrecieran una infraestructura y calidad de servicios como los de Suecia!

Más creíble en su pasado revolucionario y en su renovación política es el presidente del Uruguay José “Pepe” Mujica, quien sin la necesidad de leer a autores clásicos, pero con la sabiduría que dan los años y la honestidad de los estadistas, expresaba en un discurso a principios de 2011: “sabemos perfectamente el valor que tienen ciertas reglas de juego para que la economía capitalista funcione, y hay que llamarla por su nombre…el capitalismo está para multiplicar riquezas y reproducirse. Está la política y están los gobiernos para encargarse que ese capitalismo genere riquezas, pague salarios, pague impuestos y después los gobiernos cultiven equidad y política de atender los problemas sociales”.

En resumen, si CFK quiere implementar un capitalismo en serio, tiene simplemente que respetar la Constitución de la Nación Argentina.

Gabriel C. Salvia es editor de www.analisislatino.com

 

Gabriel C. Salvia
Gabriel C. Salvia
Director General
Activista internacional de derechos humanos. Desde 1992 se desempeña como director en Organizaciones de la Sociedad Civil y es miembro fundador de CADAL. Como periodista trabajó en gráfica, radio y TV. Compiló varios libros, entre ellos "Diplomacia y Derechos Humanos en Cuba" (2011), "Los derechos humanos en las relaciones internacionales y la política exterior" (2021) y "75 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos: Miradas desde Cuba" (2023), y es autor de "Bailando por un espejismo: apuntes sobre política, economía y diplomacia en los gobiernos de Cristina Fernández de Kirchner" (2017). También es autor de varios informes, entre los que se destacan "Las sillas del Consejo: autoritarismos y democracias en la evolución de la integración del órgano de DDHH de la ONU" y "Memoria cerrada: La complicidad de la revolución cubana con la dictadura militar argentina".
 
 
 

 
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