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01-10-2013

«Bola de nieve» a favor de Massa

(TN) ¿Podría extenderse este efecto “bola de nieve” más allá de los límites de Buenos Aires, y afectar a las listas oficialistas del interior, beneficiando a otros opositores, tanto peronistas como no peronistas? Massa en alguna medida colabora a ello cada vez que nacionaliza su discurso y confronta directamente con Cristina. Y se muestra decidido a hacer de estas legislativas un round definitivo para la pelea por el 2015.
Por Marcos Novaro

(TN) Si alguna utilidad tuvieron las PASO la primera vez que se utilizaron, en 2011, no fue para seleccionar mejor los candidatos ni para reducir la fragmentación del sistema de partidos. Fue para aumentar la diferencia en las elecciones generales a favor del oficialismo: Cristina y el kirchnerismo ganaron ampliamente en las internas abiertas, como se recordará, y eso no sólo consolidó su voto propio sino que alentó luego a unos cuantos votantes móviles e independientes a dejar de lado su tibia predilección inicial por otros candidatos, que mostraron en esas internas ser perdidosos, y acompañar meses después las listas oficialistas, con lo cual la diferencia a favor de ellas se incrementó en la votación definitiva. El 54% no hubiera sido posibles sin esta pseudo doble vuelta electoral.

Parece que algo similar a este efecto “bola de nieve” se va a producir también este año. Pero no a favor sino en perjuicio del kirchnerismo. A días de iniciada la campaña para la elección real, la del 27 de octubre, las primeras encuestas disponibles permiten anticipar que dicho fenómeno será sensible en la provincia de Buenos Aires. Y puede también que afecte en alguna medida a otros distritos.

Las PASO en provincia de Buenos Aires, es oportuno destacarlo, resultó en un turning point político, una señal de que el clima en que la lucha por el poder venía desenvolviéndose hasta entonces cambiaba drásticamente, no sólo por el peso electoral de ese distrito sino sobre todo porque fue allí donde se había producido un cambio más importante en el alineamiento de los actores.

El cambio de opinión de una porción importante de los ciudadanos respecto al desempeño del gobierno nacional se podía observar en todo el país. Y cismas en el partido oficial y reagrupamientos opositores también hubo en muchos lugares. Pero ninguno tan profundo y decisivo como el que protagonizaron Sergio Massa y su Frente Renovador, capaz de quebrar la coalición de gobierno.

Los electores reaccionaron favorablemente a la emergencia de esta nueva oferta política. Entendiendo que ella no reproducía la lógica de las anteriores disidencias en el seno del PJ (disidencias que habían sido constantes durante todo el ciclo k), sino que abría un escenario nuevo, poskirchnerista. De allí que desde que Massa y sus seguidores anunciaran la formación del FR, y el mismo recibiera el respaldo de un porcentaje importante de votantes en las PASO, el viento no haya dejado de soplar a su favor: una parte de ese viento estaba desde antes disponible, pero otra parte, y una creciente, la fueron creando ellos mismos.

Los efectos los podemos observar en los desgajamientos de lealtades entre dirigentes y organizaciones de las demás fuerzas políticas y también en el realineamiento de los votantes que se profundizó desde entonces. La política comenzó a vibrar con un nuevo centro, y es natural que, a menos que el mismo falle, los demás actores se acomoden a la situación, sea para acompañarlo o para resistirlo, y la competencia se estructure de aquí en más en relación a él.

El Frente Renovador actúa a este respecto como una bomba de profundidad: sus efectos se van registrando con cierto retraso según la distancia del punto focal de la explosión. Ello explica, en primer lugar, que las diferencias a favor del massismo que permiten anticipar las encuestas para el 27 de octubre, en comparación con los votos que él obtuvo en las PASO, sean mucho mayores en el sur y el oeste del conurbano que en el norte, donde ya en agosto obtuviera su principal caudal y ventaja; y probablemente sean también más importantes en el interior provincial.

Para reforzar estas tendencias, precisamente, es que el intendente de Tigre está centrando su discurso en atender demandas de los productores agropecuarios, así como multiplicando sus recorridas en municipios donde no hizo muy buena elección dos meses atrás.

¿Podría extenderse este efecto “bola de nieve” más allá de los límites de Buenos Aires, y afectar a las listas oficialistas del interior, beneficiando a otros opositores, tanto peronistas como no peronistas? Massa en alguna medida colabora a ello cada vez que nacionaliza su discurso y confronta directamente con Cristina. Y se muestra decidido a hacer de estas legislativas un round definitivo para la pelea por el 2015: sabe que si gana ahora por knock out, y no sólo obtiene una gran diferencia en su distrito sino que ayuda a arrastrar votos de todo el país desde el oficialismo hacia la oposición, debilitará las chances tanto de que Cristina reagrupe en contra suyo al peronismo, como de que Scioli y los gobernadores del interior lo hagan por su cuenta.

Fuente: TN (Buenos Aires, Argentina)

Marcos Novaro
Marcos Novaro
Consejero Académico
Es licenciado en Sociología y doctor en Filosofía por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Actualmente es director del Programa de Historia Política del Instituto de Investigaciones Gino Germani de la UBA, del Archivo de Historia Oral de la misma universidad y del Centro de Investigaciones Políticas. Es profesor titular de la materia “Teoría Política Contemporánea” en la Carrera de Ciencia política y columnista de actualidad en TN. Ha publicado numerosos artículos en revistas especializadas nacionales y extranjeras. Entre sus libros más recientes se encuentran “Historia de la Argentina 1955/2010” (Editorial Siglo XXI, 2010) y "Dinero y poder, la difícil relación entre empresarios y políticos en Argentina" (Editorial Edhasa, Buenos Aires, 2019).
 
 
 

 
 
 
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