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19-05-2017

Los tres tercios de la derecha

(El Líbero) En las primarias del 2 de julio Manuel José Ossandón y Felipe Kast tienen pocas chances de ganar si hay una alta participación. Si vota la misma cantidad de personas que en las primarias de 2013 —en torno a las 800 mil—, Sebastián Piñera debiera ganar fácilmente. Pero si la participación es muy baja, el senador y el diputado van a lograr que el peso de sus simpatizantes leales crezca y que la ventaja del ex Presidente en las encuestas se reduzca.
Por Patricio Navia

(El Líbero) De acuerdo a las encuestas, las primarias del 2 de julio debieran ser sólo un paso en el camino del ex Presidente Sebastián Piñera hacia su segunda Presidencia. Pero además de que siempre es un error tomarse la leche antes de ordeñar la vaca, hay riesgos reales sobre el daño que le puede hacer a Piñera una contienda en la que haya una baja participación y los resultados no reproduzcan su enorme ventaja sobre sus rivales, el senador ex RN Manuel José Ossandón y el diputado de Evópoli Felipe Kast. Porque algunas victorias tienen sabor a derrota, Piñera necesita lograr un triunfo incuestionable el 2 de julio.

En cualquier elección, los candidatos buscan profundizar sus diferencias, destacando sus atributos más fuertes e insistiendo en las debilidades de sus rivales. Cuando las contiendas se producen entre candidatos con posiciones ideológicas similares, los incentivos para diferenciarse en los atributos personales son aún mayores. De ahí que las primarias muchas veces caigan en competencias de descalificación mutua sobre cualidades personales, más que en debates sobre diferencias de enfoque sobre cómo avanzar en una hoja de ruta compartida.

Como cuando la competencia se intensifica aumentan los ataques personales, los candidatos que tienen más chances de ganar la primaria prefieren evitar las oportunidades para intensificar la competencia. Los debates de candidatos sólo pueden ayudar a los que van rezagados, por lo que quien lidera las encuestas prefiere evitarlos para no arriesgar su ventaja ni recibir ataques personales.

Pero minimizar la competencia tiene costos. Si la primaria no genera interés, disminuirá la participación electoral. Los candidatos que lideran en las encuestas construyen su ventaja sobre su capacidad de atraer votos blandos; los candidatos que levantan campañas voluntaristas buscan desafiar a las encuestas a partir del apoyo que tienen en sus bases más duras. Porque los simpatizantes más leales igual van a salir a votar, los candidatos con poco apoyo en las encuestas prefieren una participación menor, para que así su menor respaldo se traduzca en un porcentaje mayor entre los votantes efectivos.

En las primarias del 2 de julio Ossandón y Felipe Kast tienen pocas chances de ganar si hay una alta participación. Si vota la misma cantidad de personas que en las primarias de 2013 —en torno a las 800 mil—, Piñera debiera ganar fácilmente. Pero si la participación es muy baja, el senador y el diputado van a lograr que el peso de sus simpatizantes leales crezca y que la diferencia de Piñera en las encuestas se reduzca.

El apoyo de Ossandón proviene esencialmente de la zona sur de Santiago. Aunque también tiene algo de respaldo en el resto de la capital, el apoyo al ex alcalde de Puente Alto es sustancialmente menor en las regiones. Un escenario con alta participación en Santiago y baja participación en el sur —donde la derecha recibe buena votación, pero donde el clima de invierno pudiera desincentivar a muchos votantes— sería favorable para Ossandón. Pero como es más popular entre los independientes que entre quienes se identifican con la derecha, muchos de sus simpatizantes probablemente ni siquiera voten, aunque pudiera haber algunos simpatizantes de izquierda que lo hagan sólo para dañar a Piñera.

A su vez, el apoyo al líder de Evópoli es superior entre personas de más educación y más ingresos. Además, el discurso de Kast, enfocado en propuestas concretas, tiende a atraer a personas más interesadas en asuntos públicos que a los chilenos menos involucrados. Afortunadamente para él, la participación siempre es mayor entre los más educados y los que más dinero ganan, por lo que su bajo apoyo en encuestas debiera traducirse en un porcentaje mayor entre los que van a ir a votar.

Las encuestas muestran que Ossandón debiera ser un rival más complicado para Piñera que Kast. Pero como éste compite con Piñera por el voto de gente más educada, de más ingresos y que se identifica con la derecha, su votación probablemente hubiera preferido al ex Presidente sobre Ossandón en caso de que Kast no hubiera sido candidato. Mientras mejor le vaya a Kast, menos apoyo debiera tener Piñera y más chances tendrá Ossandón de acercarse a la votación del ex Presidente.

Con todo, las encuestas predicen tal ventaja de Piñera, que de todos modos debiera ganar el 2 de julio.  Pero si la participación es baja, si Kast saca una alta votación y si Ossandón moviliza muchos votantes leales, su victoria quedará parcialmente manchada al darse con un margen más estrecho que el predicho por las encuestas. En el improbable caso de que la suma de votos de Ossandón y Kast supere a la de Piñera o que el ex Presidente le saque menos de 10 puntos de ventaja a su más cercano rival, las primarias le terminarán dando un impulso anímico a una centroizquierda que hoy cree tener pocas chances de mantenerse en el poder después de marzo de 2018.

Fuente: El Líbero (Santiago, Chile)

Patricio Navia
Patricio Navia
Consejero Académico
Doctor en ciencias políticas (New York University). Anteriormente obtuvo un master en la misma disciplina de la Universidad de Chicago y una licenciatura en ciencias políticas y sociología de la Universidad de Illinois. Es profesor titular de estudios liberales y profesor adjunto del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de New York University. En Chile, es profesor titular de ciencias políticas en la Universidad Diego Portales. Es autor de varios libros y especialista en elecciones, opinión pública, sistemas de partidos y relaciones ejecutivo-legislativo en América Latina. Es columnista en varios medios, incluido El Líbero (Chile) y Americas Quarterly (EEUU).
 
 
 

 
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