Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Artículos

05-12-2005

Análisis inicial de las elecciones generales en Honduras

Por Ricardo A. Puerta

El pasado domingo 27 de noviembre, el electorado de Honduras, estimado en 3.9 millones de votantes, salió a elegir a un nuevo Presidente, Diputados del Congreso y Alcaldes de las municipalidades. Son 128 los Diputados que integran el Congreso del Poder Legislativo, el sistema unicameral hondureño. También salieron a elección los 298 Alcaldes del país. Según la Constitución vigente los Diputados y Alcaldes pueden ser reelegidos por más de un período, pero el Presidente no. Al final del evento electoral, 6 de cada 10 votantes legalmente habilitados, de hecho ejercieron su voto, con un índice de abstención cercano al 40%. En las democracias "de hoy en día", esa media está en el rango de los promedios más frecuentes.  

En Honduras hay un historial de fraudes electorales que forma parte de la memoria política de esta "era democrática". Como cada parte no quería que el contrario "le hiciera una mandrakada", la votación estuvo fuertemente vigilada. En cada mesa electoral receptora había 5 representantes, uno de cada partido que participó en la contienda, todos ellos acreditados por el TSE. A éstos, se les sumaron unos 7,000 observadores, también acreditados por el TSE: 6,300 nacionales y el resto extranjeros. Entre éstos últimos se encontraban 113 representantes de la Organización de Estados Americanos. La Misión de la OEA incluyó 31 observadores internacionales,  procedentes de 14 países del continente, más los 82 miembros de embajadas y consulados  acreditados en el país. 

Antes de las elecciones, la campaña partidista fue intensa. Estuvo dominada por un lenguaje grosero y agresivo, que dejaba poco espacio para hablar de planes y propuestas de gobierno, hecho más notorio en los 2 partidos mayoritarios. Esto llegó al extremo que el Cardenal Oscar Rodríguez, máximo prelado de la Iglesia Católica en Honduras, y otros notables de la sociedad civil, hicieron repetidos llamados  a la cordura, la civilidad y al respeto del opositor contendiente, buscando bajar el tono ofensivo y poco cívico que prevalecía en los medios de comunicación. El furor de la contienda estuvo alimentado por los  políticos en campaña, especialmente por los dos candidatos presidenciales de los partidos mayoritarios.

En Honduras existen dos Partidos mayoritarios, el Nacional y el Liberal. Son los tradicionales "azules" y "rojos", "colores" que también existen en otros países latinoamericanos. Ambos Partidos han controlado el poder político hondureño en los últimos 100 años. Los Nacionalistas han estado en el Poder Ejecutivo de la nación más años que los Liberales en el último siglo, aunque la diferencia no es mucha, 55 años "azules"  contra 45 "rojos". En esta "era democrática" que empezó hace unos  25 años,  la Presidencia de la República ha estado controlada por 2 administraciones nacionalistas y 4 liberales. Cada una con un mandato de 4 años, todos cumplidos. El Partido Liberal ha conseguido dos veces, dos mandatos seguidos de 4 años, y ha logrado alternar en el poder, al ganarle en 2 ocasiones distintas, las elecciones generales al gobierno nacionalista que en ese entonces controlaba el Poder Ejecutivo.

En Honduras también existen partidos minoritarios, 3 en total. Todos son de reciente creación y ninguno de ellos tiene más de 25 años de haberse fundado. En sus propuestas de gobierno los tres se autodefinen "de reformistas", uno "de izquierda" y todos están en contra de "los 2 partidos tradicionales", etiquetados de "conservadores", "oligarquicos", etc. Sin embargo, a pesar de la generalizada pobreza que históricamente tiene estancado a este país -más de 2 tercios de la población total es pobre-- en ninguna de las 6 últimas elecciones de esta "era democrática", los partidos minoritarios, sumados en conjunto, han obtenido más del  5% del total de los votos emitidos.  Y probablemente, dicho patrón proporcional se repita en esta elección.

La democracia hondureña esta "en desarrollo", es una "democracia emergente" o "incipiente",  aún no consolidada. De hecho, este evento fue la segunda oportunidad en la historia electoral de Honduras donde el elector pudo cruzar su voto por Diputados. Podía marcar por diputados de un partido o más, según la población electoral del Departamento en que votaba. Antes de la elección del 2001 no estaba autorizado el voto cruzado para Diputados.

La transición democrática que viene ocurriendo en Honduras desde principios de los 80 carece de golpes militares. Los grupos castrenses y sus seguidores han perdido poder en la gobernabilidad del país, tal como lo tuvieron por años. Sin duda, el fin de la Guerra Fría, y el cese de cacerías  de "comunistas" y de otros "cabeza-calientes" han contribuido a la decadencia del poder castrense, hoy bastante "civilista".  

Según la apreciación de la prensa extranjera destacada en el país, esta vez los electores hondureños "cumplieron de nuevo su tarea, a llegar sin aspavientos, ni problemas, a las urnas a depositar su voto". Sin embargo, el TSE antes de las elecciones había prometido que a las 3 horas después de cerrarse la votación -a más tardar a las 7:00 PM-el pueblo conocería el escrutinio de las primeras 2,500 urnas, entre las 13,868  del total existentes. Pero la promesa no se cumplió, "levantando sospechas que los números no se habían hecho públicos a consecuencia de una posible derrota del partido oficial, el Partido Nacional de Honduras, lo cual implicaría una evidente injerencia del gobierno que ahora (en enero, 2006) termina su mandato". Sin duda, este incumplimiento fomentó mucha incertidumbre y zozobra en el país.

Dichos sentimientos fueron alimentados por un hecho acontecido el día de las elecciones y divulgado en cobertura nacional. Dos horas después de haberse cerrado las urnas, un canal televisivo y una emisora de radio, ambos con audiencias mayoritarias, difundieron los resultados de una muestra de urnas, científicamente seleccionada, hecha por una firma hondureña, investigadora de opinión pública --"Ingienería Gerencial"-- la cual goza de mucha aceptación en el país porque en ocasiones anteriores acertó con precisión de punto decimal los resultados, tendencias y pronósticos electorales, tanto en elecciones generales anteriores, como en primarias, o elecciones internas, que sólo las realizan los partidos mayoritarios. En esta última elección general, los datos tomados a  "boca de urna" por Ingeniería Gerencial, fueron dados por quienes salían de su centro electoral, después de haber ejercido el sufragio. Dichos datos "confirmaban" que el vencedor era Manuel Zelaya Rosales --popularmente conocido por "Mel", candidato del Partido Liberal-y el perdedor era  Porfirio Lobo Sosa, conocido por "Pepe" entre el pueblo. Y la distancia entre ambos era de casi 6 puntos a favor de Mel, diferencia que según los comentaristas marcaba la tendencia decisiva en la contienda electoral. Es decir, que una vez contados todos los votos y las actas electorales de las urnas, esa misma diferencia iba a aparecer o mantenerse así hasta al final. Ante la fuerza de esa interpretación, prácticamente era ya conocido "el veredicto final" de la elección, y como en elecciones generales anteriores, no quedaba otra alternativa que el candidato perdedor, "reconociera su derrota" de inmediato o en los próximos 2 días después de las elecciones. Hecho que no sucedió. El virtual perdedor más bien actúo en contrario. Ha venido destacando que aún no se ha terminado con el proceso electoral, y que sólo se ha cumplido con la votación. Repite que únicamente el TSE, y no una tendencia o pronóstico, tiene la potestad de hacer "la declaratoria del ganador de las elecciones 2005, practicadas el domingo".    

La situación del día electoral se volvió aún más incierta cuando cerca de las 11 horas de la noche, 7 horas después de haberse cerrado las mesas electorales receptoras, el jefe de la Misión de Observadores de la OEA, Frank Almaguer -años antes Embajador de Estados Unidos en Honduras y ahora representante del Secretario General de la OEA,  y por lo tanto, vocero principal de la Misión de la OEA en Honduras-- dio a conocer "el primer conteo del voto Presidencial", basado en el escrutinio de 191 urnas. El  "avance" dado era el primero que oficialmente difundía el Tribunal, en cadena nacional, y con la debida aprobación de todas las autoridades del TSE, compuesto por representantes de los 5 partidos políticos hondureños. El Informe se conoció en toda la nación y según lo explicado posteriormente, las urnas reportadas habían sido seleccionadas científicamente, siguiendo un esquema muestral que la OEA ya había probado en las elecciones generales de otros 4 países latinoamericanos. Según dicho esquema, los resultados que se reportaron  no sólo eran el balance de votos de las urnas escrutadas,  sino que también representaban "la tendencia" a seguir en el conteo de ahí en adelante, hasta llegar a la última urna.  De acuerdo a lo expuesto, el procedimiento seguido para seleccionar la muestra de urnas, por su carácter científico, "nunca antes había fallado" en su "predicción, porque está basado en la escogencia de mesas electorales receptoras que históricamente repiten los mismos porcientos logrados en el escrutinio final, después de contar todos los votos emitidos. El informe leído, prácticamente declaraba a 'Mel' ganador del voto Presidencial, superando a 'Pepe' por 5 puntos, con el conteo de menos del 3% del total de las urnas existentes. La victoria de Mel sobre Pepe y los 5 puntos o más, confirmaba de nuevo lo antes reportado por 'Ingeniería Gerencial', cuando hizo pública los resultados de su investigación,  hecha a boca de urna". 

Conclusiones

1. Con los datos divulgados hasta ahora, el ganador de las elecciones Presidenciales de Honduras es Manuel "Mel" Zelaya, candidato del Partido Liberal, aún cuando el Tribunal Supremo Electoral de Honduras tenga  legalmente hasta el 28 de diciembre de 2005 para definir al ganador final.

2. El balance general del escrutinio sigue a cuentagotas en Honduras, aunque parece haber indicios que el TSE finalizará el conteo antes de esa fecha fatal. Mientras más rápido lo haga, menos incertidumbre e ingobernabilidad fomentará  en el país.

3. En términos de proceso, el caso hondureño hasta ahora demuestra que los comunicados oficiales del TSE confundieron al pueblo, y a la opinión pública en general. Dichos partes, cuando fueron divulgados por los medios de comunicación, combinaron comentarios con datos probabilísticos de tendencias y pronósticos.

4. Para remediar esto se necesitaría separar bien los datos reales de las urnas escrutadas de aquellos que son propios de los pronósticos. Y entre éstos últimos, las tendencias que todavía son susceptibles a cambios y los que ya tienen diferencias firmes, dado el tamaño de la muestra utilizada. En un país como Honduras, es difícil encontrar en los medios de comunicación talentos que sean capaces de informar y analizar lo sucedido en el evento electoral,  usando un lenguaje periodístico que respete al mismo tiempo los niveles de entendimiento de la gente y las modernas elaboraciones técnicas -estadísticas, de informática y de conteo, por mencionar sólo tres-- que hoy en día están inmersas en la moderna y compleja actividad democrática electoral.

Ricardo A. Puerta reside en Tegucigalpa, Honduras, es sociólogo, Ph. D., y consultor de organismos internacionales.

 

Ricardo A. Puerta
Ricardo A. Puerta
Ricardo A. Puerta reside en Tegucigalpa, Honduras, es sociólogo, Ph. D., y consultor de organismos internacionales.
 
 
 

 
 
 
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