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La logística comercial en la economía global
En una economía global cada vez más competitiva, la calidad de la logística es un factor determinante para las decisiones de inversión multinacional de las empresas. Una cadena de suministro poco confiable o predecible incrementa los costes de aprovisionamiento y transporte, a la vez que desincentiva los planes de inversión.
Por Elías Amor Bravo
En la globalización, el acceso a los mercados es una ventaja competitiva que exige concentrar recursos, talento e infraestructuras. Las naciones más avanzadas del planeta lo saben, y por ello, se esfuerzan por hacer bien su trabajo y no perder las posiciones conquistadas. Lo cierto es que, en la mayoría de ocasiones, las prácticas proteccionistas no han servido para que las fuerzas del mercado impulsen una distribución más eficiente de estas actividades. Es necesario, precisamente, ir en la dirección contraria, fomentando la formación de los recursos humanos, mejorando las infraestructuras y equipamientos, reduciendo la burocracia y asegurando un entorno adecuado para la realización de las operaciones comerciales. Ahora contamos con datos que permiten observar estos procesos con detalle.
Un estudio reciente del Banco Mundial “Connecting to compete: trade logistics in the global economy” realizado por Jean Francois Arvis y Mónica Alina del grupo de Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del Banco, ha conseguido clasificar a 150 países del mundo de acuerdo con su capacidad logística y comercial. Se ha podido elaborar un índice de desempeño logístico que viene a confirmar que los países cuyas rutas de transporte y procedimientos comerciales son los más predecibles y eficientes, a la vez que resulta más fácil el aprovechamiento de ventajas tecnológicas, la liberalización económica y el acceso a los mercados globales son los que tienen también una mayor capacidad para competir y obtener beneficios del proceso de globalización de la economía mundial. Los costes, en tales condiciones, pasan a ocupar un segundo orden de importancia.
El estudio ha sido realizado a partir de la investigación a 800 agentes de carga internacional y compañías de transporte que operan en más de 100 países. En su elaboración intervienen diversos aspectos como la competencia del personal de despacho en aduanas o los proveedores de servicios de transporte ferroviario, la puntualidad de estos mismos servicios y las actividades delictivas realizadas o los pagos informales (sobornos) solicitados. El índice se elabora en la escala de 1 a 5, donde 1 representa los más bajos niveles de actuación logística, en tanto que 5 supone acercarse a la excelencia.
En el ranking, a la cabeza aparece Singapur con 4.19, seguido de Holanda y Alemania. Otro grupo de cinco países, Suecia, Austria, Japón, Suiza, Hong Kong, alcanzan un índice superior a 4. Destacar en ese grupo dos países centroeuropeos sin acceso directo territorial al mar. Estados Unidos, en el puesto 14, obtiene 3.84. España en el puesto 26, alcanza 3.52, por delante de Malasia, Portugal y Grecia, entre otros. En el extremo opuesto de la clasificación, Afganistán, que alcanza el valor más bajo del índice con 1.21. Un amplio grupo de ocho países no superan el índice 2. Entre ellos, Chad, Niger, Sierra Leona, Djibouti, Tajikistan, Myanmar, Rwanda y Timor Este.
En América Latina, donde hay que acelerar cuanto antes las reformas necesarias para ganar peso en la globalización y conservar el entorno de crecimiento económico sostenido que se ha conseguido en los últimos años, el primer país en la clasificación del índice de desempeño logístico es Chile, con 3.25 en el puesto número 32. Hay que descender hasta el 45 para el siguiente, Argentina, que con 2.98 ocupa el número 45. Panamá se sitúa en el 54, México en el 56 y Perú a corta distancia en el 59. Brasil obtiene un 2.75 y permanece en el puesto 61. Haiti y Nicaragua con 2.21 en el índice son los países que registran los más bajos índices del continente latinoamericano. Cuba no ha sido estudiado en el Informe.
Los datos ponen de manifiesto que los países desarrollados obtienen los mejores índices, con una media de 3.67 en tanto que las mayores diferencias se registran en el grupo de países subdesarrollados que oscilan entre el 2.47 y el 2.29 en promedio. China, el gran gigante de la globalización, ocupa el puesto número 30, de un total de 150 países, en tanto que algunos países exportadores de petróleo, como Argelia, no llegaron a situarse entre los 130 primeros (ocupa el número 140).
El estudio apunta a la existencia de un denominado “círculo vicioso” que atrapa a los países que se encuentran en los puestos más bajos de la clasificación, con una reglamentación excesiva, difícil de predecir, servicios de mala calidad e ineficientes. En una economía global cada vez más competitiva, la calidad de la logística es un factor determinante para las decisiones de inversión multinacional de las empresas. Una cadena de suministro poco confiable o predecible incrementa los costes de aprovisionamiento y transporte, a la vez que desincentiva los planes de inversión. Las multinacionales apuestan por la previsibilidad, de modo que los autores del estudio añaden que los países no sólo deben realizar esfuerzos en esta materia para consolidar posiciones en la economía global, sino también para garantizar un crecimiento sostenible de sus rentas.
Elías Amor BravoElías Amor Bravo es Economista y miembro de la Unión Liberal
Cubana.
En la globalización, el acceso a los mercados es una ventaja competitiva que exige concentrar recursos, talento e infraestructuras. Las naciones más avanzadas del planeta lo saben, y por ello, se esfuerzan por hacer bien su trabajo y no perder las posiciones conquistadas. Lo cierto es que, en la mayoría de ocasiones, las prácticas proteccionistas no han servido para que las fuerzas del mercado impulsen una distribución más eficiente de estas actividades. Es necesario, precisamente, ir en la dirección contraria, fomentando la formación de los recursos humanos, mejorando las infraestructuras y equipamientos, reduciendo la burocracia y asegurando un entorno adecuado para la realización de las operaciones comerciales. Ahora contamos con datos que permiten observar estos procesos con detalle.
Un estudio reciente del Banco Mundial “Connecting to compete: trade logistics in the global economy” realizado por Jean Francois Arvis y Mónica Alina del grupo de Reducción de la Pobreza y Gestión Económica del Banco, ha conseguido clasificar a 150 países del mundo de acuerdo con su capacidad logística y comercial. Se ha podido elaborar un índice de desempeño logístico que viene a confirmar que los países cuyas rutas de transporte y procedimientos comerciales son los más predecibles y eficientes, a la vez que resulta más fácil el aprovechamiento de ventajas tecnológicas, la liberalización económica y el acceso a los mercados globales son los que tienen también una mayor capacidad para competir y obtener beneficios del proceso de globalización de la economía mundial. Los costes, en tales condiciones, pasan a ocupar un segundo orden de importancia.
El estudio ha sido realizado a partir de la investigación a 800 agentes de carga internacional y compañías de transporte que operan en más de 100 países. En su elaboración intervienen diversos aspectos como la competencia del personal de despacho en aduanas o los proveedores de servicios de transporte ferroviario, la puntualidad de estos mismos servicios y las actividades delictivas realizadas o los pagos informales (sobornos) solicitados. El índice se elabora en la escala de 1 a 5, donde 1 representa los más bajos niveles de actuación logística, en tanto que 5 supone acercarse a la excelencia.
En el ranking, a la cabeza aparece Singapur con 4.19, seguido de Holanda y Alemania. Otro grupo de cinco países, Suecia, Austria, Japón, Suiza, Hong Kong, alcanzan un índice superior a 4. Destacar en ese grupo dos países centroeuropeos sin acceso directo territorial al mar. Estados Unidos, en el puesto 14, obtiene 3.84. España en el puesto 26, alcanza 3.52, por delante de Malasia, Portugal y Grecia, entre otros. En el extremo opuesto de la clasificación, Afganistán, que alcanza el valor más bajo del índice con 1.21. Un amplio grupo de ocho países no superan el índice 2. Entre ellos, Chad, Niger, Sierra Leona, Djibouti, Tajikistan, Myanmar, Rwanda y Timor Este.
En América Latina, donde hay que acelerar cuanto antes las reformas necesarias para ganar peso en la globalización y conservar el entorno de crecimiento económico sostenido que se ha conseguido en los últimos años, el primer país en la clasificación del índice de desempeño logístico es Chile, con 3.25 en el puesto número 32. Hay que descender hasta el 45 para el siguiente, Argentina, que con 2.98 ocupa el número 45. Panamá se sitúa en el 54, México en el 56 y Perú a corta distancia en el 59. Brasil obtiene un 2.75 y permanece en el puesto 61. Haiti y Nicaragua con 2.21 en el índice son los países que registran los más bajos índices del continente latinoamericano. Cuba no ha sido estudiado en el Informe.
Los datos ponen de manifiesto que los países desarrollados obtienen los mejores índices, con una media de 3.67 en tanto que las mayores diferencias se registran en el grupo de países subdesarrollados que oscilan entre el 2.47 y el 2.29 en promedio. China, el gran gigante de la globalización, ocupa el puesto número 30, de un total de 150 países, en tanto que algunos países exportadores de petróleo, como Argelia, no llegaron a situarse entre los 130 primeros (ocupa el número 140).
El estudio apunta a la existencia de un denominado “círculo vicioso” que atrapa a los países que se encuentran en los puestos más bajos de la clasificación, con una reglamentación excesiva, difícil de predecir, servicios de mala calidad e ineficientes. En una economía global cada vez más competitiva, la calidad de la logística es un factor determinante para las decisiones de inversión multinacional de las empresas. Una cadena de suministro poco confiable o predecible incrementa los costes de aprovisionamiento y transporte, a la vez que desincentiva los planes de inversión. Las multinacionales apuestan por la previsibilidad, de modo que los autores del estudio añaden que los países no sólo deben realizar esfuerzos en esta materia para consolidar posiciones en la economía global, sino también para garantizar un crecimiento sostenible de sus rentas.
