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Hay pasajes de Montevideo a Caracas y a ''Tel Aviv-Ginebra-Seúl''
La imagen de Vázquez y Astori entre ejecutivos israelíes, suizos y coreanos, y la de Mujica entre soldados de la ''revolución'' de Chávez, marca el mapa de interrogantes que enfrenta hoy el Frente Amplio.
Fuente: www.busqueda.com.uy
Por Nelson Fernández Salvidio
El presidente del Uruguay Tabaré Vázquez y su ministro de Economía, Danilo Astori, siguen la gira por Israel, Suiza y Corea del Sur, mientras el senador José Mujica se ha ido a Venezuela. Están en el exterior los tres políticos más populares del país y justo son los nombres que se manejan en la izquierda como candidatos para las próximas elecciones: para los que buscan una continuidad moderada con Astori, para los que prefieren un giro de izquierda con Mujica, o para los que sueñan con una reelección de Vázquez, tantas veces negada por él mismo.
Los tres de viaje. Unos, por la ruta del capitalismo en busca de oportunidades de negocios para el desarrollo económico del país. Otro, hacia la nueva cuna del "socialismo" latinomericano, también con el objetivo de algún acuerdo puntual sobre comercio, que contribuya al crecimiento productivo. El objetivo podrá ser más o menos parecido, pero el camino no es el mismo. Y la meta tampoco.
No es que Vázquez y Astori se hayan convertido a "la derecha", ni que Mujica se haya refugiado en una postura de populismo de izquierda, que sea irreconciliable con sus compañeros frentistas. Pero la imagen de Vázquez y Astori entre ejecutivos israelíes, suizos y coreanos, y la de Mujica entre soldados de la "revolución" de Chávez, marca el mapa de interrogantes que enfrenta hoy el Frente Amplio.
Hasta ahora, la política económica diseñada por Astori y respaldada por Vázquez fue difícil de tragar para la mayoría de los dirigentes de la coalición oficialista, pero... acataron. Unos convencidos y otros porque lo comprendieron como una transición hacia una política económica, realmente "de izquierda".
Es lógico que la gente cambie su forma de ver las cosas. La izquierda ha cambiado y no le agrada que le estén recordando eso en forma permanente. La comparación temporal de los razonamientos políticos genera un estado de tensión interna, porque despierta el reflejo de los que no cambiaron o aceptaron el cambio a regañadientes, no para abandonar viejas banderas, sino para bajarlas un rato y poder levantarlas luego con más fuerza.
Hay ejemplos de que el aggiornamiento de Vázquez no es coyuntural. El martes 26, habló en Israel sobre la necesidad de buscar un acuerdo político para que Uruguay se encamine a la utilización de la energía nuclear. Para eso, paradójicamente, habrá que derogar una norma incluida en una reforma del segundo gobierno de Julio María Sanguinetti, precisamente para que el Frente Amplio no impulsara un recurso de referendum contra la ley. Fue por eso que en la Ley Nº 16.832 de Mercado Energético se "colgó" al final del texto, el "artículo 27" por el que "prohíbese el uso de energía de origen nuclear en el territorio nacional". Lo anecdótico es que igual, pese a esa concesión a la izquierda, hubo recurso de referendum contra la ley. Y ahora habrá que derogar ese artículo que era garantía para el Frente.
Pero el anuncio no es anecdótico, porque marca una estrategia de mediano y largo plazo en el tema. Vázquez y Astori están convencidos de ese aggiornamiento ideológico. Mujica -como exponente de otra corriente frentista- también se ha moderado o cambiado posturas de otras épocas, pero el grado de adecuación no es el mismo. Y la presión de su entorno, lo lleva a respuestas pendulares.
Mujica cree que es posible estar bien con Venezuela y con Estados Unidos y aprovechar las ventajas de las dos relaciones. "No quiero un tratado con EE.UU., quiero muchos con todos los países", ha dicho sobre acuerdos comerciales. En parte es cierto y es lo que ha intentado el propio Vázquez. Pero la equidistancia de todos los países no es tal. Hay apuestas, inclinaciones.
Chile hace acuerdos "con todos" los países que puede, pero sus tratados comerciales son con los de Norteamérica, Centroamérica, Japón, China y sudeste asiático. Luego tiene acuerdos de asociación con Europa y Nueva Zelanda y de complementación con los países de Sudamérica. La inclinación de este país gobernado por la izquierda moderada, es hacia el mundo de los negocios, la inversión privada y el libre comercio, no al "área bolivariana" de "solidaridad" entre países.
Mujica habla de negocios concretos que al público le atraen porque aparecen como sencillos. Eso de vender un poco de manteca a países del Caribe y triangular con petróleo de Venezuela se ve como una especie de clearing, que puede ser ventajoso si se concreta. Pero viendo lo ocurrido en estos tiempos, está ligado a expresiones voluntaristas.
Los inconvenientes en los negocios con Venezuela no son por razones ideológicas. China es una dictadura y tiene un régimen comunista pero no despierta las dudas que sí genera Caracas. El problema con el régimen de Chávez está en la incertidumbre sobre el resultado de esos negocios y el riesgo a salir salpicado de manchas de corrupción. Y además en el involucramiento en los enredos políticos internacionales que arma el presidente de Venezuela. Resultados limitados y dudosos de concretar por un lado, riesgos altos por el otro. Los que han estado vinculados a negocios con el Estado venezolano, lo sufrieron en carne propia.
La venta de casas prefabricadas uruguayas a Venezuela es un ejemplo. Los fabricantes dicen que enviaron unas 5.000 casas y que si no exportaron más fue porque los venezolanos acumulaban contenedores en depósitos y les pedían que frenaran. Armaron unas 40 casas... ¿Tiene sentido que las casas se pudran en depósitos y haya familias humildes con problemas de vivienda? La contraparte venezolana tiene un nombre ampuloso ("Ministerio Popular para la Vivienda y Hábitat de la República Bolivariana de Venezuela") pero poca efectividad. Varios cambios de ministros, cada uno con relevo del equipo de colaboradores...y cada ministro con la intención de que "las casitas" tuvieran su sello...
El famoso empresario venezolano Guido Antonini se interesó por el negocio, antes que su nombre trascendiera fronteras por el episodio de la valija llena de dólares decomisada en el aeropuerto de Buenos Aires. El escándalo internacional salpicó a Uruguay cuando el gobierno argentino quiso transferir el problema, como si los dólares de la valija hubieran sido para Montevideo. Pero ahora salpica y mancha, cuando aparece una cuenta bancaria (o dos...) de Antonini en bancos de plaza, por una denuncia penal sobre supuesto impago de comisiones. Aseguran que dinero del Estado venezolano por las casas que nunca se armaron, fue a una cuenta de Antonini Wilson y otros, y que la amante de uno de los involucrados en el negocio se llevó los estados de cuenta para una operación de extorsión. ¡De película!
Y Antonini no era un empresario privado que iba y venía por cuenta propia. A Buenos Aires llegó en un vuelo privado, que alquiló el Estado argentino, y al que subió invitado por un alto ejecutivo de la petrolera estatal venezolana Pdvsa. A Montevideo llegaba con reservas de hotel que hacía la oficina local de Pdvsa. Y a la fábrica de casas fue con una delegación del gobierno de Chávez. Si alguien considera que esto es un episodio aislado, podrá consultar al embajador uruguayo en Caracas para que, en confianza, le de más referencia sobre este entramado de funcionarios y "emprendedores".
Mujica confía en que puede lograr resultados positivos. Y si bien nunca hay peor gestión que la que no se hace, está claro que eso no es fácil.
El nuevo presidente de Paraguay, Fernando Lugo, recibió la oferta de Chávez por petróleo venezolano. "Todo el petróleo que necesite, hasta la última gota", dijo Chávez que usa el verbo "suministrar", en lugar de "vender" –que es lo que hace- para que suene más solidario. Uruguay ya probó esa receta: compra al precio internacional pero financiado. Más deuda externa. ¿Era necesario endeudarse para consumo presente y no para inversión?
Mujica por las suyas en Caracas. Vázquez y Astori, (con varios ministros, empresarios y sindicalistas), por Tel Aviv, Paris, Ginebra y Seúl. Rutas diferentes que conducen a destinos también diversos. En Montevideo, los frentistas que deberán elegir el candidato presidencial para 2009, observan las movidas y por naturaleza, tendrán una inclinación mayor a la ruta aparentemente socialista. Eso explica por qué Mujica encabeza las preferencias de los votantes frentistas. Pero la elección se define con el voto de los que no están afiliados a partidos y que no tienen un perfil de "más izquierda".
Ahí radica el dilema de los frenteamplistas: elegir al que tiene más chance de ganar o elegir para profundizar los cambios. ¿La ruta de "Israel-Suiza-Corea del Sur" o el camino a Caracas? En la respuesta, los frentistas no eligirán solamente su candidato, sino que incidirán en el futuro del país.
Fuente: www.busqueda.com.uy
Nelson Fernández SalvidioPeriodista, docente, escritor de libros de ensayos periodístico-político,; el último es “El Golpe de 1973” (Sudamericana, julio 2023) sobre lo ocurrido en Uruguay y en Latinoamérica en los años sesenta y setenta.
El presidente del Uruguay Tabaré Vázquez y su ministro de Economía, Danilo Astori, siguen la gira por Israel, Suiza y Corea del Sur, mientras el senador José Mujica se ha ido a Venezuela. Están en el exterior los tres políticos más populares del país y justo son los nombres que se manejan en la izquierda como candidatos para las próximas elecciones: para los que buscan una continuidad moderada con Astori, para los que prefieren un giro de izquierda con Mujica, o para los que sueñan con una reelección de Vázquez, tantas veces negada por él mismo.
Los tres de viaje. Unos, por la ruta del capitalismo en busca de oportunidades de negocios para el desarrollo económico del país. Otro, hacia la nueva cuna del "socialismo" latinomericano, también con el objetivo de algún acuerdo puntual sobre comercio, que contribuya al crecimiento productivo. El objetivo podrá ser más o menos parecido, pero el camino no es el mismo. Y la meta tampoco.
No es que Vázquez y Astori se hayan convertido a "la derecha", ni que Mujica se haya refugiado en una postura de populismo de izquierda, que sea irreconciliable con sus compañeros frentistas. Pero la imagen de Vázquez y Astori entre ejecutivos israelíes, suizos y coreanos, y la de Mujica entre soldados de la "revolución" de Chávez, marca el mapa de interrogantes que enfrenta hoy el Frente Amplio.
Hasta ahora, la política económica diseñada por Astori y respaldada por Vázquez fue difícil de tragar para la mayoría de los dirigentes de la coalición oficialista, pero... acataron. Unos convencidos y otros porque lo comprendieron como una transición hacia una política económica, realmente "de izquierda".
Es lógico que la gente cambie su forma de ver las cosas. La izquierda ha cambiado y no le agrada que le estén recordando eso en forma permanente. La comparación temporal de los razonamientos políticos genera un estado de tensión interna, porque despierta el reflejo de los que no cambiaron o aceptaron el cambio a regañadientes, no para abandonar viejas banderas, sino para bajarlas un rato y poder levantarlas luego con más fuerza.
Hay ejemplos de que el aggiornamiento de Vázquez no es coyuntural. El martes 26, habló en Israel sobre la necesidad de buscar un acuerdo político para que Uruguay se encamine a la utilización de la energía nuclear. Para eso, paradójicamente, habrá que derogar una norma incluida en una reforma del segundo gobierno de Julio María Sanguinetti, precisamente para que el Frente Amplio no impulsara un recurso de referendum contra la ley. Fue por eso que en la Ley Nº 16.832 de Mercado Energético se "colgó" al final del texto, el "artículo 27" por el que "prohíbese el uso de energía de origen nuclear en el territorio nacional". Lo anecdótico es que igual, pese a esa concesión a la izquierda, hubo recurso de referendum contra la ley. Y ahora habrá que derogar ese artículo que era garantía para el Frente.
Pero el anuncio no es anecdótico, porque marca una estrategia de mediano y largo plazo en el tema. Vázquez y Astori están convencidos de ese aggiornamiento ideológico. Mujica -como exponente de otra corriente frentista- también se ha moderado o cambiado posturas de otras épocas, pero el grado de adecuación no es el mismo. Y la presión de su entorno, lo lleva a respuestas pendulares.
Mujica cree que es posible estar bien con Venezuela y con Estados Unidos y aprovechar las ventajas de las dos relaciones. "No quiero un tratado con EE.UU., quiero muchos con todos los países", ha dicho sobre acuerdos comerciales. En parte es cierto y es lo que ha intentado el propio Vázquez. Pero la equidistancia de todos los países no es tal. Hay apuestas, inclinaciones.
Chile hace acuerdos "con todos" los países que puede, pero sus tratados comerciales son con los de Norteamérica, Centroamérica, Japón, China y sudeste asiático. Luego tiene acuerdos de asociación con Europa y Nueva Zelanda y de complementación con los países de Sudamérica. La inclinación de este país gobernado por la izquierda moderada, es hacia el mundo de los negocios, la inversión privada y el libre comercio, no al "área bolivariana" de "solidaridad" entre países.
Mujica habla de negocios concretos que al público le atraen porque aparecen como sencillos. Eso de vender un poco de manteca a países del Caribe y triangular con petróleo de Venezuela se ve como una especie de clearing, que puede ser ventajoso si se concreta. Pero viendo lo ocurrido en estos tiempos, está ligado a expresiones voluntaristas.
Los inconvenientes en los negocios con Venezuela no son por razones ideológicas. China es una dictadura y tiene un régimen comunista pero no despierta las dudas que sí genera Caracas. El problema con el régimen de Chávez está en la incertidumbre sobre el resultado de esos negocios y el riesgo a salir salpicado de manchas de corrupción. Y además en el involucramiento en los enredos políticos internacionales que arma el presidente de Venezuela. Resultados limitados y dudosos de concretar por un lado, riesgos altos por el otro. Los que han estado vinculados a negocios con el Estado venezolano, lo sufrieron en carne propia.
La venta de casas prefabricadas uruguayas a Venezuela es un ejemplo. Los fabricantes dicen que enviaron unas 5.000 casas y que si no exportaron más fue porque los venezolanos acumulaban contenedores en depósitos y les pedían que frenaran. Armaron unas 40 casas... ¿Tiene sentido que las casas se pudran en depósitos y haya familias humildes con problemas de vivienda? La contraparte venezolana tiene un nombre ampuloso ("Ministerio Popular para la Vivienda y Hábitat de la República Bolivariana de Venezuela") pero poca efectividad. Varios cambios de ministros, cada uno con relevo del equipo de colaboradores...y cada ministro con la intención de que "las casitas" tuvieran su sello...
El famoso empresario venezolano Guido Antonini se interesó por el negocio, antes que su nombre trascendiera fronteras por el episodio de la valija llena de dólares decomisada en el aeropuerto de Buenos Aires. El escándalo internacional salpicó a Uruguay cuando el gobierno argentino quiso transferir el problema, como si los dólares de la valija hubieran sido para Montevideo. Pero ahora salpica y mancha, cuando aparece una cuenta bancaria (o dos...) de Antonini en bancos de plaza, por una denuncia penal sobre supuesto impago de comisiones. Aseguran que dinero del Estado venezolano por las casas que nunca se armaron, fue a una cuenta de Antonini Wilson y otros, y que la amante de uno de los involucrados en el negocio se llevó los estados de cuenta para una operación de extorsión. ¡De película!
Y Antonini no era un empresario privado que iba y venía por cuenta propia. A Buenos Aires llegó en un vuelo privado, que alquiló el Estado argentino, y al que subió invitado por un alto ejecutivo de la petrolera estatal venezolana Pdvsa. A Montevideo llegaba con reservas de hotel que hacía la oficina local de Pdvsa. Y a la fábrica de casas fue con una delegación del gobierno de Chávez. Si alguien considera que esto es un episodio aislado, podrá consultar al embajador uruguayo en Caracas para que, en confianza, le de más referencia sobre este entramado de funcionarios y "emprendedores".
Mujica confía en que puede lograr resultados positivos. Y si bien nunca hay peor gestión que la que no se hace, está claro que eso no es fácil.
El nuevo presidente de Paraguay, Fernando Lugo, recibió la oferta de Chávez por petróleo venezolano. "Todo el petróleo que necesite, hasta la última gota", dijo Chávez que usa el verbo "suministrar", en lugar de "vender" –que es lo que hace- para que suene más solidario. Uruguay ya probó esa receta: compra al precio internacional pero financiado. Más deuda externa. ¿Era necesario endeudarse para consumo presente y no para inversión?
Mujica por las suyas en Caracas. Vázquez y Astori, (con varios ministros, empresarios y sindicalistas), por Tel Aviv, Paris, Ginebra y Seúl. Rutas diferentes que conducen a destinos también diversos. En Montevideo, los frentistas que deberán elegir el candidato presidencial para 2009, observan las movidas y por naturaleza, tendrán una inclinación mayor a la ruta aparentemente socialista. Eso explica por qué Mujica encabeza las preferencias de los votantes frentistas. Pero la elección se define con el voto de los que no están afiliados a partidos y que no tienen un perfil de "más izquierda".
Ahí radica el dilema de los frenteamplistas: elegir al que tiene más chance de ganar o elegir para profundizar los cambios. ¿La ruta de "Israel-Suiza-Corea del Sur" o el camino a Caracas? En la respuesta, los frentistas no eligirán solamente su candidato, sino que incidirán en el futuro del país.
Fuente: www.busqueda.com.uy
