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Un nuevo escenario politico en Nicaragua
En las últimas elecciones presidenciales que tuvieron lugar en Nicaragua el pasado domingo 4 de noviembre, resultó ganadora la fórmula del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), conformada por Enrique Bolaños Geyer y por José Rizo Castellón. Incluso, en la elección de los representantes ante la Asamblea Nacional, que se realizaba el mismo día, el PLC obtuvo la mayor cantidad de votantes.
Por Marina L. Espósito
El pasado domingo 4 de noviembre tuvieron lugar en Nicaragua las elecciones presidenciales y, por otra parte, la elección de los representantes ante la Asamblea Nacional. Entre las fórmulas que se disputaban los cargos para ocupar el Poder Ejecutivo, se encontraban la del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), conformada por Enrique Bolaños Geyer y por José Rizo Castellón; la del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en la que estaban Daniel Ortega y Agustín Jarquín; y, por último, la del Partido Conservador (PC), compuesta por Alberto Saborío y Consuelo Sequeira.
Si bien quedaba claro que el cargo de Presidente y el de Vicepresidente de la República de Nicaragua se iban a definir entre estos tres partidos, la verdadera lucha electoral se dio entre el Partido Liberal Constitucionalista y el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Entre estos partidos, finalmente el PLC se impuso en las elecciones. Sin embargo, cabe destacar que varias encuestas previas a la fecha de elecciones, daban una intención de voto mayor al FSLN. En una de ellas, efectuada durante septiembre del 2001 por la encuestadora Cid-Gallup, se observa que el PLC tenía una intención de voto del 35%, el FSLN del 37%, el PC obtenía un 5%, y, por último, las abstenciones, votos nulos y otros ascendían al 23%. La muestra considerada para realizar esta encuesta fue de 1.430 personas, con un error muestral de +/- 2.6%.
No obstante, si se hace una lectura cuidadosa de los resultados que mostraban esas encuestas, también hay que tener en cuenta que podía observarse un empate técnico entre el PLC y el FSLN, por lo cual era difícil vaticinar un resultado tan favorable para el partido liberal. Si se toman en consideración los resultados de los comicios (actualizados al 21 de noviembre), que provee el Consejo Supremo Electoral, el PLC obtuvo un 56,2% de los votos (1.216.863), mientras que el FSLN obtuvo un 42,3% (915.417 votos). Lejos quedó el Partido Conservador, con un 1,4% de los votos (29.933), aunque ya quedaba claro que no podía llegar a superar el tercer puesto.
UN POCO DE HISTORIA. Antes de adentrarse en el resultado de las elecciones presidenciales para el período 2002-2007, es interesante resaltar algunos aspectos que signaron el pasado político nicaragüense.
En el informe del 2000 elaborado por The Freedom House, que se denomina Freedom in the World, se hace una breve cronología de todo lo sucedido en el ámbito político nicaragüense.
En 1838 se estableció la República de Nicaragua. Y, tal como lo menciona el informe, fue un país marcado por "luchas internas y por la dictadura." En 1979, el régimen autoritario de los Somoza, que imperó durante cuatro décadas, es derrocado por los sandinistas.
En 1987 el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) aprobó una nueva constitución en la cual se establece la elección cada seis años del presidente y de la Asamblea Nacional compuesta por 96 miembros.
En 1990, las elecciones presidenciales son ganadas por Violeta Chamorro. Su partido, UNO (Unión Nacional de Oposición), también obtuvo una mayoría legislativa en la Asamblea Nacional.
Finalmente, en las siguientes elecciones de 1996, Arnoldo Alemán se impone. De acuerdo a lo expuesto en el informe Freedom in the World, él tenía "una plataforma que prometía reformas económicas" y, también, " el desmantelamiento de la burocracia de la era sandinista", entre otras cosas.
En noviembre de 2001 se efectuaron las últimas elecciones presidenciales, en las que el Partido Liberal Constitucionalista resultó ganador. El nuevo presidente nicaragüense, a partir de enero de 2002, será Enrique Bolaños. Es un hombre de 73 años que cuenta con importantes antecedentes políticos. Incluso, para poder postularse a la presidencia, debió renunciar a su cargo en octubre de 2000. Había sido electo como vicepresidente por un 51% de los votos. Era el compañero de fórmula del actual presidente Arnoldo Alemán, de la Alianza Liberal.
Antes de ocupar el cargo de vicepresidente, Bolaños fue Jefe de Campaña de la Alianza Liberal. Durante varios años de la década del ´80, presidió el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), en Managua, capital de Nicaragua.
Para estas elecciones, el PLC, partido con el cual se presentó Bolaños, estructuró una alianza electoral con el Partido Camino Cristiano (evangélico), líderes del Partido Conservador, de los empresarios y la mayor parte de los líderes religiosos católicos.
El principal candidato opositor de Bolaños en estas elecciones era Daniel Ortega (quién ya estuvo en el gobierno, desde 1979 hasta 1990). Durante la campaña, Ortega, de 51 años, se dedicó a criticar varias veces a Bolaños por considerar que no se ocupó de hacer frente a los actos de corrupción cuando estuvo en el gobierno.
El próximo 10 de enero, en vez de encontrarse concluyendo su mandato como vicepresidente de la República, Bolaños iniciará una nueva etapa política como Presidente de Nicaragua.
NICARAGUA EN LA ACTUALIDAD. Por otra parte, también es importante tener en cuenta el contexto económico en el que se tendrán que desenvolver el Presidente y Vicepresidente electos, Enrique Bolaños y José Rizo, respectivamente. Para tener una visión general acerca de este tema, pueden tomarse datos del Índice de Libertad Económica del 2001, de The Heritage Foundation. Cuando se hace referencia a Nicaragua, una pequeña mejoría se desprende del análisis global de los indicadores. En la sección dedicada a flujos de capital e inversión extranjera, se menciona que, en mayo de 2000, la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó una nueva Ley de Inversión Extranjera, que reemplazó a la versión de 1991 y eliminó algunos controles. Por otra parte, haciendo referencia a lo que expuso el Departamento de Estado de los EE.UU. acerca de la ley, puede citarse: "a) la nueva ley asegura que tanto la inversión extranjera como doméstica reciben el mismo tratamiento; b) se elimina la necesidad de firmar un contrato de inversión; c) queda abolido el comité de inversión extranjera; c) se eliminan las restricciones a la forma en la que el capital extranjero puede entrar al país; e) se reconoce el derecho del inversor de tener propiedad y usarla de la manera que quiera."
Cuando se hace referencia, de manera más puntual, a los derechos de propiedad, se cita también, de acuerdo al Departamento de Estado de EE.UU, que "la dificultad en resolver las disputas comerciales en Nicaragua, es un serio obstáculo para la inversión." También, se dice que "el poder judicial es susceptible a la influencia política y a la corrupción."
Uno de los problemas que se señala es el moderado nivel de intervención del Estado en la economía, ya que el mantenimiento de controles del precio sobre ciertos productos, tiene un significativo efecto negativo en la economía del país.
En lo que respecta al ámbito político, en el informe Freedom in the World, al que se hizo referencia anteriormente, se señala que se les dificulta a los partidos pequeños -que quieren presentarse a elecciones- el lograr la representatividad electoral necesaria.
También, con relación a la participación de los ciudadanos, se expresa que: "las actividades cívicas y políticas siguen estando condicionadas a la violencia política ocasional y a la corrupción", principalmente.
En la sección dedicada a los derechos políticos y libertades civiles, se hace expresa alusión a la situación que se vive en Nicaragua con respecto a los derechos humanos. Específicamente, se dice que, si bien "la conducta de las fuerzas de seguridad está mejorando, aún se cometen violaciones a los derechos humanos. Las confesiones forzadas a la policía siguen siendo un problema, como así también los casos en los que las fuerzas de seguridad arrestan y detienen arbitrariamente a los ciudadanos."
Por otra parte, se señala que "la discriminación en contra de las mujeres y de los indígenas es un problema, aunque se logró un significativo progreso en 1998 en materia de derechos de los Americanos Nativos."
Los habitantes de Nicaragua también deben hacer frente a otros dos graves problemas. Por un lado, se encuentra la pobreza y, por el otro, la desocupación. La situación económica empeoró notoriamente debido a la devastación que causó el huracán Mitch, en octubre y noviembre de 1998. Las pérdidas que provocó ascendieron a los 1.500 millones de dólares, aproximadamente. A esta situación, se sumó la abrupta caída en los precios del café, que es el principal producto de exportación del país.
DESPUÉS DE LAS ELECCIONES. Como en cualquier país, luego de una elección realizada bajo un régimen democrático, se esperan cambios positivos, más aún si entre los cargos que deben definirse se encuentran el del nuevo Presidente y Vicepresidente de la República. En este caso, la victoria en las urnas fue para el Partido Liberal Constitucionalista. Al interiorizarse de las ideas básicas que figuran entre los principios de este partido, debe hacerse alusión a la que adoptan como definición propia: "una institución política nicaragüense, de inspiración republicana y naturaleza esencialmente popular, igualitaria, democrática y nacionalista, que nutre y renueva continuamente su ideario en la filosofía de un liberalismo humanista, progresista, solidario, cívico, patriótico y de justicia social."
El candidato que más fuerte disputaba la Presidencia, Daniel Ortega, del FSLN, reconoció prontamente su derrota y se mostró dispuesto a "apoyar la gobernabilidad del país desde [la] posición de fuerza de oposición."
Esta elección también fue satisfactoria para el PLC en el ámbito de la Asamblea Nacional. Con datos de un 94% escrutado por parte del Consejo Supremo Electoral, se observaba que, en lo que respecta a la boleta para diputados nacionales, el PLC obtenía un 52,82% de los votos, el FSLN un 42,42%, mientras que el PC tan sólo un 4,73%.
Los electos en estos comicios (sobre todo haciendo referencia a los miembros del PLC) deberán afrontar los problemas institucionales y económicos presentes en Nicaragua. Los cambios que tienen que implementarse en el país serán tanto un desafío desde el Poder Ejecutivo (a partir del año 2002, a cargo de Bolaños) como para los nuevos integrantes de la Asamblea Nacional.
Uno de los principales problemas es el desempleo, que aqueja al 53% de la población. También, la pobreza, que alcanza al 70% de los 4,8 millones de nicaragüenses. De ellos, alrededor de tres millones tuvieron la posibilidad de expresarse a través del voto en estos comicios con la esperanza de que su elección signifique un cambio positivo para Nicaragua.
Marina L. Esposito es Asistente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.
Marina L. Espósito
El pasado domingo 4 de noviembre tuvieron lugar en Nicaragua las elecciones presidenciales y, por otra parte, la elección de los representantes ante la Asamblea Nacional. Entre las fórmulas que se disputaban los cargos para ocupar el Poder Ejecutivo, se encontraban la del Partido Liberal Constitucionalista (PLC), conformada por Enrique Bolaños Geyer y por José Rizo Castellón; la del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en la que estaban Daniel Ortega y Agustín Jarquín; y, por último, la del Partido Conservador (PC), compuesta por Alberto Saborío y Consuelo Sequeira.
Si bien quedaba claro que el cargo de Presidente y el de Vicepresidente de la República de Nicaragua se iban a definir entre estos tres partidos, la verdadera lucha electoral se dio entre el Partido Liberal Constitucionalista y el Frente Sandinista de Liberación Nacional. Entre estos partidos, finalmente el PLC se impuso en las elecciones. Sin embargo, cabe destacar que varias encuestas previas a la fecha de elecciones, daban una intención de voto mayor al FSLN. En una de ellas, efectuada durante septiembre del 2001 por la encuestadora Cid-Gallup, se observa que el PLC tenía una intención de voto del 35%, el FSLN del 37%, el PC obtenía un 5%, y, por último, las abstenciones, votos nulos y otros ascendían al 23%. La muestra considerada para realizar esta encuesta fue de 1.430 personas, con un error muestral de +/- 2.6%.
No obstante, si se hace una lectura cuidadosa de los resultados que mostraban esas encuestas, también hay que tener en cuenta que podía observarse un empate técnico entre el PLC y el FSLN, por lo cual era difícil vaticinar un resultado tan favorable para el partido liberal. Si se toman en consideración los resultados de los comicios (actualizados al 21 de noviembre), que provee el Consejo Supremo Electoral, el PLC obtuvo un 56,2% de los votos (1.216.863), mientras que el FSLN obtuvo un 42,3% (915.417 votos). Lejos quedó el Partido Conservador, con un 1,4% de los votos (29.933), aunque ya quedaba claro que no podía llegar a superar el tercer puesto.
UN POCO DE HISTORIA. Antes de adentrarse en el resultado de las elecciones presidenciales para el período 2002-2007, es interesante resaltar algunos aspectos que signaron el pasado político nicaragüense.
En el informe del 2000 elaborado por The Freedom House, que se denomina Freedom in the World, se hace una breve cronología de todo lo sucedido en el ámbito político nicaragüense.
En 1838 se estableció la República de Nicaragua. Y, tal como lo menciona el informe, fue un país marcado por "luchas internas y por la dictadura." En 1979, el régimen autoritario de los Somoza, que imperó durante cuatro décadas, es derrocado por los sandinistas.
En 1987 el FSLN (Frente Sandinista de Liberación Nacional) aprobó una nueva constitución en la cual se establece la elección cada seis años del presidente y de la Asamblea Nacional compuesta por 96 miembros.
En 1990, las elecciones presidenciales son ganadas por Violeta Chamorro. Su partido, UNO (Unión Nacional de Oposición), también obtuvo una mayoría legislativa en la Asamblea Nacional.
Finalmente, en las siguientes elecciones de 1996, Arnoldo Alemán se impone. De acuerdo a lo expuesto en el informe Freedom in the World, él tenía "una plataforma que prometía reformas económicas" y, también, " el desmantelamiento de la burocracia de la era sandinista", entre otras cosas.
En noviembre de 2001 se efectuaron las últimas elecciones presidenciales, en las que el Partido Liberal Constitucionalista resultó ganador. El nuevo presidente nicaragüense, a partir de enero de 2002, será Enrique Bolaños. Es un hombre de 73 años que cuenta con importantes antecedentes políticos. Incluso, para poder postularse a la presidencia, debió renunciar a su cargo en octubre de 2000. Había sido electo como vicepresidente por un 51% de los votos. Era el compañero de fórmula del actual presidente Arnoldo Alemán, de la Alianza Liberal.
Antes de ocupar el cargo de vicepresidente, Bolaños fue Jefe de Campaña de la Alianza Liberal. Durante varios años de la década del ´80, presidió el Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), en Managua, capital de Nicaragua.
Para estas elecciones, el PLC, partido con el cual se presentó Bolaños, estructuró una alianza electoral con el Partido Camino Cristiano (evangélico), líderes del Partido Conservador, de los empresarios y la mayor parte de los líderes religiosos católicos.
El principal candidato opositor de Bolaños en estas elecciones era Daniel Ortega (quién ya estuvo en el gobierno, desde 1979 hasta 1990). Durante la campaña, Ortega, de 51 años, se dedicó a criticar varias veces a Bolaños por considerar que no se ocupó de hacer frente a los actos de corrupción cuando estuvo en el gobierno.
El próximo 10 de enero, en vez de encontrarse concluyendo su mandato como vicepresidente de la República, Bolaños iniciará una nueva etapa política como Presidente de Nicaragua.
NICARAGUA EN LA ACTUALIDAD. Por otra parte, también es importante tener en cuenta el contexto económico en el que se tendrán que desenvolver el Presidente y Vicepresidente electos, Enrique Bolaños y José Rizo, respectivamente. Para tener una visión general acerca de este tema, pueden tomarse datos del Índice de Libertad Económica del 2001, de The Heritage Foundation. Cuando se hace referencia a Nicaragua, una pequeña mejoría se desprende del análisis global de los indicadores. En la sección dedicada a flujos de capital e inversión extranjera, se menciona que, en mayo de 2000, la Asamblea Nacional de Nicaragua aprobó una nueva Ley de Inversión Extranjera, que reemplazó a la versión de 1991 y eliminó algunos controles. Por otra parte, haciendo referencia a lo que expuso el Departamento de Estado de los EE.UU. acerca de la ley, puede citarse: "a) la nueva ley asegura que tanto la inversión extranjera como doméstica reciben el mismo tratamiento; b) se elimina la necesidad de firmar un contrato de inversión; c) queda abolido el comité de inversión extranjera; c) se eliminan las restricciones a la forma en la que el capital extranjero puede entrar al país; e) se reconoce el derecho del inversor de tener propiedad y usarla de la manera que quiera."
Cuando se hace referencia, de manera más puntual, a los derechos de propiedad, se cita también, de acuerdo al Departamento de Estado de EE.UU, que "la dificultad en resolver las disputas comerciales en Nicaragua, es un serio obstáculo para la inversión." También, se dice que "el poder judicial es susceptible a la influencia política y a la corrupción."
Uno de los problemas que se señala es el moderado nivel de intervención del Estado en la economía, ya que el mantenimiento de controles del precio sobre ciertos productos, tiene un significativo efecto negativo en la economía del país.
En lo que respecta al ámbito político, en el informe Freedom in the World, al que se hizo referencia anteriormente, se señala que se les dificulta a los partidos pequeños -que quieren presentarse a elecciones- el lograr la representatividad electoral necesaria.
También, con relación a la participación de los ciudadanos, se expresa que: "las actividades cívicas y políticas siguen estando condicionadas a la violencia política ocasional y a la corrupción", principalmente.
En la sección dedicada a los derechos políticos y libertades civiles, se hace expresa alusión a la situación que se vive en Nicaragua con respecto a los derechos humanos. Específicamente, se dice que, si bien "la conducta de las fuerzas de seguridad está mejorando, aún se cometen violaciones a los derechos humanos. Las confesiones forzadas a la policía siguen siendo un problema, como así también los casos en los que las fuerzas de seguridad arrestan y detienen arbitrariamente a los ciudadanos."
Por otra parte, se señala que "la discriminación en contra de las mujeres y de los indígenas es un problema, aunque se logró un significativo progreso en 1998 en materia de derechos de los Americanos Nativos."
Los habitantes de Nicaragua también deben hacer frente a otros dos graves problemas. Por un lado, se encuentra la pobreza y, por el otro, la desocupación. La situación económica empeoró notoriamente debido a la devastación que causó el huracán Mitch, en octubre y noviembre de 1998. Las pérdidas que provocó ascendieron a los 1.500 millones de dólares, aproximadamente. A esta situación, se sumó la abrupta caída en los precios del café, que es el principal producto de exportación del país.
DESPUÉS DE LAS ELECCIONES. Como en cualquier país, luego de una elección realizada bajo un régimen democrático, se esperan cambios positivos, más aún si entre los cargos que deben definirse se encuentran el del nuevo Presidente y Vicepresidente de la República. En este caso, la victoria en las urnas fue para el Partido Liberal Constitucionalista. Al interiorizarse de las ideas básicas que figuran entre los principios de este partido, debe hacerse alusión a la que adoptan como definición propia: "una institución política nicaragüense, de inspiración republicana y naturaleza esencialmente popular, igualitaria, democrática y nacionalista, que nutre y renueva continuamente su ideario en la filosofía de un liberalismo humanista, progresista, solidario, cívico, patriótico y de justicia social."
El candidato que más fuerte disputaba la Presidencia, Daniel Ortega, del FSLN, reconoció prontamente su derrota y se mostró dispuesto a "apoyar la gobernabilidad del país desde [la] posición de fuerza de oposición."
Esta elección también fue satisfactoria para el PLC en el ámbito de la Asamblea Nacional. Con datos de un 94% escrutado por parte del Consejo Supremo Electoral, se observaba que, en lo que respecta a la boleta para diputados nacionales, el PLC obtenía un 52,82% de los votos, el FSLN un 42,42%, mientras que el PC tan sólo un 4,73%.
Los electos en estos comicios (sobre todo haciendo referencia a los miembros del PLC) deberán afrontar los problemas institucionales y económicos presentes en Nicaragua. Los cambios que tienen que implementarse en el país serán tanto un desafío desde el Poder Ejecutivo (a partir del año 2002, a cargo de Bolaños) como para los nuevos integrantes de la Asamblea Nacional.
Uno de los principales problemas es el desempleo, que aqueja al 53% de la población. También, la pobreza, que alcanza al 70% de los 4,8 millones de nicaragüenses. De ellos, alrededor de tres millones tuvieron la posibilidad de expresarse a través del voto en estos comicios con la esperanza de que su elección signifique un cambio positivo para Nicaragua.
Marina L. Esposito es Asistente del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina.