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Prensa

23-11-2011

Editorial I: La inflación parlamentaria

Si bien todos los rubros exhiben un crecimiento importante, el de los gastos de personal adquiere particular relevancia. Es que, de acuerdo con un exhaustivo informe del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal), desarrollado por los investigadores Gabriel Salvia y Verónica Repond, el número de empleados del Congreso crecerá de 9587 en 2004 a 11.417 el año que viene; vale decir, un 19 por ciento.
Fuente: La Nación (Argentina)

Los gastos del Congreso serían en 2012 un 603 por ciento mayores que los del inicio de la era kirchnerista

El presupuesto del Congreso de la Nación ha experimentado en la era kirchnerista un crecimiento del 603 por ciento, al pasar de unos 397,7 millones de pesos en 2004 a una proyección de 2794,5 millones para el año próximo.

Este dato llama poderosamente la atención. No sólo porque da cuenta de un incremento desmedido del gasto público, sino también porque refleja un nivel de inflación muy superior al que revelan las estadísticas oficiales del Indec.

La cuantiosa suba del presupuesto legislativo adquiere mayor dimensión aún si se dolarizan las cifras. El presupuesto de 2004, con la moneda norteamericana cotizándose a 2,95 pesos, equivalía a unos 134,8 millones de dólares, mientras que el presupuesto previsto para 2012, tomando la actual cotización de la divisa estadounidense de 4,28 pesos, totaliza unos 652 millones de dólares.

En otras palabras, el presupuesto de ambas cámaras del Congreso, medido en dólares, se ha casi quintuplicado en los últimos ocho años.

Si bien todos los rubros exhiben un crecimiento importante, el de los gastos de personal adquiere particular relevancia. Es que, de acuerdo con un exhaustivo informe del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal), desarrollado por los investigadores Gabriel Salvia y Verónica Repond, el número de empleados del Congreso crecerá de 9587 en 2004 a 11.417 el año que viene; vale decir, un 19 por ciento.

Pero ese porcentaje de crecimiento de los agentes públicos dice muy poco al lado del abultado aumento del gasto en personal. Mientras que en 2004 las erogaciones en materia de personal ascendían a 347 millones de pesos, el presupuesto previsto para 2012 es de 2394,6 millones.

El costo por empleado crecerá, de acuerdo con la pauta presupuestaria para 2012, a 209.742 pesos anuales, cuando en 2004 era de 36.210 pesos y en 2001, de 32.466 pesos. En términos de dólares, el costo de cada empleado del Congreso habrá crecido en diez años el 50,9 por ciento.

El dictamen de presupuesto que se debatirá próximamente contempla también otros notorios incrementos en diversos rubros, de acuerdo con el trabajo de Cadal. Por ejemplo, respecto de 2004, el ítem "Gabinete de autoridades superiores" crecerá en 2012 un 8274 por ciento, proyectándose en 63 millones de pesos. El rubro "Publicidad y propaganda" aumentará en el mismo período un 1318 por ciento, a 1,3 millones de pesos, y el de "Pasajes y viáticos", un 410 por ciento, hasta 91,9 millones de pesos.

Un caso emblemático del monumental presupuesto del Congreso es el de su biblioteca, que alberga a 1200 empleados, aunque muchos creen que ese número de personas no podría entrar en su espacio físico. Su presupuesto previsto para 2012 alcanza los 288 millones de pesos, un 51 por ciento más que el año anterior.

Como puede apreciarse, la verdadera inflación de la era kirchnerista ha encontrado en el Poder Legislativo un nuevo botón de muestra.

Debería esperarse que los legisladores en su conjunto reflexionen sobre sus cuantiosos gastos y replanteen el presupuesto que planifican si aspiran a dar un sano ejemplo. Sobre todo, teniendo en cuenta el esfuerzo que gran parte de la población deberá realizar a partir del año próximo, cuando el fin de los subsidios a los servicios de agua, gas y electricidad provoque un fuerte aumento de los costos en buena parte de los hogares.

La transparencia es uno de los principios esenciales de una república y la austeridad debería ser el camino por seguir en los tiempos que corren, en que la fiesta del gasto público de los últimos años está desnudando sus inconsistencias.

Fuente: Diario La Nación (Buenos Aires, Argentina)

 

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