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SOLEDAD ALVEAR: LA MODERACIÓN Y SENSATEZ AL PODER
Por Pedro Isern
La candidata presidencial de la Democracia Cristiana, Soledad Alvear, es un atípico ejemplo para la política latinoamericana: dirigente previsible, meticulosa, analítica y ordenada, su desempeño profesional ha estado totalmente alejado de cualquier tipo de improvisación. Es consecuentemente paradójico que una política de una larga y exitosa trayectoria, que ha demostrado un pleno dominio de lo macro y lo micro en cada uno de los lugares claves que le ha tocado estar, enfrente en estos primeros meses del 2005 una situación electoral tan delicada precisamente por el profundo contraste que su carácter tiene en comparación al de su contrincante, la candidata socialista Michelle Bachelet. Así, la importante distancia que las últimas encuestas muestran en las primarias de la Concertación (64% a 22%, según la última encuesta de Datavoz ) es en parte explicada por la espontaneidad, frescura y simpleza de Bachelet, en oposición a una supuesta actitud más distante, profesional y fría de Alvear.
En este contexto, la coyuntura es sumamente compleja para la candidata de la DC, ya que si esa amplia diferencia se debe a la supuesta simpatía de una y a la supuesta frialdad de la otra, será difícilmente remontable para Alvear, en tanto es muy improbable que una circunstancia electoral la lleve a modificar su temperamento. Así, su capacidad y carácter han sido y son las principales condiciones que explican su exitosa carrera hasta el presente. Extrañamente, podrían también terminar explicando un importante fracaso en las elecciones primarias del 31 de julio.
En este artículo haremos hincapié en el carácter, capacidad y profesionalismo de Soledad Alvear como condiciones decididamente beneficiosas para ella, para su partido y (debido a su función gubernamental) para su país.
Un poco de historia
Maria Soledad Alvear Valenzuela nació el 17 de septiembre de 1950. Casada con un importante dirigente de la Democracia Cristiana, Gutemberg Martinez (quien tuvo un trascendente papel en la articulación de la oposición para enfrentar a Pinochet en el referendo de 1988), egresó como abogada de la Universidad de Chile en 1972. Se desempeño en distintas funciones públicas y privadas. Comenzó su carrera profesional en el Instituto de Financiamiento Cooperativo IFICOOP Ltda. y Financiera FINTESA desde 1973 a 1975. Dirigió su Estudio particular entre 1978 y 1990. Fue consultora de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1990. A su vez, fue Profesora titular de la Cátedra de "Derecho Civil" .
Desde 1990 ha trabajado en puestos claves de las 3 administraciones sucesivas de la Concertación. Si bien su desempeño como Ministro Directora del Servicio Nacional de la Mujer (gobierno de Aylwin Azócar, 1991-1994) y como Ministro de Justicia (gobierno de Frei Ruiz-Tagle, 1994-1999) probaron su capacidad para dirigir con eficiencia y profesionalismo tareas diversas, su actuación mas delicada y conocida se dió durante la compleja negociación para alcanzar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. en 2003 y un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea en 2002, cuando ejercía el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores (gobierno de Lagos Escobar, 2000-2004).
En el ínterin es necesario notar una tarea pública no gubernamental muy breve. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 1999, el candidato de la Concertación Ricardo Lagos obtuvo una mínima ventaja sobre el candidato opositor de la Alianza por Chile Joaquín Lavin. La campaña electoral para la segunda vuelta, el 16 de enero de 2000, se transformó en una carrera contra el tiempo para la coalición oficialista ya que un sector decisivo del electorado de la Democracia Cristiana, que había votado por Lagos en la primera vuelta, estaba listo para seguir la "ola del cambio" y darle una oportunidad a Lavin. La condición de laico y socialista de Lagos generaba demasiadas dudas en esa parte católica y conservadora de la DC que crecientemente veía en el candidato de la Concertación alguien tan o mas lejano que el ascendente Lavin.
Aquí aparece la figura de Soledad Alvear, quien asume la Dirección Ejecutiva de la Campaña Presidencial de Ricardo Lagos e introduce una agresiva estrategia puerta a puerta en las circunscripciones claves. Más importante aún, Alvear aparece en los medios impresos y televisivos al lado de la figura del candidato Lagos, acompañándolo en sus caminatas, actos y presentaciones. Esto contribuyó fuertemente a regenerar en dicho electorado católico la empatía ausente. No es exagerado decir que esta movida entre la primera y segunda vuelta electoral evitó que la oposición llegara a la presidencia en el 2000, y que para ello fue decisivo el papel de Soledad Alvear.
La Difícil Coyuntura
Esta historia es necesario relatarla a partir de los inesperados acontecimientos sucedidos en Chile a mediados de marzo de 2005: durante una entrevista televisiva, Ricardos Lagos sostuvo que si bien (dado su investidura) debía mostrar prescindencia en las primarias de la Concertación, él no tenía dudas que en 1999 el Presidente Frei-Ruiz Tagle votó en las elecciones internas por el candidato de su partido (la Democracia Cristiana) y no por el candidato del Partido Socialista y Partido por la Democracia (es decir, el mismo Lagos). Así, dio a entender su implícito apoyo a Michelle Bachelet. Pero el problema se profundizó: en la misma semana, Soledad Alvear realizó una jugada estratégicamente importante, mencionando que en su eventual gobierno no tendría problemas en convocar a un dirigente como Sebastián Piñera, principal dirigente de Renovación Nacional , debido a que es necesario gobernar con personas capaces que compartan ideas similares, independientemente de su filiación partidaria. Extrañamente, el presidente Lagos volvió a inmiscuirse en las internas al disentir, opinando que se debe gobernar con gente del mismo espectro político.
Es necesario mencionar este hecho por las implicancias que tiene para el futuro de Soledad Alvear y, principalmente, de la Concertación. Dado que es difícil pensar que un político de la capacidad de Ricardo Lagos tropiece con la misma piedra en menos de una semana, es posible especular que el presidente está intentando capitalizar al menos parte del muy probable triunfo de Bachelet, tanto en las primarias como en las elecciones generales. La apuesta de Lagos sería aquí quedar posicionado como el lógico candidato de la Concertación para las elecciones del 2010. Pero si bien parece claro que sería un excelente candidato, semejante situación generará al interior de la coalición, principalmente en la DC, una inquietud interna que necesariamente hará replantear el futuro de esa alianza. Aquí entra la importante mención sobre Sebastián Piñera hecha por Soledad Alvear: es que si el binomio PS-PPD comienza a mostrar cierta hegemonía dentro de la coalición, que a su vez intentará ser reafirmada a partir de la paulatina incorporación de sectores mas a la izquierda, es lógico pensar que una nueva alianza informal esté en gestación entre la mayor parte de la DC y los sectores moderados del centro-derecha, siendo Sebastián Piñera un representante cabal de esta tendencia.
En esta nueva e hipotética informal configuración Soledad Alvear tiene mucho para ganar en el mediano plazo y mucho para perder en el corto, si es que llegara a sufrir una aplastante derrota el próximo 31 de julio. Si bien es desaconsejable realizar pronósticos políticos para el mediano y largo plazo, podemos conjeturar que difícilmente se encuentre una mejor candidata para una virtual alianza entre una mayoría de la DC y una mayoría de simpatizantes de Renovación Nacional.
Soledad Alvear tiene una historia y un presente que la muestran como una dirigente sensata y moderada en un país donde la sensatez y la moderación han sido las principales características que explican la exitosa experiencia económica-institucional vivida desde 1990 en adelante. Por ende, resulta un tanto paradójico la difícil coyuntura en que la han situado las encuestas. Podemos sintetizar este complicado presente de Alvear en el siguiente párrafo del analista político Héctor Soto: "La gran pregunta que deja planteado el caso de Soledad Alvear es en qué momento y por qué su nombre y su imagen se desvanecieron súbitamente en las encuestas, luego de haber sido por espacio de años la figura de mejor desempeño dentro del oficialismo en los estudios de opinión. Según la encuesta CEP, en sólo dos años, entre diciembre del 2002 y diciembre del 2004, Soledad Alvear perdió más de la mitad del potencial electoral que se le atribuía al bajar del 37% al 17% la proporción de encuestados que la veía como próxima Presidenta. En el mismo período, sin moverse de su escritorio, Michelle Bachelet levantó vuelo desde el 2% al 43%...Una explicación es que, en función del cambio cultural ocurrido en los últimos años, el país ande buscando ahora para presidente no a la más aplicada del curso, sino a la mejor compañera. Alvear se sabe la letra a la perfección, pero al parecer Bachelet es mucho más entonada. La gente podría estar premiando la receptividad de Michelle Bachelet, su espontaneidad risueña, su tesón de mujer sufrida y su forma sencilla y convincente de expresarse. La ex canciller no tiene ventajas de carácter en este plano y creer que vencerá a su contendora en los debates porque es capaz de citar de memoria las cláusulas del TLC con Estados Unidos o los libretos de su oferta programática es simplemente exagerar el peso de la racionalidad en la política. Casi nunca la gente se siente interpretada por quienes se saben las cosas por libro."
Más allá de esta rigurosa síntesis sobre la difícil coyuntura por la que atraviesa la candidata, Alvear es una excelente opción para aglutinar en el mediano plazo una posible alternativa de centro-centro dentro de una coalición como la Concertación que parece encontrarse en un proceso de expansión, tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. En este sentido, los mecanismos de contención y moderación, que siempre han funcionado eficientemente dentro de la Concertación, podrán volver a hacerlo, aunque esta vez de manera más informal, cuando el corrimiento hacia la izquierda de una parte de la coalición sea espontáneamente equilibrado por el informal corrimiento hacia el centro de la otra parte de la coalición.
El Currículum pasado y presente de Soledad Alvear la muestra como el mejor ejemplo de aquello que más adecuadamente califica el derrotero de la Concertación desde 1990 en adelante: la búsqueda de la moderación y el consenso.
Pedro IsernMaster en Filosofia Politica (London School of Economics and Political Science), Master en Economia y Ciencia Política (Escuela Superior de Economia y Administraciin de Empresas) y Licenciado en Ciencia Politica (Universidad de San Andres).
La candidata presidencial de la Democracia Cristiana, Soledad Alvear, es un atípico ejemplo para la política latinoamericana: dirigente previsible, meticulosa, analítica y ordenada, su desempeño profesional ha estado totalmente alejado de cualquier tipo de improvisación. Es consecuentemente paradójico que una política de una larga y exitosa trayectoria, que ha demostrado un pleno dominio de lo macro y lo micro en cada uno de los lugares claves que le ha tocado estar, enfrente en estos primeros meses del 2005 una situación electoral tan delicada precisamente por el profundo contraste que su carácter tiene en comparación al de su contrincante, la candidata socialista Michelle Bachelet. Así, la importante distancia que las últimas encuestas muestran en las primarias de la Concertación (64% a 22%, según la última encuesta de Datavoz ) es en parte explicada por la espontaneidad, frescura y simpleza de Bachelet, en oposición a una supuesta actitud más distante, profesional y fría de Alvear.
En este contexto, la coyuntura es sumamente compleja para la candidata de la DC, ya que si esa amplia diferencia se debe a la supuesta simpatía de una y a la supuesta frialdad de la otra, será difícilmente remontable para Alvear, en tanto es muy improbable que una circunstancia electoral la lleve a modificar su temperamento. Así, su capacidad y carácter han sido y son las principales condiciones que explican su exitosa carrera hasta el presente. Extrañamente, podrían también terminar explicando un importante fracaso en las elecciones primarias del 31 de julio.
En este artículo haremos hincapié en el carácter, capacidad y profesionalismo de Soledad Alvear como condiciones decididamente beneficiosas para ella, para su partido y (debido a su función gubernamental) para su país.
Un poco de historia
Maria Soledad Alvear Valenzuela nació el 17 de septiembre de 1950. Casada con un importante dirigente de la Democracia Cristiana, Gutemberg Martinez (quien tuvo un trascendente papel en la articulación de la oposición para enfrentar a Pinochet en el referendo de 1988), egresó como abogada de la Universidad de Chile en 1972. Se desempeño en distintas funciones públicas y privadas. Comenzó su carrera profesional en el Instituto de Financiamiento Cooperativo IFICOOP Ltda. y Financiera FINTESA desde 1973 a 1975. Dirigió su Estudio particular entre 1978 y 1990. Fue consultora de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en 1990. A su vez, fue Profesora titular de la Cátedra de "Derecho Civil" .
Desde 1990 ha trabajado en puestos claves de las 3 administraciones sucesivas de la Concertación. Si bien su desempeño como Ministro Directora del Servicio Nacional de la Mujer (gobierno de Aylwin Azócar, 1991-1994) y como Ministro de Justicia (gobierno de Frei Ruiz-Tagle, 1994-1999) probaron su capacidad para dirigir con eficiencia y profesionalismo tareas diversas, su actuación mas delicada y conocida se dió durante la compleja negociación para alcanzar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con EE.UU. en 2003 y un Acuerdo de Asociación con la Unión Europea en 2002, cuando ejercía el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores (gobierno de Lagos Escobar, 2000-2004).
En el ínterin es necesario notar una tarea pública no gubernamental muy breve. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 1999, el candidato de la Concertación Ricardo Lagos obtuvo una mínima ventaja sobre el candidato opositor de la Alianza por Chile Joaquín Lavin. La campaña electoral para la segunda vuelta, el 16 de enero de 2000, se transformó en una carrera contra el tiempo para la coalición oficialista ya que un sector decisivo del electorado de la Democracia Cristiana, que había votado por Lagos en la primera vuelta, estaba listo para seguir la "ola del cambio" y darle una oportunidad a Lavin. La condición de laico y socialista de Lagos generaba demasiadas dudas en esa parte católica y conservadora de la DC que crecientemente veía en el candidato de la Concertación alguien tan o mas lejano que el ascendente Lavin.
Aquí aparece la figura de Soledad Alvear, quien asume la Dirección Ejecutiva de la Campaña Presidencial de Ricardo Lagos e introduce una agresiva estrategia puerta a puerta en las circunscripciones claves. Más importante aún, Alvear aparece en los medios impresos y televisivos al lado de la figura del candidato Lagos, acompañándolo en sus caminatas, actos y presentaciones. Esto contribuyó fuertemente a regenerar en dicho electorado católico la empatía ausente. No es exagerado decir que esta movida entre la primera y segunda vuelta electoral evitó que la oposición llegara a la presidencia en el 2000, y que para ello fue decisivo el papel de Soledad Alvear.
La Difícil Coyuntura
Esta historia es necesario relatarla a partir de los inesperados acontecimientos sucedidos en Chile a mediados de marzo de 2005: durante una entrevista televisiva, Ricardos Lagos sostuvo que si bien (dado su investidura) debía mostrar prescindencia en las primarias de la Concertación, él no tenía dudas que en 1999 el Presidente Frei-Ruiz Tagle votó en las elecciones internas por el candidato de su partido (la Democracia Cristiana) y no por el candidato del Partido Socialista y Partido por la Democracia (es decir, el mismo Lagos). Así, dio a entender su implícito apoyo a Michelle Bachelet. Pero el problema se profundizó: en la misma semana, Soledad Alvear realizó una jugada estratégicamente importante, mencionando que en su eventual gobierno no tendría problemas en convocar a un dirigente como Sebastián Piñera, principal dirigente de Renovación Nacional , debido a que es necesario gobernar con personas capaces que compartan ideas similares, independientemente de su filiación partidaria. Extrañamente, el presidente Lagos volvió a inmiscuirse en las internas al disentir, opinando que se debe gobernar con gente del mismo espectro político.
Es necesario mencionar este hecho por las implicancias que tiene para el futuro de Soledad Alvear y, principalmente, de la Concertación. Dado que es difícil pensar que un político de la capacidad de Ricardo Lagos tropiece con la misma piedra en menos de una semana, es posible especular que el presidente está intentando capitalizar al menos parte del muy probable triunfo de Bachelet, tanto en las primarias como en las elecciones generales. La apuesta de Lagos sería aquí quedar posicionado como el lógico candidato de la Concertación para las elecciones del 2010. Pero si bien parece claro que sería un excelente candidato, semejante situación generará al interior de la coalición, principalmente en la DC, una inquietud interna que necesariamente hará replantear el futuro de esa alianza. Aquí entra la importante mención sobre Sebastián Piñera hecha por Soledad Alvear: es que si el binomio PS-PPD comienza a mostrar cierta hegemonía dentro de la coalición, que a su vez intentará ser reafirmada a partir de la paulatina incorporación de sectores mas a la izquierda, es lógico pensar que una nueva alianza informal esté en gestación entre la mayor parte de la DC y los sectores moderados del centro-derecha, siendo Sebastián Piñera un representante cabal de esta tendencia.
En esta nueva e hipotética informal configuración Soledad Alvear tiene mucho para ganar en el mediano plazo y mucho para perder en el corto, si es que llegara a sufrir una aplastante derrota el próximo 31 de julio. Si bien es desaconsejable realizar pronósticos políticos para el mediano y largo plazo, podemos conjeturar que difícilmente se encuentre una mejor candidata para una virtual alianza entre una mayoría de la DC y una mayoría de simpatizantes de Renovación Nacional.
Soledad Alvear tiene una historia y un presente que la muestran como una dirigente sensata y moderada en un país donde la sensatez y la moderación han sido las principales características que explican la exitosa experiencia económica-institucional vivida desde 1990 en adelante. Por ende, resulta un tanto paradójico la difícil coyuntura en que la han situado las encuestas. Podemos sintetizar este complicado presente de Alvear en el siguiente párrafo del analista político Héctor Soto: "La gran pregunta que deja planteado el caso de Soledad Alvear es en qué momento y por qué su nombre y su imagen se desvanecieron súbitamente en las encuestas, luego de haber sido por espacio de años la figura de mejor desempeño dentro del oficialismo en los estudios de opinión. Según la encuesta CEP, en sólo dos años, entre diciembre del 2002 y diciembre del 2004, Soledad Alvear perdió más de la mitad del potencial electoral que se le atribuía al bajar del 37% al 17% la proporción de encuestados que la veía como próxima Presidenta. En el mismo período, sin moverse de su escritorio, Michelle Bachelet levantó vuelo desde el 2% al 43%...Una explicación es que, en función del cambio cultural ocurrido en los últimos años, el país ande buscando ahora para presidente no a la más aplicada del curso, sino a la mejor compañera. Alvear se sabe la letra a la perfección, pero al parecer Bachelet es mucho más entonada. La gente podría estar premiando la receptividad de Michelle Bachelet, su espontaneidad risueña, su tesón de mujer sufrida y su forma sencilla y convincente de expresarse. La ex canciller no tiene ventajas de carácter en este plano y creer que vencerá a su contendora en los debates porque es capaz de citar de memoria las cláusulas del TLC con Estados Unidos o los libretos de su oferta programática es simplemente exagerar el peso de la racionalidad en la política. Casi nunca la gente se siente interpretada por quienes se saben las cosas por libro."
Más allá de esta rigurosa síntesis sobre la difícil coyuntura por la que atraviesa la candidata, Alvear es una excelente opción para aglutinar en el mediano plazo una posible alternativa de centro-centro dentro de una coalición como la Concertación que parece encontrarse en un proceso de expansión, tanto hacia la izquierda como hacia la derecha. En este sentido, los mecanismos de contención y moderación, que siempre han funcionado eficientemente dentro de la Concertación, podrán volver a hacerlo, aunque esta vez de manera más informal, cuando el corrimiento hacia la izquierda de una parte de la coalición sea espontáneamente equilibrado por el informal corrimiento hacia el centro de la otra parte de la coalición.
El Currículum pasado y presente de Soledad Alvear la muestra como el mejor ejemplo de aquello que más adecuadamente califica el derrotero de la Concertación desde 1990 en adelante: la búsqueda de la moderación y el consenso.
