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¿Es necesario aumentar el gasto educativo del presupuesto nacional?
Por Constanza Mazzina
El titular de un gremio docente argentina, Hugo Yasky, informó a LA NACION LINE el 20 de mayo de 2005: "Pedimos un cambio de fondo del modelo educativo que se instaló en la década del 90 en la Argentina y que significó un tremendo impacto para la escuela pública, sobre todo la provincialización, que dejó en manos de cada jurisdicción el sostenimiento de los salarios y del equipamiento de todo el sistema educativo", El gremialista también manifestó: "Si no logramos que nuevamente el Estado nacional se haga cargo junto con las provincias en el sostenimiento de la escuela pública, esta crisis nos va a llevar a un punto sin retorno". Según informa La Nación el gremio solicita una ley de financiamiento educativo que asegure, en un plazo de tres años, fondos para la educación equivalentes al 6 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).
No existe ninguna relación directa entre el mayor gasto y una mejor educación. Adelantemos nuestra conclusión: el aumento presupuestario no traerá de la mano una mejora automática de y en la calidad de nuestro sistema educativo. Lo que debemos preguntarnos es: ¿queremos pagar más por un mal servicio?
Algunos datos contribuirán a nuestra reflexión, los cuales son suministrados por la Subsecretaría de Coordinación Administrativa del Ministerio de Educación de la Nación y se pueden consultar on-line. Algunos de dichos datos reflejan (oficialmente) el porcentaje que se destina al rubro Personal en los presupuestos educativos provinciales. Para el año 2002, en la provincia de La Pampa se destinaba el 81.1% del total del gasto de la provincia a dicho rubro (véase, gasto educativo provincial por objeto del gasto, años 2001/2002), en Santa Cruz la cifra ascendía a 83.7%, en Salta al 87.9%, San Luis al 80.7%, en Formosa asciende milagrosamente al 94.9% del gasto, y solo a modo de ejemplo, en Buenos Aires, Córdoba, Tierra del Fuego y Ciudad de Buenos Aires desciende levemente, para ubicarse levemente por debajo del 80% (79.1%, 74%, 78.6% y 78.2% respectivamente). Para el año 2003, a nivel gasto total provincial educativo ($11.154.878.002) el 77.28% corresponde al rubro "personal" ($8.620.901.342). No contamos con datos para discernir de este rubro "Personal" qué cantidad representan los cargos docentes, cuántos los administrativos, cuántos los de mantenimiento, etc. Si contamos con dichos datos para la Ciudad de Buenos Aires para el año 2003, tomando la cantidad de alumnos en unidades educativas estatales (léase de la Ciudad) y la cantidad de docentes resulta que hay un (1) docente cada 11 alumnos. Si tomamos sólo la cantidad de alumnos en educación primaria y la cantidad de cargos docentes resulta que hay un docente cada 10 alumnos en las escuelas estatales de la Ciudad. A nivel nacional, según el relevamiento anual de 2002, hay un docente cada 19 alumnos (nótese que esta cifra no especifica si son solo datos de alumnos en escuelas estatales o si incluye escuelas privadas e ídem docentes). Otro dato: el 73% de la inversión del estado en las universidades nacionales, por caso, corresponde a los sueldos de los docentes y de los administrativos. De este total, el 90% es personal permanente. En este sentido, una noticia del boletín del IESALC nº 25 -organismo de la UNESCO-explica que "Se viene el ajuste en varias dependencias de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Así lo establece el proyecto de Presupuesto 2005 que está siendo discutido en la Comisión de Economía del Consejo Superior, el órgano de cogobierno universitario. El objetivo es reducir los déficit en el inciso 'gastos de personal', que muestran varias unidades académicas y colegios de la casa de estudios. La idea de las autoridades del Rectorado, que sería compartida por varios de los integrantes de la Comisión, es introducir importantes cambios en los criterios de distribución de las partidas que, durante este año, ascienden a poco más de 136 millones de pesos. De ese total, casi 99 millones se utiliza para pagar sueldos del personal docente y no docente." No pretendo caer en opinología cuantitativista, pero estos datos nos dicen algo. Todo lo cual resulta en lo que dijo Auberon Herbert hacia 1880 : "el otorgamiento de fondos públicos en educación se lleva a cabo de acuerdo al criterio de ciertos funcionarios lo cual nos expone a diferentes pautas de distribución y al capricho personal". Señalemos que a menudo el ingreso y las carreras de estos "defensores de la educación pública y gratuita" dependen de la continuidad del financiamiento -mediante los impuestos- de las mismas instituciones que pretenden defender.
La crisis actual refleja, además, el desconocimiento de algunos principios básicos de la economía tales como: si deseamos aumentar el presupuesto educativo ese dinero debe provenir de algún lado y las alternativas son: 1) de otros gastos (resignamos parte de lo que se gasta en A para destinarlo a B, en el marco de recursos escasos y necesidades ilimitadas, restrinjo, por ejemplo, el gasto en salud o seguridad y lo destino a la educación); 2) aumentamos impuestos o creamos nuevos y lo recaudado se destina a educación; o 3) tomamos un nuevo empréstito (léase deuda) el cual se destina a educación. También podríamos recurrir a la ponderada y adictiva "maquinita" y dedicarnos a emitir todos los pesos necesarios...así "por generación espontánea" aparecerá el monto de plata reclamado. Todo lo cual redundará -en mayor o menor medida- en mayores erogaciones para los ciudadanos, es decir, pagaremos más. Lo que ocurre es que, tras el manto benévolo de la gratuidad se esconde el paternalismo del estado, los miedos de los padres y también los intereses creados. Sencillamente, la educación es gratuita para el que recibe el servicio, pero los contribuyentes cargan enteramente con su elevado costo por medio de los impuestos que pagan regularmente. La gratuidad produce una profunda ilusión: el consumidor se olvida la forma en que se está haciendo cargo de los costos, la conexión intima entre impuestos y el servicio se desvanece. En fin, para que aumente el presupuesto, pagaremos mas por un mal servicio, dado que el aumento del mismo no acarreará mágicamente una mejora de la educación per se.
Siguiendo a Hayek , encontramos que los servicios gubernamentales "son totalmente compatibles con los principios liberales mientras: a) el gobierno no reclame un monopolio y no se impidan nuevos métodos para prestar servicios por medio del mercado, b) los medios se alleguen por la imposición de contribuciones basadas en principios uniformes y siempre que los impuestos no se utilicen como instrumentos para la redistribución de los ingresos, y c) las necesidades satisfechas sean necesidades colectivas de la comunidad considerada en su totalidad y no simplemente necesidades colectivas de grupos particulares." Sin embargo y como es de publico conocimiento, sabemos que: a) el estado se reserva (atribuye) el monopolio educativo, la existencia de instituciones de gestión privada no cambia en los hechos ni en derecho esta situación; b) hay una clara voluntad de redistribuir ingresos; y, c) pareciera que defendemos necesidades de grupos particulares que se esconden tras el discurso -políticamente correcto- de su benevolencia y la defensa de los intereses de toda la comunidad.
1 "La educación estatal: ¿ayuda u obstáculo?" en Libertas nº 17, octubre de 1992.
2 En Nuevos Estudios (1981 -EUDEBA), capitulo VIII Libertad económica y Gobierno representativo, véase pag. 98.
En línea hayekiana, entonces, debiéramos enfocarnos en devolverle responsabilidades al individuo, a la familia, a los municipios y no en aumentar el tamaño del gobierno central solicitando que haga mas (mal) del que ya de por sí hace. Además debiéramos guardarle un mínimo de respeto a la Constitución Nacional que -desde 1853- consagra el principio de que la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma federal (art. 1) y donde es cada provincia la que "asegura" la educación primaria (art. 5). Incluso, algunas constituciones provinciales delegaron directamente esta potestad a los municipios, como es el caso, por ejemplo, de la Constitución de Mendoza de 1854 -art. 55 inc. 3- "la organización y atribuciones de las Municipalidades serán determinadas por una ley que tendrá por bases constitucionales las siguientes: (...) 3. las escuelas primarias, (...), serán de su resorte exclusivo "; la Constitución de La Rioja de 1865 -art.109-: "habrá en cada departamento un cuerpo municipal a cargo del cual entre otros cometidos está el de la escuelas primarias"; la Constitución de Jujuy de 1876 -art. 100-: "son atribuciones de la Municipalidad: -inc.1 -vigilar los establecimientos de enseñanza pública y beneficencia" . Que a lo largo de la historia de nuestro país nos hayamos olvidado de esto (pasando por las leyes 153 y 164 de 1857 para "subvencionar la instrucción primaria en las provincias que mas lo necesiten"; leyes 24 y 51 de 1862 de "subsidios a las provincias cuyas rentas no alcancen según sus presupuestos a cubrir gastos ordinarios", ley 463 de 1871 de "subvenciones nacionales para el fomento de la instrucción primaria" hasta llegar a la ley Láinez de 1905 para la "creación de escuelas nacionales en territorios provinciales ") no significa que debamos continuar con la misma actitud. ¿O acaso somos federalistas sólo para coparticipar el dinero mientras esperamos que venga el Sr. De la Nación a traernos lo que no podemos ni sabemos ganar por nuestros propios medios?
En Estados Unidos, la tarea educativa es eminentemente local. Esto significa que son las localidades (municipios) las que están a cargo de la prestación del servicio educativo en los niveles primario y medio: contratan funcionarios, suministros y servicios y...cobran impuestos.
En rigor de verdad, el actual reclamo de aumentar el gasto educativo (destinar) del 3% al 6% del PBI esconde el temor de cada individuo de ocuparse de su propia vida sin contar con las prebendas que distribuye el estado, al tiempo que le damos rienda suelta al mismo para seguir sobre-expendiéndose y gastando nuestro dinero. Como ha dicho Wilhelm Röepke: "cuanto más se ocupa el estado de nosotros, menos llamados nos sentimos a ocuparnos de nosotros mismos y de nuestras familias. "
Constanza Mazzina es Master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE). Investigadora Junior de ESEADE y de la Fundación Friedrich A. von Hayek
1 "La educación estatal: ¿ayuda u obstáculo?" en Libertas nº 17, octubre de 1992.
2 En Nuevos Estudios (1981 -EUDEBA), capitulo VIII Libertad económica y Gobierno representativo, véase pag. 98.
3 En La enseñanza primaria en la organización nacional". Raúl de Titto, en Revista del Instituto de Investigaciones Educativas nº 43, noviembre de 1983.
4 Ibidem.
5 Cita original en ingles: "the more the state takes care of us, the less shall we feel called upon to take care of ourselves and our family."
1 En La enseñanza primaria en la organización nacional". Raúl de Titto, en Revista del Instituto de Investigaciones Educativas nº 43, noviembre de 1983.
1 Ibidem.
1 Cita original en ingles: "the more the state takes care of us, the less shall we feel called upon to take care of ourselves and our family."
Constanza MazzinaMaster en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE). Investigadora de la Fundación Friedrich A. von Hayek y Coordinadora del Programa de Voluntariado "Democracia en las Américas" de la Escuela Latinoamericana de Estudios Políticos y Económicos de CADAL.
El titular de un gremio docente argentina, Hugo Yasky, informó a LA NACION LINE el 20 de mayo de 2005: "Pedimos un cambio de fondo del modelo educativo que se instaló en la década del 90 en la Argentina y que significó un tremendo impacto para la escuela pública, sobre todo la provincialización, que dejó en manos de cada jurisdicción el sostenimiento de los salarios y del equipamiento de todo el sistema educativo", El gremialista también manifestó: "Si no logramos que nuevamente el Estado nacional se haga cargo junto con las provincias en el sostenimiento de la escuela pública, esta crisis nos va a llevar a un punto sin retorno". Según informa La Nación el gremio solicita una ley de financiamiento educativo que asegure, en un plazo de tres años, fondos para la educación equivalentes al 6 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI).
No existe ninguna relación directa entre el mayor gasto y una mejor educación. Adelantemos nuestra conclusión: el aumento presupuestario no traerá de la mano una mejora automática de y en la calidad de nuestro sistema educativo. Lo que debemos preguntarnos es: ¿queremos pagar más por un mal servicio?
Algunos datos contribuirán a nuestra reflexión, los cuales son suministrados por la Subsecretaría de Coordinación Administrativa del Ministerio de Educación de la Nación y se pueden consultar on-line. Algunos de dichos datos reflejan (oficialmente) el porcentaje que se destina al rubro Personal en los presupuestos educativos provinciales. Para el año 2002, en la provincia de La Pampa se destinaba el 81.1% del total del gasto de la provincia a dicho rubro (véase, gasto educativo provincial por objeto del gasto, años 2001/2002), en Santa Cruz la cifra ascendía a 83.7%, en Salta al 87.9%, San Luis al 80.7%, en Formosa asciende milagrosamente al 94.9% del gasto, y solo a modo de ejemplo, en Buenos Aires, Córdoba, Tierra del Fuego y Ciudad de Buenos Aires desciende levemente, para ubicarse levemente por debajo del 80% (79.1%, 74%, 78.6% y 78.2% respectivamente). Para el año 2003, a nivel gasto total provincial educativo ($11.154.878.002) el 77.28% corresponde al rubro "personal" ($8.620.901.342). No contamos con datos para discernir de este rubro "Personal" qué cantidad representan los cargos docentes, cuántos los administrativos, cuántos los de mantenimiento, etc. Si contamos con dichos datos para la Ciudad de Buenos Aires para el año 2003, tomando la cantidad de alumnos en unidades educativas estatales (léase de la Ciudad) y la cantidad de docentes resulta que hay un (1) docente cada 11 alumnos. Si tomamos sólo la cantidad de alumnos en educación primaria y la cantidad de cargos docentes resulta que hay un docente cada 10 alumnos en las escuelas estatales de la Ciudad. A nivel nacional, según el relevamiento anual de 2002, hay un docente cada 19 alumnos (nótese que esta cifra no especifica si son solo datos de alumnos en escuelas estatales o si incluye escuelas privadas e ídem docentes). Otro dato: el 73% de la inversión del estado en las universidades nacionales, por caso, corresponde a los sueldos de los docentes y de los administrativos. De este total, el 90% es personal permanente. En este sentido, una noticia del boletín del IESALC nº 25 -organismo de la UNESCO-explica que "Se viene el ajuste en varias dependencias de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP). Así lo establece el proyecto de Presupuesto 2005 que está siendo discutido en la Comisión de Economía del Consejo Superior, el órgano de cogobierno universitario. El objetivo es reducir los déficit en el inciso 'gastos de personal', que muestran varias unidades académicas y colegios de la casa de estudios. La idea de las autoridades del Rectorado, que sería compartida por varios de los integrantes de la Comisión, es introducir importantes cambios en los criterios de distribución de las partidas que, durante este año, ascienden a poco más de 136 millones de pesos. De ese total, casi 99 millones se utiliza para pagar sueldos del personal docente y no docente." No pretendo caer en opinología cuantitativista, pero estos datos nos dicen algo. Todo lo cual resulta en lo que dijo Auberon Herbert hacia 1880 : "el otorgamiento de fondos públicos en educación se lleva a cabo de acuerdo al criterio de ciertos funcionarios lo cual nos expone a diferentes pautas de distribución y al capricho personal". Señalemos que a menudo el ingreso y las carreras de estos "defensores de la educación pública y gratuita" dependen de la continuidad del financiamiento -mediante los impuestos- de las mismas instituciones que pretenden defender.
La crisis actual refleja, además, el desconocimiento de algunos principios básicos de la economía tales como: si deseamos aumentar el presupuesto educativo ese dinero debe provenir de algún lado y las alternativas son: 1) de otros gastos (resignamos parte de lo que se gasta en A para destinarlo a B, en el marco de recursos escasos y necesidades ilimitadas, restrinjo, por ejemplo, el gasto en salud o seguridad y lo destino a la educación); 2) aumentamos impuestos o creamos nuevos y lo recaudado se destina a educación; o 3) tomamos un nuevo empréstito (léase deuda) el cual se destina a educación. También podríamos recurrir a la ponderada y adictiva "maquinita" y dedicarnos a emitir todos los pesos necesarios...así "por generación espontánea" aparecerá el monto de plata reclamado. Todo lo cual redundará -en mayor o menor medida- en mayores erogaciones para los ciudadanos, es decir, pagaremos más. Lo que ocurre es que, tras el manto benévolo de la gratuidad se esconde el paternalismo del estado, los miedos de los padres y también los intereses creados. Sencillamente, la educación es gratuita para el que recibe el servicio, pero los contribuyentes cargan enteramente con su elevado costo por medio de los impuestos que pagan regularmente. La gratuidad produce una profunda ilusión: el consumidor se olvida la forma en que se está haciendo cargo de los costos, la conexión intima entre impuestos y el servicio se desvanece. En fin, para que aumente el presupuesto, pagaremos mas por un mal servicio, dado que el aumento del mismo no acarreará mágicamente una mejora de la educación per se.
Siguiendo a Hayek , encontramos que los servicios gubernamentales "son totalmente compatibles con los principios liberales mientras: a) el gobierno no reclame un monopolio y no se impidan nuevos métodos para prestar servicios por medio del mercado, b) los medios se alleguen por la imposición de contribuciones basadas en principios uniformes y siempre que los impuestos no se utilicen como instrumentos para la redistribución de los ingresos, y c) las necesidades satisfechas sean necesidades colectivas de la comunidad considerada en su totalidad y no simplemente necesidades colectivas de grupos particulares." Sin embargo y como es de publico conocimiento, sabemos que: a) el estado se reserva (atribuye) el monopolio educativo, la existencia de instituciones de gestión privada no cambia en los hechos ni en derecho esta situación; b) hay una clara voluntad de redistribuir ingresos; y, c) pareciera que defendemos necesidades de grupos particulares que se esconden tras el discurso -políticamente correcto- de su benevolencia y la defensa de los intereses de toda la comunidad.
1 "La educación estatal: ¿ayuda u obstáculo?" en Libertas nº 17, octubre de 1992.
2 En Nuevos Estudios (1981 -EUDEBA), capitulo VIII Libertad económica y Gobierno representativo, véase pag. 98.
En línea hayekiana, entonces, debiéramos enfocarnos en devolverle responsabilidades al individuo, a la familia, a los municipios y no en aumentar el tamaño del gobierno central solicitando que haga mas (mal) del que ya de por sí hace. Además debiéramos guardarle un mínimo de respeto a la Constitución Nacional que -desde 1853- consagra el principio de que la Nación Argentina adopta para su gobierno la forma federal (art. 1) y donde es cada provincia la que "asegura" la educación primaria (art. 5). Incluso, algunas constituciones provinciales delegaron directamente esta potestad a los municipios, como es el caso, por ejemplo, de la Constitución de Mendoza de 1854 -art. 55 inc. 3- "la organización y atribuciones de las Municipalidades serán determinadas por una ley que tendrá por bases constitucionales las siguientes: (...) 3. las escuelas primarias, (...), serán de su resorte exclusivo "; la Constitución de La Rioja de 1865 -art.109-: "habrá en cada departamento un cuerpo municipal a cargo del cual entre otros cometidos está el de la escuelas primarias"; la Constitución de Jujuy de 1876 -art. 100-: "son atribuciones de la Municipalidad: -inc.1 -vigilar los establecimientos de enseñanza pública y beneficencia" . Que a lo largo de la historia de nuestro país nos hayamos olvidado de esto (pasando por las leyes 153 y 164 de 1857 para "subvencionar la instrucción primaria en las provincias que mas lo necesiten"; leyes 24 y 51 de 1862 de "subsidios a las provincias cuyas rentas no alcancen según sus presupuestos a cubrir gastos ordinarios", ley 463 de 1871 de "subvenciones nacionales para el fomento de la instrucción primaria" hasta llegar a la ley Láinez de 1905 para la "creación de escuelas nacionales en territorios provinciales ") no significa que debamos continuar con la misma actitud. ¿O acaso somos federalistas sólo para coparticipar el dinero mientras esperamos que venga el Sr. De la Nación a traernos lo que no podemos ni sabemos ganar por nuestros propios medios?
En Estados Unidos, la tarea educativa es eminentemente local. Esto significa que son las localidades (municipios) las que están a cargo de la prestación del servicio educativo en los niveles primario y medio: contratan funcionarios, suministros y servicios y...cobran impuestos.
En rigor de verdad, el actual reclamo de aumentar el gasto educativo (destinar) del 3% al 6% del PBI esconde el temor de cada individuo de ocuparse de su propia vida sin contar con las prebendas que distribuye el estado, al tiempo que le damos rienda suelta al mismo para seguir sobre-expendiéndose y gastando nuestro dinero. Como ha dicho Wilhelm Röepke: "cuanto más se ocupa el estado de nosotros, menos llamados nos sentimos a ocuparnos de nosotros mismos y de nuestras familias. "
Constanza Mazzina es Master en Economía y Ciencias Políticas (ESEADE). Investigadora Junior de ESEADE y de la Fundación Friedrich A. von Hayek
1 "La educación estatal: ¿ayuda u obstáculo?" en Libertas nº 17, octubre de 1992.
2 En Nuevos Estudios (1981 -EUDEBA), capitulo VIII Libertad económica y Gobierno representativo, véase pag. 98.
3 En La enseñanza primaria en la organización nacional". Raúl de Titto, en Revista del Instituto de Investigaciones Educativas nº 43, noviembre de 1983.
4 Ibidem.
5 Cita original en ingles: "the more the state takes care of us, the less shall we feel called upon to take care of ourselves and our family."
1 En La enseñanza primaria en la organización nacional". Raúl de Titto, en Revista del Instituto de Investigaciones Educativas nº 43, noviembre de 1983.
1 Ibidem.
1 Cita original en ingles: "the more the state takes care of us, the less shall we feel called upon to take care of ourselves and our family."
