¡Vos también podés ser parte!
Con el paso de los años, mi decepción creció hasta hacerse irreversible. Fue entonces que, preocupada por el subdesarrollo de las Neurociencias en Cuba, decidí que el único lazo que me ataría a ese proceso, sería servir a mis compatriotas afectados por graves enfermedades neurológicas; y lograr que ellos pudieran contar con los avances científicos ya disponibles en los países desarrollados.Considero que esta ceremonia, en la que me distinguen por mi humilde desempeño en defensa de los Derechos Humanos, es también el mejor escenario para que una vez más reconozca el error que implica haberme mantenido durante treinta y cinco años, precisamente junto a un régimen violador de los Derechos Humanos.