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Análisis Sínico

15-09-2017

El caso Meng Han y la represión de los trabajadores chinos

Meng ejercía su labor en el Centro de Servicios para Trabajadores de Panyu, un grupo de derechos laborales ahora disuelto. Este lugar habría sido crucial para la resolución de conflictos laborales, ocupando un papel que el sindicato oficial, la Federación China de Sindicatos (ACFTU), debería haber cumplido.
Por Melina Morales

Meng Han fue detenido en diciembre de 2015, durante una serie de redadas contra el movimiento por los derechos laborales en Guangdong. Estas capturas formaron parte de un ataque general por parte de funcionarios chinos a ONG’s que apoyan las luchas laborales en China.

Junto al arresto de Han, se dieron también el de tres de sus compañeros de trabajo alegando que estos habían reunido a una multitud para desafiar el orden social. Estos tres compañeros eran Feiyang, Xiaomei y Huanxing, a los cuales se les dictó sentencias condicionales de entre uno y tres años. 

Meng ejercía su labor en el Centro de Servicios para Trabajadores de Panyu, un grupo de derechos laborales ahora disuelto. Este lugar habría sido crucial para la resolución de conflictos laborales, ocupando un papel que el sindicato oficial, la Federación China de Sindicatos (ACFTU), debería haber cumplido.

Los trabajadores de la fábrica en disputa se habían acercado a distintos sindicatos para obtener una solución al respecto con motivo de recuperar el seguro social de cada uno de ellos antes del cierre y reubicación de su lugar de trabajo, pero éstos fueron rechazados en todas las instancias.

Las sentencias judiciales de los cuatro activistas se centraron en los alegados daños económicos a la fábrica de zapatos Lide, causados por sus acciones. Por lo cual se solicitó a los clientes internacionales de Lide que asuman una mayor responsabilidad debido a la represión de los trabajadores chinos.

Finalmente, Meng Han fue liberado de prisión el 3 de septiembre del corriente año, después de completar una sentencia de 21 meses.

Por otra parte, la negativa del gobierno chino a autorizar el establecimiento de sindicatos independientes está alimentando el nivel de descontento entre los trabajadores.

El Partido Comunista Chino enfrenta una gran contradicción: por una parte, dice proteger los intereses de los trabajadores, pero por el otro, estos trabajadores organizan protestas callejeras contra las medidas adoptadas por el gobierno.

Los trabajadores buscan el reconocimiento de sus derechos, una mayor regulación para la protección de los mismos y poder participar en las decisiones que afecten sus trabajos y beneficios.

En toda China se observa el mismo fenómeno: empresas estatales que prometían empleos de por vida y una fuente segura de beneficios sociales para sus trabajadores, cerraron o redujeron su personal de manera abrupta. A muchos trabajadores no solo se les adeuda meses de salarios sino que también han perdido sus seguros de salud, beneficios sociales y pensiones.

Las leyes chinas prohíben que los trabajadores se organicen de manera independiente. Solamente una organización, la Federación de Sindicatos de China, está autorizada a representarlos legalmente. A pesar de esto, la organización se encuentra bajo el control de las autoridades gubernamentales y nunca se ha levantado contra aquellas leyes empleadas para justificar el encarcelamiento de aquellos activistas que promueven la creación de sindicatos independientes.

Melina Morales
Melina Morales
 
 
 

 
 
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