¡Vos también podés ser parte!
(7 Miradas) A priori la respuesta debería ser: en el corto plazo no, dado que el gobierno decidió poner freno de mano a la reforma sindical en las extraordinarias, y desguazar el proyecto original. Pero ¿en el mediano plazo?
Qué juega en contra?
Qué juega a favor?
El gobierno está desarrollando la doble actitud del “policía bueno” y el “policía malo” (sin lo cual, ninguna negociación de este tipo llega a buen puerto). El bueno desguaza el proyecto de ley original y entabla negociación con los dialoguistas. El malo ordena apretarlos con “la víscera más sensible” y no se entromete en las requisitorias judiciales.
Durante 2016 Macri ya tuvo una negociación exitosa con el mundo sindical, al negociar la devolución de los fondos de las obras sociales que se le adeudaban durante la etapa K. Lo hizo mediante 2 incentivos y una amenaza, saber: a) se comprometió a devolverles todo en cuotas, b) no les pidió dinero (los muchachos estaban acostumbrados a que siempre había retorno), y c) los amenazó con carpetazos.
Claro que entre eso e imponerles auditorías, declaración pública de bienes, reglar las elecciones internas o limitar las reelecciones hay un océano enorme. Por eso es que la respuesta a la pregunta que formula el título no es sencilla. Sin embargo, siempre puede haber victorias parciales que vayan indicando que algo ha cambiado, aunque sea módico.
Después de las torpezas que el oficialismo cometió con la reforma previsional, Cambiemos no tiene mucho derecho a ser optimista. Pero también es cierto que el fenómeno Macri nace rompiendo tradiciones. Y esta puede ser una de ellas.
Claro que le costará: sobre todo porque este modelo no quiere ser el de los ´90, con todo lo que eso implicó para la reestructuración del mercado laboral.
Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)