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04-12-2013

El legado de Chávez se desvanece

(Buenos Aires Herald) Como saben que no pueden ganar por sus propios méritos, el Presidente Nicolás Maduro y su gobernante Partido Socialista (PSUV) han intentado transformar las próximas elecciones en un nuevo voto de simpatía a favor del Presidente Hugo Chávez. La batalladora oposición, liderada por el carismático líder Henrique Capriles –que apenas perdió la elección presidencial con Maduro en 2013 –ha tratado de convertir la elección en un referéndum sobre el problemático gobierno de Maduro.
Por Patricio Navia

(Buenos Aires Herald) A días de las elecciones municipales del 8 de diciembre, las cosas no van bien en Venezuela. La economía está en crisis, hay señales crecientes de que el gobierno ha perdido el control y el descontento popular es evidente en todas partes. Esto sería una oportunidad perfecta para el ascenso de la oposición como una alternativa creíble al Presidente Nicolás Maduro, pero las divisiones sobre las tácticas y estrategias privarán a la coalición de la mesa redonda de la unidad democrática de una aplastante victoria. Aunque el gobierno probablemente sufrirá un obstáculo, la oposición no se beneficiará tanto como podría por la desenfrenada insatisfacción que hay entre los venezolanos.

Este próximo domingo, los venezolanos elegirán alcaldes y concejales en 337 municipios.  Aunque el gobierno es capaz de retener una mayoría de gobiernos locales – mientras que sus candidatos ganarán en muchos pueblos rurales escasamente poblados – la oposición espera ganar en ciudades importantes como la ciudad capital de Caracas y conservar las áreas urbanas relevantes, incluida Maracaibo. Dividida entre quienes quieren esperar hasta las elecciones presidenciales del 2019 – pero estar preparados en caso de que el Gobierno termine abruptamente antes del final de su mandato constitucional – y aquellos que quieren ayudar a sacar el ya caído Gobierno y facilitar el camino hacia unas elecciones anticipadas, la oposición está arriesgando su reñida legitimidad democrática. Voces que abogan por un boicot económico y llamadas inoportunas para medidas extra-constitucionales que obliguen al gobierno de Maduro a dimitir antes de que termine su mandato han sido ampliamente utilizados por el gobierno y la coalición gobernante para recordar a los venezolanos que muchos líderes de la oposición de hoy apoyaron con entusiasmo al golpe militar inconstitucional contra Hugo Chávez en 2002. Aunque el Gobierno es el principal responsable del lamentable estado de la economía y del descontento popular, evidenciado acertadamente en la rampante corrupción y la mala gestión económica.

Como saben que no pueden ganar por sus propios méritos, el Presidente Nicolás Maduro y su gobernante Partido Socialista (PSUV) han intentado transformar las próximas elecciones en un nuevo voto de simpatía a favor del Presidente Hugo Chávez.  La batalladora oposición, liderada por el carismático líder Henrique Capriles –que apenas perdió la elección presidencial con Maduro en 2013 –ha tratado de convertir la elección en un referéndum sobre el problemático gobierno de Maduro. Capriles y su círculo de ideología democrática, también han tenido que resistir los esfuerzos de la derecha más radical que quiere eludir un proceso electoral sin duda lleno de problemas e inducir el fin del gobierno de Maduro a través de medios fuera del proceso democrático.

Muchos de los que se presenten en los recintos de votación castigarán al gobierno nacional lanzando fuera de su cargo a los alcaldes oficialistas. Otros expresarán respaldo al líder opositor Henrique Capriles apoyando a los candidatos de la mesa de unidad democrática. Sin embargo, a la mayoría de los votantes les resulta difícil elegir entre un gobierno inepto y una oposición cuyas credenciales democráticas están bajo sospecha. Como resultado, en tal crítico momento para la democracia venezolana y en medio de la crisis económica más compleja en las últimas décadas, muchos venezolanos mostrarán su insatisfacción con toda la clase política saltándose las elecciones en conjunto.

Desde la muerte del ex Presidente Hugo Chávez en marzo de este año, la administración de Maduro ha tenido dificultades. Una inflación galopante, el estancamiento económico, la delincuencia callejera fuera de control y la percepción popular creciente de que Maduro carece de habilidades necesarias para dirigir el país y ha perdido del control de su propia coalición gobernante, alimentaron los rumores de que el Presidente no completará su mandato de seis años. Sin el encanto y el carisma de Chávez, Maduro también carece de la capacidad política de su predecesor. Aunque tiene fuertes lazos con el gobierno cubano, Maduro no comanda la misma lealtad en el ejército que Chávez. Por otra parte, dentro del gobernante PSUV, la oposición ha crecido sobre Maduro. El Presidente de la Asamblea General dice estar preparado para asumir el control si Maduro es forzado a salir. Muchos creen que Cabello se está facilitando el camino para cuando se produzca la salida de Maduro. Cuando la

Asamblea Legislativa venezolana concedió poderes especiales a Maduro para lidiar con la crisis económica hace unas semanas atrás, muchos creyeron que Cabello se estaba apoderando de la Presidencia, convencido de que pronto estaría haciendo uso de esos poderes.

Aunque desde que Chávez llegó al poder en 1999 en Venezuela se han realizado elecciones periódicas, habrá un largo período sin elecciones después del 8 de diciembre. La próxima vez que los venezolanos se dirijan a las urnas será para elegir gobernadores de los Estados en el 2015. Por lo tanto, el voto del próximo domingo será la última oportunidad para que las personas expresen institucionalmente sus opiniones sobre el camino que tome el país.

Considerando que tanto la oposición como el gobierno reclamarán la victoria – el primero porque va a ganar y el segundo porque no va a perder tan decisivamente – el estancamiento político actual no se resolverá con la próxima votación.

El legado de Chávez sin duda se desvanece, pero no hay indicios definitivos de que las elecciones del 8 de diciembre darán luz sobre el rumbo que tomará Venezuela en los próximos meses.

Traducción de Wanda Di Rosa y Hernán Alberro.

Patricio Navia
Patricio Navia
Consejero Académico
Doctor en ciencias políticas (New York University). Anteriormente obtuvo un master en la misma disciplina de la Universidad de Chicago y una licenciatura en ciencias políticas y sociología de la Universidad de Illinois. Es profesor titular de estudios liberales y profesor adjunto del Centro de Estudios Latinoamericanos y del Caribe de New York University. En Chile, es profesor titular de ciencias políticas en la Universidad Diego Portales. Es autor de varios libros y especialista en elecciones, opinión pública, sistemas de partidos y relaciones ejecutivo-legislativo en América Latina. Es columnista en varios medios, incluido El Líbero (Chile) y Americas Quarterly (EEUU).
 
 
 

 
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