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(7 Miradas) Una gran primaria opositora ha pasado a ser uno de los grandes temas: ¿debe haberla para ganarle al kirchnerismo en octubre, y evitar su triunfo en primera vuelta?
Hoy tenemos un Scioli en 28% de intención de voto cuando se mide solo un escenario de 5 candidatos (Scioli, Massa, Macri, Cobos o Binner y Altamira), el más realista. Proyectado da unos 31 puntos. Venimos viendo que el FpV puede llevarse un tercio de los votos. Eso significaría que le restarían unos 8 puntos para ganar en primera vuelta, frente a un escenario opositor dividido. Es la hipótesis de algunos entusiastas del gobierno nacional.
¿Estaría el kircherismo a solo 8 puntos de ganar? Es relativo. En primer lugar, esto no se trata de “tengo 7 caramelos, y tengo que llegar a 10: ergo solo me faltan 3 caramelos; y como los otros tienen menos caramelos que yo, entonces tengo más posibilidades”. La cuenta correcta debe ser esta: ¿cuánto dinero tengo para comprar los 3 caramelos que me faltan? Y ahí está la clave: el que tiene 7 ya no tiene potencial para comprar lo que resta; el mayor potencial lo tienen Massa y Macri.
En segundo lugar, como venimos sosteniendo hace un año, no hay que dar por seguro el escenario de balotaje. Precisamente, los 2/3 que no votarían al candidato del FpV es probable que polaricen la 1ra vuelta, a sabiendas de cómo están los tantos con el resultado de las PASO. De todos modos, mirado desde la oposición, el riesgo existe y se le debe prestar atención.
Entonces ¿conviene la primaria opositora? El 48% del total del electorado está de acuerdo con que se realice. Cuando se analiza solo a los que votarían en alguna primaria de la oposición (F. Renovador, UNEN, PRO, F. de Izquierda), el nivel de acuerdo sube al 58%. Los más entusiastas son los votantes de Cobos o Binner (71%). Los menos son los de Altamira (43%). Los de Massa y Macri en su mayoría aprueban la idea (62 % cada uno). Tampoco son pruebas concluyentes para tener que implementarla.
Veamos ahora el escenario político:
Opción 1: la convención radical del 14 de marzo no aprueba la idea. Resultado: todo se cae, ya que por estructura nacional hoy es la niña bonita, no tanto por los votos de sus candidatos.
Opción 2: la convención aprueba la idea. Massa parece que acepta. El resto de UNEN parece que no quiere. Macri dice que no y Altamira difícil que se sume. ¿Carrió? Quiere una gran coalición pero no quiere a Massa. Resultado: alta probabilidad de que se caiga la idea (tampoco queda claro que el radicalismo quiera quedar como aliado de Massa a secas).
Frente a una ingeniería política tan compleja quizá se imponga la idea que, al final, las PASO así como están pueden ser automáticamente una gran primaria opositora. “Y sanseacabó” diría Máximo.
Fuente: 7 Miradas (Buenos Aires, Argentina)