¡Vos también podés ser parte!
Resulta evidente, después de más de dos décadas desde que inició su internacionalización, que las malas prácticas y los bajos estándares de las empresas estatales chinas no son puntuales ni excepcionales, sino reiterados y transversales a lo largo y ancho del continente. Con inversiones chinas que totalizan 172.000 millones de dólares en la región, gran parte de ellas en las industrias extractivas, y la construcción de más de 200 infraestructuras, el impacto socioambiental se percibe mayúsculo.
Si la reacción de Colombia y Costa Rica podría haber sido acaso más enérgica, en el caso de Venezuela su posicionamiento ha sido elevar la apuesta y alinearse con Pekín.
Tanto por su gestión del coronavirus como por la reacción del régimen chino en Hong Kong, la estrategia de seducción internacional de Pekín de algún modo está ahora en jaque. China no ha podido evitar las críticas desde el extranjero, algunas feroces, y por primera vez se oyen voces acerca de la conveniencia de reducir la dependencia que muchos países tienen de ella, o incluso de modificar el rumbo de la relación bilateral.