Derechos Humanos y
Solidaridad Democrática Internacional

Artículos

Corea del Norte bajo la lupa

29-12-2021

Super Mario en Pyongyang: el fenómeno de los videojuegos en Corea del Norte

La PlayStation y las consolas Nintendo o los videojuegos como “Angrybirds”, “SimCity” y “Age of Empires” son nombres famosos en todo el mundo, pero pocos los asociarían con uno de los países más pobres y represivos del mundo. Sin embargo, los gamers también existen en Pyongyang y en las principales ciudades de Corea del Norte gracias al uso cada vez más generalizado de teléfonos inteligentes importados de China y a pesar de la escasez crónica de electricidad y de la falta de acceso a Internet. El fenómeno parece tan consolidado que el mismo régimen de Kim Jong Un ya mira a los videojuegos como el posible nuevo brazo armado de la propaganda oficial dirigida a los jóvenes norcoreanos.
Por Oliver Jia
Niños norcoreanos jugando a videojuegos en la colonia internacional de Songdowon, en Wonsan. Crédito: NK News.

(NK News) En los últimos años, los teléfonos inteligentes se han vuelto tan omnipresentes en Pyongyang como en casi cualquier otra ciudad del mundo. Los habitantes reciben llamadas, envían mensajes de texto y se deslizan por las pantallas de sus móviles importados cargadas de aplicaciones aprobadas por el régimen y con software Android obsoleto.

También hacen algo que pocos asocian con uno de los países más pobres y represivos del mundo: jugar a los videojuegos.

Aunque la mayoría de los norcoreanos no tienen acceso a tecnologías de consumo, e incluso es poco probable que los habitantes de Pyongyang hayan utilizado Internet alguna vez, existe una floreciente cultura de los videojuegos en el país. El uso cada vez más generalizado de teléfonos inteligentes es en gran medida responsable de la creciente popularidad de este pasatiempo, y este panorama informático, reducido pero próspero, también ha impulsado el surgimiento de comunidades de jugadores.

Las autoridades norcoreanas siguen de cerca esta tendencia. Los medios estatales han alertado acerca de la adicción a las computadoras y los teléfonos inteligentes, y los esfuerzos del régimen por expandir su sector de programación han impulsado la producción de entretenimiento interactivo que refleja la ideología estatal.

Sin embargo, no todos en Corea del Norte tienen las mismas oportunidades de jugar.

Crédito: NK News

Crédito: NK News

Juegos para PC y fiestas LAN

El gobierno de Corea del Norte se toma en serio las habilidades informáticas, algo que ha quedado en evidencia con los frecuentes ataques cibernéticos de sus piratas informáticos a entidades extranjeras. Sin embargo, el acceso a computadoras para el ciudadano norcoreano promedio es limitado, lo que significa que los videojuegos son un privilegio de unos pocos afortunados.

El desertor Lee Hyun-seung fue una de ellos. Nacido en una familia de élite, Lee vivió una vida privilegiada en Pyongyang, lo que le dio acceso a tecnología con la que la mayoría de los habitantes del país apenas puede soñar, incluida una computadora que su padre adquirió en una misión oficial de negocios en el exterior.

La mayoría de los norcoreanos no tienen acceso a tecnologías de consumo y es poco probable que los habitantes de Pyongyang hayan usado Internet alguna vez.

Lee recuerda haber jugado clásicos de PC como los juegos de estrategia de guerra "Age of Empires" y "Command & Conquer: Red Alert", y el videojuego de disparos en primera persona "Counter-Strike". Para los norcoreanos de élite de su generación, las computadoras fueron el medio a través del que entraron en contacto con los videojuegos por primera vez a finales de la década de 1990. “Varios amigos tenían grabadoras de CD, así que copiaban [juegos] y me los pasaban”, dijo.

Al igual que en Estados Unidos y Europa en aquel momento, las fiestas LAN (reuniones en las que los participantes conectan sus computadoras para participar en juegos multijugador) eran un fenómeno común entre los jugadores norcoreanos que Lee conocía. La mayoría de los juegos se desarrollaban en la privacidad de los hogares, pero Lee también recuerda haber participado en fiestas LAN en cibercafés de Pyongyang antes de que el régimen se enterase de lo que estaba sucediendo.

Alek Sigley, candidato a doctorado por la Universidad de Stanford que estudió en Pyongyang, dijo que también conoció estudiantes de la Universidad Kim Il Sung que jugaban juegos de PC. "Conocí a un chico en Pyongyang que sabía cómo jugar 'DOTA', lo cual es bastante sorprendente porque es muy complejo", dijo, en referencia al popular juego de batalla conocido como un competitivo deporte electrónico.

El acceso a computadoras para el ciudadano norcoreano promedio es limitado, lo que significa que los videojuegos son un privilegio de unos pocos afortunados.

Al igual que Lee, Sigley asegura que los norcoreanos de estos círculos restringidos estaban al tanto de los juegos más recientes y que compartían software entre ellos. Dijo incluso que sabía de un estudiante que jugaba regularmente al "SimCity", un juego de estrategia de construcción de ciudades.

El conocido desertor Thae Yong-ho, ex diplomático norcoreano de alto nivel que ahora es legislador en la Asamblea Nacional de Corea del Sur, explica que la posibilidad de disfrutar de libertades como jugar a los videojuegos que tenían sus hijos mientras él estuvo destinado en Londres como vice embajador fue un factor decisivo en la decisión familiar de desertar.

Crédito: NK News

Crédito: NK News.

Guerras de consolas

Las consolas de videojuegos de Nintendo o Sony son menos comunes en Corea del Norte, pero han llegado al país.

"Las consolas de Nintendo ya eran populares a principios de la década de 1990", dice Lee. "Creo que fueron traídas principalmente por personas que vivían en el exterior."

El propio Lee era dueño de una Famicom, el equivalente japonés del Nintendo Entertainment System, y tiene recuerdos de jugar juegos como el Super Mario Bros., pero recuerda que el voltaje más alto que hay en Corea del Norte terminó por quemar su consola. Aunque consiguió un reemplazo, explica que tenía poco tiempo para jugar en el ambiente altamente competitivo que lo rodeaba, donde los estudios eran prioridad.

Lee también consiguió una PlayStation en 1999. Vale la pena recordar que cuando el actual líder norcoreano, Kim Jong Un, estudiaba en Suiza por aquellos años, pasaba la mayor parte de sus días jugando juegos en la consola Sony en lugar de concentrarse en sus tareas escolar, según asegura la periodista Anna Fifeld en su libro The Great Successor.

Al igual que la Famicom, la PlayStation parece haber llegado a Corea del Norte a través de norcoreanos que viajaban al extranjero. Las consolas de videojuegos también eran uno de los tantos bienes de consumo que los coreanos étnicos residentes en Japón enviaban a sus familiares que habían emigrado a Corea del Norte. Lee dice que ocasionalmente vio estos sistemas disponibles en los grandes almacenes, pero los precios, que rondaban los 100 dólares estadounidenses, los dejaban fuera del alcance del norcoreano promedio.

"Las consolas de Nintendo ya eran populares a principios de la década de 1990. Fueron traídas principalmente por personas que vivían en el exterior."

En teoría, China es otra ruta lógica de importación de videojuegos, pero esto fue más difícil durante los 15 años en que Beijing prohibió las consolas, entre 2000 y 2015, algo que debe de haber impedido que la mayoría de los modelos más recientes ingresaran a Corea del Norte hasta hace poco.

Más allá de las consolas, es probable encontrar videojuegos en las distintas salas de juego de las grandes ciudades del país.

El documental Crossing the Line, por ejemplo, muestra a norcoreanos jugando al pinball y a juegos de armas, así como cabinas para jugar a títulos extranjeros como "Daytona USA" de SEGA, en la sala de bowling Pyongyang Golden Lane y en la feria Mangyongdae de 2006.

En agosto, los medios estatales también mostraron a veteranos de la Guerra de Corea divirtiéndose en una sala de juegos, y Kim Jong Un mismo ha presionado para que se construyan salas equipadas con pantallas de cine 4D en cada provincia del país.

Crédito: Florencia Grieco

Crédito: Florencia Grieco

La revolución del smartphone

Sin embargo, si hay un dispositivo que actualmente ofrece a los norcoreanos acceso a videojuegos, claramente es el smartphone.

“Mucha gente en Pyongyang usa sus teléfonos inteligentes como en otras partes del mundo”, dice Lindsey Miller, que vivió dos años en la capital de Corea del Norte. "Si alguien trabaja en una tienda y no tiene nada que hacer porque no hay clientes, lo más probable es que esté mirando su teléfono".

Al igual que las computadoras personales, los teléfonos inteligentes en Corea del Norte no pueden acceder a Internet y operan, en cambio, en un sistema cerrado similar a una intranet. La falta de electricidad constante en el país también significa que los dispositivos electrónicos portátiles todavía son raros fuera de las ciudades principales.

Pero los smartphones tienen un potencial mayor para llegar a más consumidores a medida que los costos bajan y la cantidad de propietarios aumenta.

Sin embargo, la descarga de aplicaciones y juegos en estos dispositivos enfrenta algunos obstáculos. Los interesados ​​en instalar un nuevo software deben ir a una tienda física con mostradores específicos designados para tales fines. El sistema operativo parece estar basado en una versión antigua de Android y que solo funciona con dispositivos locales de Corea del Norte.

Es poco probable que la selección de títulos disponibles impresione a quienes viven fuera del país. Muchos parecen ser falsificaciones tomadas de un sitio web de China con una larga historia de videojuegos pirateados.

“En términos de aplicaciones para teléfonos y tabletas, hay copias domésticas de juegos extranjeros como ‘Mine Cart’, ‘Angry Birds’, ‘Bejeweled’ y otros juegos agrícolas”, explica James Banfill de Koryo Tours. También existen contenidos originales, como juegos de preguntas y respuestas de producción nacional sobre la cultura coreana, según Banfill, que pudo haberse desarrollado con una tableta con varias aplicaciones instaladas.

Muchos títulos parecen ser falsificaciones tomadas de un sitio web de China con una larga historia de videojuegos pirateados.

El creciente auge de los smartphones en Corea del Norte parece haber alentado al régimen a invertir más recursos en el desarrollo de videojuegos después de que esfuerzos anteriores, como el juego para PC "Pyongyang Racer", no causaron demasiada impresión.

El Centro de Investigación Económica de Japón informó el año pasado que Pyongyang está avanzando rápidamente en el desarrollo de software para aplicaciones en una variedad de áreas, incluidos los juegos.

Los consumidores parecen estar disfrutando de un abanico de títulos más amplio que el que estaba disponible antes, como los juegos multijugador deportivos y de lucha con Bluetooth.

Las autoridades norcoreanas, por su parte, podrían encontrar en los juegos de producción nacional y su creciente popularidad una herramienta útil para influir en las masas. Las campañas en curso para adoctrinar a los jóvenes norcoreanos contra las influencias extranjeras también parecen reflejar las preocupaciones del régimen acerca de los videojuegos extranjeros.

"La gente en la cúpula del poder quiere un país abierto, pero la persona que se siente más amenazada es Kim Jong Un", dice Lee Hyun-seung. "Se está dando cuenta de que la información proveniente del exterior no puede circular... y entonces ahora está controlando más todo".

Traducción: Agustín Menéndez

Edición: Florencia Grieco

Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad de sus autores y no representan necesariamente la opinión de CADAL.

Oliver Jia
Editor de redes sociales en NK News, cursa su doctorado en relaciones internacionales en la Universidad de Ritsumeikan (Kyoto). Su tema de investigación son las relaciones entre Japón y Corea del Norte y la política exterior comparada. @OliverJia1014
 
 
 

Más sobre Corea del Norte
 
 
Más sobre el proyecto Corea del Norte bajo la lupa
 
Ultimos videos